El juego desigual
Lo del juego desigual viene a ser muchas veces como un socorrido caj¨®n de sastre con que resumir en dos palabras algo tan complejo como el comportamiento y la condici¨®n del ganado en una corrida. En la presente ocasi¨®n lo de desigual es poco para calificar el juego de la novillada de Roc¨ªo de la C¨¢mara, con ejemplares de fina l¨¢mina, pero en la que, menos bravura y nobleza, hubo de todo: parados, reservones, inv¨¢lidos, mansurrones, con cabeceo, venci¨¦ndose...Con este material, la terna poco hizo o poco supo hacer. Juan Carlos Garc¨ªa, placeado y, sereno, pero fr¨ªo, tuvo delante en su primero una aut¨¦ntica estatua y, claro, all¨ª no hubo nada que hacer. En el cuarto, que no humillaba, mostr¨® su oficio y expuso sin espectacularidad, dando la distancia oportuna, pero el p¨²blico le agradeci¨® poco el esfuerzo.
C¨¢mara / Garc¨ªa, Mene, Encabo
Novillos de Roc¨ªo de la C¨¢mara, bien presentados y de juego desigual. Juan Carlos Garc¨ªa: tres pinchazos, estocada atravesada -aviso- y cuatro descabellos (silencio); estocada delantera ca¨ªda (silencio). El Mene: tres pinchazos y estocada (silencio); estocada perpendicular, cinco descabellos -aviso- y cuatro descabellos (silencio). Luis Miguel Encabo: pinchazo y estocada desprendida (ovaci¨®n); pinchazo, estocada desprendida y cuatro descabellos (divisi¨®n de opiniones y saluda).Plaza de Zaragoza, 10 de octubre. 4? corrida de feria. Media entrada.
El Mene, novillero de Calatayud, insisti¨® mucho en su primero, pero s¨®lo logr¨® ligar tres buenos muletazos, cuando trag¨® al dificultoso novillo. En el quinto, uno de los de geniecillo molesto, estuvo poco centrado.
Luis Miguel Encabo tuvo en su primero un novillo de buen tranco, pero con poqu¨ªsima fuerza, al que banderille¨® con muy poca fortuna. Estuvo muy compuesto con la muleta, pero la debilidad de su oponente rest¨® m¨¦rito a lo realizado. En el sexto Encabo se mostr¨® vistoso con el capote, h¨¢bil con las banderillas y vibrante con la muleta, aunque no siempre templ¨® y en algunos pasajes de su labor anduvo algo acelerado. Marr¨® con el descabello y tuvo divisi¨®n de opiniones, en la que intervino un reducido grupo de incondicionales.
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