El Manchester quiere resurgir en Europa costa del Bar?a

En quince d¨ªas el Barcelona se enfrenta dos veces al Manchester United en dos partidos cruciales para el desenlace del Grupo A de la Liga de Campeones. Pieza por pieza, la plantilla de Johan Cruyff parece superior a un rival ingl¨¦s que en Europa no puede presentar la alineaci¨®n titular que ha ganado las * dos ¨²ltimas Ligas en Inglaterra. Sin embargo, la historia sugiere que se trata de un enemigo dotado de un armamento capaz de causar da?os en la estructura azulgrana.La sala de trofeos de Old Trafford es la m¨¢s visitada del pa¨ªs a pesar de que no es primer espada del f¨²tbol ingl¨¦s. El Liverpool y el Nottingham F¨®rest han ganado m¨¢s Copas de Europa mientras el Liverpool y el Arsenal le superan en t¨ªtulos de liga dom¨¦sticos. Pero el cari?o tambi¨¦n nace de las adversidades y los Diablos Rojos han tenido su cuota.

Tuvo que sobreponerse al naufragio de su buque nodrizo, el Newton Heath, en 1902. El fin de la Segunda Guerra Mundial se?al¨® el inicio de otra lucha para el club. Matt Busby, el entrenador, directivo y padre espiritual que muri¨® como Sir Matt Busby a principios de este a?o, encontr¨® un Old Trafford arruinado por los bombardeos alemanes y durante un doloroso proceso de reconstrucci¨®n que dur¨® hasta 1949, el United disput¨® sus partidos en Maine Road, el campo del enemigo local, el Manchester City. Luego se produjo, aquel 6 de febrero de 1958, la tragedia a¨¦rea que dej¨® a casi todos sus campeones muertos en la pista del aeropuerto de M¨²nich, escala t¨¦cnica durante el regreso tras un partido de la Copa de Europa frente al Estrella Roja en Belgrado. De ah¨ª la tremenda carga sentimental que acompa?a la Copa de Europa en. sus desplazamientos a Old Trafford.

De las cenizas naci¨® el gran campe¨®n europeo de 1968, el equipo de Charlton, Best y Law que marc¨® la historia del United y que consolid¨® las convicciones de un club que siempre ha apostado por un f¨²tbol creativo y vistoso.

Pero Old Trafford, a pesar de su magia, no es un sitio para escribir cuentos de hadas. Hubo de esperar hasta 1993 y sufrir la ignominia de un descenso a Segunda Divisi¨®n para volver a ganar una Liga. Y lo que iba a ser una triunfal vuelta a la Copa de Europa termin¨® hace un a?o con la eliminaci¨®n a manos del Galatasaray.

En alg¨²n sitio entre todo esto, entre los escombros, la orfebrer¨ªa, las l¨¢grimas, los c¨¢nticos, las cenizas y el cava reside el secreto del carisma de un club que, en un pa¨ªs donde las pasiones suelen ser agresivamente parroquiales, enamora hasta a los londinenses y, lo que resulta m¨¢s sorprendente, a los inversores de la City. Empujadas por las ligas ganadas en 1993 y 1994 m¨¢s las garant¨ªas de la UEFA para esta Liga de Campeones, las acciones del United, valoradas en unas 500 pesetas en 1991, han subido hasta alcanzar una cotizaci¨®n de 1.300. Como referencia, las acciones del Tottenham valen unas 180 pesetas. Los Diablos Rojos no prodigan el color de la camiseta en el estado de sus cuentas bancarias. A pesar del fracaso europeo, cerraron el ejercicio pasado con unos beneficios de 840 millones de pesetas.

Sin embargo, la entidad es una cosa y el equipo otra. Y las expectativas no se ajustan, tal vez, a las realidades de una plantilla muy corta en cuanto a ingleses. Constituye la gran preocupaci¨®n de Alex Ferguson, entrenador de los Diablos Rojos, a veces contra viento y marea, desde 1986, y el decimosexto t¨¦cnico del club en lo que va de siglo.

Formar un ej¨¦rcito para lides europeas significa permutar piezas clave como Eric Cantona (franc¨¦s), Peter Schmeichel (dan¨¦s), Mark Hughes y Ryan Giggs (galeses), Dennis Irwin y Roy Keane (irlandeses), Brian McCIair (escoc¨¦s) y Andrei Kanchelskis (ucranio). Este ¨²ltimo se irrit¨® tanto al ser incluido siempre entre los sacrificados que anunci¨® su despedida al final de la temporada pasada. Ferguson logr¨® prolongar su estancia tras prometerle participaciones europeas y, por lo tanto, es pr¨¢cticamente segura su alineaci¨®n ante el Barcelona.

Ferguson tiene el consuelo de poder barajar dos asimilados entre sus extranjeros, dado que jugadores como Hughes, Giggs e Irwin cumplieron sus aprendizajes en las divisiones inferiores del club. Tambi¨¦n simplifica la tarea de Ferguson los dos partidos de sanci¨®n que le quedan a Cantona.

La escasez de ingleses se ha convertido en factor determinante en el desarrollo deportivo planificado por Ferguson. Su ¨²nico fichaje durante el pasado verano fue David May, un defensa -ingl¨¦s por descontado- de 24 a?os, valorado en 280 millones de pesetas por su antiguo club, el Blackburn. Ya ha debutado en la Liga de Campeones gracias a la lesi¨®n de pubis sufrida por el lateral derecho Paul Parker y que le obligar¨¢ a pasar por el quir¨®fano despu¨¦s del partido ante el Barcelona. Una id¨¦ntica cita aguarda a Roy Keane, el agresivo pivote que act¨²a por delante de la tradicional l¨ªnea de cuatro defensas. Mark Hughes aplaza el veredicto del cirujano hasta el mes de diciembre. El centrocampista Paul Ince tambi¨¦n est¨¢ tocado y la estrella Ryan Giggs est¨¢ siendo dosificado.