El nuevo sistema de subvenci¨®n al cine crea pol¨¦mica por el trato a las lenguas minoritarias

Se terminaron las subvenciones a fondo perdido al cine espa?ol, pero no la discordia que ha acompa?ado a las ¨²ltimas decisiones ministeriales sobre esta materia. Una orden ministerial publicada ayer en el Bolet¨ªn Oficial del Estado cambia radicalmente, la pol¨ªtica cinematogr¨¢fica, que deja de apoyarse en las ayudas anticipadas para aplicar a los filmes ayudas autom¨¢ticas por recaudaci¨®n en taquilla cuando se alcancen 30 millones de pesetas si son en castellano, y 10 millones si son versiones originales en catal¨¢n, euskera o gallego. Esta diferenciaci¨®n, introducida a ¨²ltima hora, ha sido ya calificada por algunas voces como de "discriminatoria". Los profesionales catalanes la defienden por la "d¨¦bil situaci¨®n" del sector.

S¨®lo los nuevos realizadores y las obras de especial inter¨¦s se beneficiar¨¢n de las subvenciones anticipadas. Con este nuevo sistema, que entra en Vigor hoy mismo, a las pel¨ªculas espa?olas que recauden en taquilla un m¨ªnimo de 30 millones de pesetas el Ministerio de Cultura las subvencionar¨¢ con un tercio del total del coste del filme. Si se trata de pel¨ªculas dirigidas por nuevos realizadores -con un m¨¢ximo de tres filmes-, la cifra se rebaja a 20 millones.La novedad, frente al proyecto que la ministra de Cultura, Carmen Alborch, present¨® en el Festival de San Sebasti¨¢n, es que la cifra inicial de 30 millones de pesetas sufre una nueva rebaja a 10 millones cuando "se trate de pel¨ªculas cuya versi¨®n original se realice en alguna lengua oficial espa?ola reconocida en el respectivo Estatuto como propia de una comunidad aut¨®noma"; o sea, catal¨¢n, euskera o gallego, aunque en la pr¨¢ctica afecta pr¨¢cticamente s¨®lo a los filmes en catal¨¢n. De estos ¨²ltimos 10 millones de pesetas de ingresos en taquilla, al menos 5 millones tienen que haber sido obtenidos por la exhibici¨®n del filme en cualquiera de las tres lenguas citadas.

El director del Instituto de Cinematograf¨ªa y las Artes Audiovisuales (ICAA), Enrique Balmaseda, alega que "no hubo intenci¨®n de ocultar nada" cuando este ¨²ltimo punto no fue anunciado en San Sebasti¨¢n. "No se anunci¨® entonces porque el texto se hab¨ªa remitido a los distintos sectores y est¨¢bamos a la espera de sus propuestas", se?ala Balmaseda.

List¨®n bajo

Pere Fages, presidente de la Asociaci¨®n de Productores Catalanes y productor del Col¨®n de Ridley Scott, negoci¨® directamente con Balmaseda -en un acuerdo en el que intervino tambi¨¦n el sector cinematogr¨¢fico vasco- este acuerdo, que defiende a ultranza. "Es verdad que el list¨®n queda muy bajo", admite Fages, "pero el hecho es que la producci¨®n catalana dejar¨ªa de existir si tuvi¨¦semos que optar a la v¨ªa de los 30 millones de pesetas".La aparici¨®n de la nueva normativa del Ministerio de Cultura ha coincidido esta semana con sendas reuniones de directores y productores catalanes que, en el marco del Festival de Cine Fant¨¢stico de Sitges, han puesto en evidencia la debilidad de la industria cinematogr¨¢fica de esta comunidad aut¨®noma. Algunos datos, como el hecho de que la recaudaci¨®n media de los filmes en el periodo 1986-1992 sea de 17 millones de pesetas, o que el 30% de los filmes catalanes producidos en los ¨²ltimos cinco a?os no se haya estrenado, ponen en evidencia el deterioro de este sector.

A juicio de Balmaseda, la orden ministerial supone "un cambio de la pol¨ªtica de subvenciones a la pol¨ªtica de riesgo compartido entre el sector privado y el Estado, que ha sido estimado positivo por los sectores afectados". "Las cifras no han sido improvisadas; si se producen desviaciones se pueden corregir", explica Balmaseda. Sobre la discordia por la rebaja al cine no rodado en castellano, el director del ICAA considera una locura el pensar que "el cine en catal¨¢n, que vive una particular crisis, no es una responsabilidad del Ministerio de Cultura".

La nueva pol¨ªtica de cine ha provocado sentimientos encontrados entre los directores Mientras se muestran absolutamente partidarios de la supresi¨®n de las subvenciones anticipadas, algunos no opinan lo mismo del a?adido posterior realizado por los productores vascos y catalanes. Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n, que acaba de finalizar el rodaje de El rey del r¨ªo, muestra su desacuerdo con la pol¨ªtica dirigida al cine catal¨¢n. "Si yo fuera cineasta catal¨¢n preferir¨ªa acceder al mercado nacional y no conformarme con ese miserabilismo", dice Guti¨¦rrez Arag¨®n, que considera una "gran equivocaci¨®n" el que se mezclen cuestiones ling¨¹¨ªsticas con la industria cinematogr¨¢fica. "No se debe mezclar la promoci¨®n de la lengua con la industria", a?ade.

El t¨¦rmino "miserabilismo", utilizado por Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n, seguramente caer¨¢ como una bomba entre el sector cinematogr¨¢fico catal¨¢n, al que, pese a que apoye la medida, le duele la sensaci¨®n de "minusval¨ªa" que, tal como se?ala soto voce alg¨²n director catal¨¢n, puede dar la nueva medida. Josep Maria Forn, presidente del Colegio de Directores y Directoras de Catalu?a, responsable de haber calificado recientemente la situaci¨®n de esta cinematograf¨ªa como de "penuria cr¨®nica", piensa, sin embargo, que en este debate debe introducirse un tema nuevo. "Hay un hecho que no debe obviarse, y es que el 80% de la recaudaci¨®n que obtienen los filmes catalanes se recauda en Catalu?a", afirma. El cine catal¨¢n lucha, por ello, por obtener la subvenci¨®n con un mercado casi siete veces menor que el que tiene el cine en castellano. En todo caso, los cineastas catalanes quieren pensar que se trata de una medida "transitoria" para el cine catal¨¢n, que vive un momento de divorcio con el p¨²blico.

El presidente de la Federaci¨®n de Asociaciones de Productores Audiovisuales de Espa?a, Pedro P¨¦rez, que apoya la medida, pone el acento tambi¨¦n en la potencialidad de espectadores entre una lengua y otra. "En el terreno puramente de mercado, est¨¢ claro que es m¨¢s f¨¢cil obtener una peseta con un filme en castellano que en catal¨¢n. Es una manera de impulsar una industria adormecida", opina.

Parecida opini¨®n que la de Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n tiene, sin embargo, el director de pel¨ªculas de ¨¦xito como la reciente Los peores a?os de nuestra vida, Emilio Mart¨ªnez-L¨¢zaro, en quien el entusiasmo por la supresi¨®n de lo que ¨¦l denomina "el jurado que conced¨ªa las ayudas a dedo", amaina cuando se refiere al detalle del "privilegio" al cine catal¨¢n, vasco, o gallego. "Me parece bien no exigir m¨¢s de cinco millones de recaudaci¨®n en cualquiera de las lenguas oficiales no castellanas, porque ser¨ªa disparatado, pero tendr¨ªa que exigirse 15 m¨¢s en castellano".