Una historia verdadera

Tomando como punto de partida la novela autobiogr¨¢fica hom¨®nima de Tobias Wolff, publicada en castellano por la editorial Alfaguara en una buena traducci¨®n, el realizador escoc¨¦s Michael Caton-James ha hecho una cuidada adaptaci¨®n que se sit¨²a entre sus mejores trabajos rodados para la industria cinematogr¨¢fica norteamericana.Narrada desde el punto de vista del joven Toby, entre los 15 y los 17 a?os, subrayado con una leve voz de fondo, tras una leve exposici¨®n, donde se pinta la mala situaci¨®n econ¨®mica en que vive con su separada madre, la historia se centra en las relaciones entre el muchacho y su terrible padrastro, al que su madre soporta por ser la ¨²nica posibilidad que encuentra para no caer en la miseria.

El atractivo de Vida de este chico reside en que Michael Caton-James, apoy¨¢ndose en un s¨®lido gui¨®n de Robert Getchell, ha sabido conservar y recrear el claro tono de historia verdadera que tiene la novela original como si estuviese contando su propia vida de adolescente. Y tambi¨¦n en que con muy pocos elementos, pero que var¨ªan en la misma medida que lo hacen los personajes, ha sabido dar la evoluci¨®n de un mal estudiante, de un mucha cho sin el menor porvenir, al comprobar que si sigue por ese camino acabar¨¢ convirti¨¦ndose en alguien muy parecido a su de testable padrastro.

Tri¨¢ngulo

En realidad, la pel¨ªcula se reduce a un complejo tri¨¢ngulo entre el muchacho, su madre y su padrastro, donde los restantes per sonajes s¨®lo act¨²an como caja de resonancia de sus acciones y, al quedar la madre voluntariamente en un acomodaticio segundo plano, a un duelo entre el ambicioso joven y su fracasado nuevo padre. Situada a finales de los a?os cincuenta en Concrete, un perdido pueblo del Estado de Utah, con una s¨®lida ambienta ci¨®n apoyada en canciones y programas de televisi¨®n de la ¨¦poca.Si Vida de este chico no es una pel¨ªcula m¨¢s s¨®lida s¨®lo se debe a que hay un evidente desequilibrio en el duelo, interpretativo entre el joven Leonardo DiCaprio y el veterano Robert de Niro. Mientras Leonardo DiCaprio hace un excelente trabajo, en todo momento es Tobias Wolff y resulta f¨¢cil identificarse con ¨¦l, Robert de Niro est¨¢ excesivo, como le ha ocurrido ¨²ltimamente en m¨¢s de una ocasi¨®n, en su papel de hombre amargado que no soporta que alguien consiga de la vida algo que ¨¦l no ha podido obtener. Y entre ambos se mueve con su habitual soltura Ellen Barkin, una actriz que sabe imprimir gran fuerza a un amplio registro de personajes.