Conflictivos DEG
Los responsables de las dos instituciones nacidas en Bretton Woods, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, hab¨ªan tra¨ªdo a esta reuni¨®n anual propuestas de ampliaci¨®n de sus recursos financieros. El banco pretende ampliar sus compromisos cediticios hasta 23.000 o 25.000 millones de d¨®lares en el ejercicio financiero actual, con t¨¦rmino en junio de 1995. El director gerente del FMI, por su parte, acud¨ªa con tres iniciativas b¨¢sicas: una nueva asignaci¨®n de Derechos Especiales de Giro (DEG), el aumento de la suma total que los pa¨ªses miembros pueden tomar en pr¨¦stamo y la extensi¨®n del Servicio de Transformaci¨®n Sist¨¦mico (STS), espec¨ªficamente orientado a la financiaci¨®n de los antiguos pa¨ªses comunistas, agregando un nuevo tramo a este tipo de cr¨¦ditos hasta alcanzar el 90% de las cuotas de esos pa¨ªses, en lugar del 50% de l¨ªmite actual. De ellas, la m¨¢s emblem¨¢tica, y tambi¨¦n en la que Michael Caindessus hab¨ªa puesto mayor empe?o, era esa nueva asignaci¨®n de DEG.La divisi¨®n que se ha producido en el Comit¨¦ Interino del FMI no ha permitido que esa iniciativa prospere por el momento, cre¨¢ndose una situaci¨®n sin precedentes en la historia del FMI. Ello ha tenido lugar un d¨ªa despu¨¦s de que el Grupo de los Siete respaldara la iniciativa, aunque con un significativo recorte en la magnitud que pretend¨ªa el director gerente. Tampoco ha sido aprobada la pr¨®rroga en la vigencia de los pr¨¦stamos del Servicio de Transformaci¨®n Sist¨¦mico hasta finales de 1995: los Pa¨ªses del Este pueden volver a casa equipados con m¨¢s decepci¨®n que recursos financieros, al igual que aquellos otros pa¨ªses en desarrollo, cuyas reservas exteriores actuales apenas cubren unas pocas semanas de importaciones.
El problema de la liquidez -de la insuficiencia de - reservas-, no es un problema nuevo. Gran parte de la literatura sobre la reforma del Sistema Monetario Internacional (SMI) se concentra en la discusi¨®n de este problema, y desde 1959 no han dejado de sucederse manifestaciones oficiales de preocupaci¨®n a este respecto. En 1960 fue publicado el libro en el que Robert Triffin planteaba su conocido dilema: el d¨®lar no pod¨ªa indefinidamente garantizar la oferta de reservas mundiales sin amenazar ese principio b¨¢sico del sistema nacido en Bretton Woods que era su garant¨ªa de convertibilidad en oro. Se necesitaba arbitrar mecanismos para la creaci¨®n de fuentes alternativas de liquidez.
Los estudios iniciados en 1964 por el Grupo de los Diez, en el seno del FMI, sobre la adecuaci¨®n de las reservas mundiales y sus futuras necesidades, concluyeron en 1967 con la decisi¨®n de crear un nuevo activo de reserva, los DEG: unidades de cuenta compuestas por montantes espec¨ªficos de monedas de pa¨ªses miembros (primero 16 y hoy s¨®lo cinco), valorados inicialmente en 1/35 onzas de oro (un d¨®lar), frente a los 1,48 d¨®lares actuales. Una mera creaci¨®n contable en los registros del FMI, cuya asignaci¨®n tuvo lugar por vez primera en 1970, y la ¨²ltima en 1981.
La necesidad de un apoyo m¨¢s decidido a Rusia y a los pa¨ªses de Europa del Este incorporados al FMI con posterioridad a 1981 y, por tanto, sin DEG-, y la decidida voluntad de hacer de los DEG un verdadero activo mundial de reserva, son los argumentos en que Michel Caindessus hab¨ªa fundamentado su propuesta estrella en esta reuni¨®n anual. Se daban las circunstancias m¨¢s favorables para la utilizaci¨®n de ese instrumento en los ¨²ltimos 30 a?os, con los riesgos inflacionistas limitados. De hecho, la cantidad propuesta hubiera cubierto menos del 10% del crecimiento previsto de la demanda de reservas mundiales en los pr¨®ximos cinco a?os, periodo de vigencia habitual de cada nueva asignaci¨®n de DEG.
No han sido argumentos fundamentalmente t¨¦cnicos los que la han echado abajo Alemania hab¨ªa alertado sobre eventuales implicaciones inflacionistas de ese aumento de liquidez, ni la alternativa reduccionista que hab¨ªan defendido conjuntamente Estados Unidos y Reino Unido (de 16.000 millones de DEG frente a los 36.000 propuestos por el director gerente). Ha sido, ante todo, la necesidad de clarificar el papel y las funciones del Comit¨¦ Interino frente a un Grupo de los Siete excesivamente anticipador. Un serio aviso a las formaciones G.
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