Memorias de Do?ana
Jose Antonio Valverde, el primer director del parque, evoca su descubrimiento
, Desde la lejana Valladolid, y a comienzos de los a?os 50, Do?ana, las marismas del Guadalquivir, deb¨ªan antoj¨¢rsele a Jos¨¦ Antonio Valverde como un id¨ªlico ed¨¦n, plagado de aves y otros, animales, y apenas explorado por la ciencia. Los relatos de ornit¨®logos ingleses como Saunders o Lilford, que a finales del siglo XIX se aventuraron en estos territorios, eran una escasa aunque sugestiva referencia.
Valverde, joven apasionado por la ornitolog¨ªa, autodidacta formado en los p¨¢ramos y lagunas vallisoletanas y en la biblioteca municipal de su ciudad natal, hab¨ªa encontrado en Francisco Bernis, por aquellos a?os catedr¨¢tico de Ciencias Naturales en un instituto de Lugo y pionero en, el estudio de las aves, al maestro que le resolv¨ªa sus m¨²ltiples dudas. Cuando Bernis recibi¨® ayuda de una fundaci¨®n gallega para visitar Do?ana pidi¨®. a Valverde que lo acompa?ara.
Corr¨ªa el a?o 1952 cuando Jos¨¦ Antonio Valverde pisaba por primera vez Do?ana, "un rinc¨®n absolutamente perdido" como recuerda hoy. "Solamente exist¨ªa carretera hasta Almonte y a partir de ah¨ª era necesario adentrarse por caminos de arena. Las marismas del Guadalquivir eran entonces un conglomerado de grandes fincas vinculadas a cazadores de Jerez. Visitar lo que m¨¢s tarde ser¨ªa la Reserva Biol¨®gica, germen a su vez del Parque Nacional, exig¨ªa viajar hasta Sanl¨²car de Barrameda, cruzar el Guadalquivir y recorrer en mula unos cuantos kil¨®metros hasta alcanzar el Palacio, una vieja construcci¨®n del siglo XVII, obra de los duques de Medina Sidonia, y base de operaciones de los propietarios del coto de Do?ana. Uno de ellos, Mauricio Gonz¨¢lez, bodeguero jerezano y aficionado a la ornitolog¨ªa, ser¨ªa el anfitri¨®n de Bernis y Valverde (con los que m¨¢s tarde fundar¨ªa la Sociedad Espa?ola de Ornitolog¨ªa (SEO), que celebra este a?o su 40 aniversario).
Todas las primaveras
La riqueza faun¨ªstica del cotodeslumbra a los dos naturalistas que, a partir de ese a?o, 1952, deciden visitar Do?ana todas las primaveras, comenzando a anillar aves a partir de 1953, gracias al instrumental que les facilita la Sociedad de Ciencias Aranzadi, de San Sebasti¨¢n. Para Valverde "¨¦sta fue la primera actividad cient¨ªfica regular que se desarroll¨® en Do?ana", en condiciones ciertamente dif¨ªciles: "Nos aloj¨¢bamos en el Palacio e ¨ªbamos andando hasta la Algaida, en donde estaba la colonia de garzas.A pesar de que las comunicaciones no eran f¨¢ciles, la nutrida colonia de aves era visitada tradicionalmente por los almonte?os para expoliar los nidos. Coleccionistas privados y expediciones de museos de todo el continente hab¨ªan causado verdaderos estragos entre 1870 y 1900, y a¨²n segu¨ªan apareciendo por la zona con cierta frecuencia.
Mauricio Gonz¨¢lez, convencido por los naturalistas, decide contratar a un guarda durante el verano que impida las visitas a la colonia. Menegildo, que as¨ª se llamaba, personific¨® "la primera actividad de conservaci¨®n cient¨ªfica que se llevaba a cabo en Espa?a", en opini¨®n de Valverde. Los estudios sobre los ecosistemas marisme?os le valieron a Jos¨¦ Antonio Valverde una beca de la Universidad de Toulouse, con la que a mediados de los a?os 50 viaja al Instituto Biol¨®gico de la Tour du Valet, en la camarga francesa. Lucas Hoffmann, propietario de la multinacional farmac¨¦utica Roche, es el mecenas de este centro de investigaci¨®n y, a?os m¨¢s tarde, uno de los personajes clave en la campa?a internacional para preservar Do?ana.
La galer¨ªa de defensores de este espacio natural ¨²nico se enriquece en 1957, cuando una expedici¨®n inglesa visita Do?ana y Valverde hace las veces de gu¨ªa. Entre ?tros recorren la marisma Jull¨¢n Huxley, eminente embri¨®logo y m¨¢s tarde primer director de la UNESCO, Lord Alambrooke, general jefe del Alto Estado Mayor ingl¨¦s durante la II Guerra Mundial, y Max Nicholson, responsable de los convoyes de aprovisionamiento durante la contienda y reciente fundador de la Nature Conservancy, una sociedad naturalista que acabar¨ªa convirti¨¦ndose, por obra y gracia de Do?ana, en el Fondo Mundial para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (WWF).
La chispa que habr¨ªa de desatar la compleja operaci¨®n que acabar¨ªa en 1969 con la declaraci¨®n de Do?ana como Parque Nacional salta en Almer¨ªa. All¨ª se encuentra Valverde desde 1967, ocupando eventualmente una plaza de colaborador cient¨ªfico, de un instituto del (CSIC), y all¨ª recibe la visita del propietario de una de las grandes fincas de la marisma, "aterrado porque el Ministerio de Agricultura pretend¨ªa desecar y poner en cultivo todas estas zonas h¨²medas". Valverde no se lo piensa: "Sab¨ªa lo que ten¨ªa que hacer. Decid¨ª que hab¨ªa que intentar comprar la finca que a mi entender era m¨¢s valiosa y estaba m¨¢s amenazada, Las Nuevas, de 6.000 hect¨¢reas de extensi¨®n y cuyo coste calculaba en unos ocho millones de pesetas".
Hoffmann aporta las primeras 500.000 pesetas y una lista de posibles donantes a los que dirigirse, pero mientras las adhesiones se multiplican por todo el continente el dinero llega con cuentagotas. Nicholson, "un jud¨ªo especialmente dotado para este tipo de empresas", se ocupa de organizar la estructura y funcionamiento de un organismo espec¨ªficamente dedicado a recaudar fondos, y as¨ª nace el WWF en 1961, que hoy preside el pr¨ªncipe Bernardo de Holanda.
Negociaci¨®n con Franco
En 1963, el WWF ha reunido 21 millones de pesetas (la finca termino siendo valorada en 24 millones), pero una sustanciosa oferta de Leo Biaggi, conocido como el rey del az¨²car, hace que Las Nuevas vayan a parar a manos de este cazador italiano. Valverde se ve obligado a cambiar de frente y decide adquirir parte del coto de Do?ana. A estas alturas de la operaci¨®n, el pr¨ªncipe Bernardo de Holanda negocia directamente con Franco y logra que el Estado espa?ol se interese por el proyecto y aporte otros 16 millones de pesetas. Valver de considera que todo este revuelo de personalidades e instituciones extranjeras 1e vino bien al r¨¦gimen franquista, deseoso de romper por alg¨²n sitio el aislamiento que sufr¨ªa". Los 37 millones que finalmente se han conseguido sirven para comprar las primeras 6.700 hect¨¢reas del coto, cedidas al CSIC para la instalaci¨®n de la Reserva Biol¨®gica que pasa a dirigir Valverde. La ofensiva de los naturalistas de toda Europa, agrupados en torno al WWF y la UICN (Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza), no cesa hasta que en agosto de 1969 el Consejo de Ministros aprueba la creaci¨®n del Parque Nacional de Do?ana, con una extensi¨®n inicial de 35.000 hect¨¢reas. El decreto aparece fechado el 16 de octubre, hace justamente 25 a?os, y Valverde ocupa tambi¨¦n la direcci¨®n del nuevo espacio protegido.Aunque Jos¨¦ Antonio Valverde se queja amargamente de que "hoy Do?ana est¨¦ en manos de los pol¨ªticos", se siente orgulloso de haber capitaneado una de las mayores campa?as mundiales en defensa de un espacio natural.
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