La apuesta por el ferrocarril
El contrato programa ratifica el compromiso de los gestores de Renfe para alcanzar en cuatro a?os el equilibrio econ¨®mico de los servicios sujetos a los dictados del mercado.
El nuevo contrato programa 1994-1998 suscrito entre el Estado y Renfe es una clara apuesta por el ferrocarril en nuestro pa¨ªs. Un inequ¨ªvoco compromiso con el futuro de este modo de transporte, en el marco intermodal que dise?a el Plan Director de Infraestructuras. Un claro ejemplo de planificaci¨®n a largo plazo.Merece la pena destacar cuatro de los aspectos fundamentales de este contrato programa:
1. Consolida a Renfe como empresa de servicios de transporte organizada en unidades de negocio.
2. Clarifica las relaciones entre la empresa y el Estado, que se hace cargo de los costes de gesti¨®n de la infraestructura y emprende el saneamiento de la deuda hist¨®rica de la empresa.
3. Apuesta por el desarrollo de los servicios de cercan¨ªas, al amparo de su innegable utilidad p¨²blica y sus valores a?adidos.
4. Asume los compromisos y objetivos del plan estrat¨¦gico en aras a la viabilidad de los distintos productos que configuran la actividad de la empresa.
De acuerdo con este nuevo marco contractual, el Esta do se hace cargo de los costes de mantenimiento de la actual carretera ferroviaria,aplicando en este aspecto el mismo criterio que se establece en relaci¨®n con la carretera por excelencia, la de asfalto. Algunas voces argumentan, no obstante, en el caso de las carreteras que no son de peaje, que el Estado recupera los costes asociados a su conservaci¨®n, en tanto en cuanto los veh¨ªculos privados y las empresas de transporte pagan sus impuestos. Esto es, en principi¨®, cierto, aunque sujeto a todo tipo de matizaciones, en la medida en que no se ha realizado un c¨¢lculo completo y preciso al respecto, puesto que pocos impuestos son finalistas.
A su vez, comprobamos c¨®mo muchas voces de defensores del tren, en general, y de profesionales del transporte, en particular, argumentan que es necesario subvencionar este modo por sus ventajas comparativas o sus "externalidades", como decimos los economistas. Entre los valores a?adidos del tren destacan su menor impacto ambiental, tanto en materia de contaminaci¨®n como de poluci¨®n ac¨²stica, muy bajo ¨ªndice de accidentalidad, menor ocupaci¨®n del espacio y, fundamentalmente, su contribuci¨®n a la descongesti¨®n de las grandes ciudades.
Baste un ejemplo: los costes sociales y econ¨®micos de la siniestralidad en carretera son 170 veces mayores que los del tren, seg¨²n el informe Internacionalizaci¨®n de los efectos externos del transporte, elaborado por un grupo de expertos comunitarios.
La soluci¨®n adoptada en el contexto del contrato programa a prop¨®sito de la infraestructura ferroviaria hace viable esta visi¨®n. De hecho, en Espa?a el Estado subvenciona la carretera ferroviaria en mayor proporci¨®n que otras infraestructuras de transporte, precisamente por las ventajas comparativas del tren.
Del mismo modo, la titularidad estatal de la infraestructura y su mantenimiento abren tambi¨¦n las puertas a la liberalizaci¨®n del transport¨¦, ya que, en coherencia con las disposiciones comunitarias, la Administraci¨®n pone esas v¨ªas a disposici¨®n de cualquier empresa que desee utilizarlas.
El contrato programa persigue, entre sus objetivos gen¨¦ricos, potenciar la especializaci¨®n del ferrocarril favoreciendo la prestaci¨®n de servicios de calidad dentro de una pol¨ªtica integrada y arm¨®nica de transportes, estableciendo objetivos diferenciados en funci¨®n de los distintos negocios. En esta l¨ªnea, apuesta sin reservas por el desarrollo de los servicios de cercan¨ªas, ya que, en este caso, adem¨¢s de asumir el coste de la infraestructura, subvenciona los billetes, es decir, el precio que paga el viajero (inferior al coste del servicio que se le presta).
De nuevo se prima aqu¨ª la utilidad del tren como elemento de descongesti¨®n urbana.
Los servicios de car¨¢cter regional tambi¨¦n son subvencionados, en parte por la misma raz¨®n que los trenes de cercan¨ªas, en parte por su cuota de aportaci¨®n al equilibrio territorial.
Para el resto de los servicios, el contrato programa confirma el plan estrat¨¦gico 1994-1998, entendido como el plan de viabilidad de aquellos negocios que compiten con otros modos de transporte en un mercado abierto. El contrato programa ratifica as¨ª el compromiso contra¨ªdo por los gestores de Renfe para alcanzar en un horizonte de cuatro a?os el equilibrio econ¨®mico de los servicios de transporte que est¨¢n sujetos a los dictados del mercado.
En el cap¨ªtulo de mercanc¨ªas, el compromiso conlleva tambi¨¦n un importante esfuerzo comercial. Tanto la existen una red ferroviaria cuyos costes son asumidos por el Estado como la creciente relaci¨®n con el resto de Europa as¨ª lo aconsejan. En el transporte de mercancias, el objetivo es alcanzar cuotas de mercado pr¨®ximas a las de los pa¨ªses de nuestro entorno comunitario, dise?ando para ello servicios de transporte orientados a satisfacer mejor las necesidades de los clientes. Todo un equipo humano en Renfe secunda y trabaja ya con este fin. Los crecimientos durante el primer semestre de 1994 del 21% y del 9,3% en los ingresos de las unidades de negocio de transporte combinado y cargas, respectivamente, avalan esta perspectiva.
Este planteamiento responde en su conjunto al deseo de una mayor¨ªa de los ciudadanos, en su condici¨®n de contribuyentes, de que se reduzca de forma paulatina el gasto p¨²blico, que en el cap¨ªtulo del ferrocarril significa para muchos una carga excesiva, todo ello sin menoscabo de la calidad de los servicios sino al contrario. El cumplimiento de los compromisos adquiridos en el plan estrat¨¦gico supondr¨¢ un menor desembolso para el Estado, estimado en 160.000 millones de pesetas en el plazo de vigencia de este contrato programa, en relaci¨®n a la tendencia del periodo comprendido en el anterior.
Existen expectativas claras de futuro para los trenes de largo recorrido, pero no en todas sus modalidades. El ¨¦xito de los trenes de alta velocidad, del sistema AVE, es una evidencia de ese futuro, al que bien pueden a?adirse los servicios incluidos en el desarrollo de la red intercity. Por contrapartida, los cambios en los h¨¢bitos de movilidad de la poblaci¨®n y la fuerte competencia de otros modos de transporte conducen a una racionalizaci¨®n de los trenes nocturnos, siempre en l¨ªnea con el comportamiento de la demanda.
El volumen de las inversiones es un n¨ªtido indicador de los compromisos de futuro que confluyen en el transporte por ferrocarril. El contrato programa ratifica el montaje de las inversiones previsto en el plan estrat¨¦gico, que se cifra en casi 350.000 millones de pesetas hasta 1998. A esta cantidad habr¨¢ que a?adir los programas de inversi¨®n que ejecute el Gobierno.
El esfuerzo inversor de Renfe se centrar¨¢ en aquellas ¨¢reas o actividades que tienen una mayor incidencia en la calidad de los servicios. As¨ª, el plan estrat¨¦gico incluye entre sus objetivos situar los ¨ªndices de puntualidad de todos los trenes, tanto de viajeros como de inercanc¨ªas por encima del 90%, incluso superiores al 95% para los cercan¨ªas, alta velocidad y largo recorrido (talgos).
Orientaci¨®n de la organizaci¨®n hacia el mercado y satisfacci¨®n de los clientes son dos nociones inherentes a los instrumentos de planificaci¨®n y programaci¨®n de la actividad ferroviaria durante los pr¨®ximos a?os.
Instrumentos y objetivos que comparten los principales pa¨ªses comunitarios, en los que el transporte ferroviario se encuentra inmerso en un acelerado proceso de transformaci¨®n. Renfe no es. ajena a este contexto, al que incluso se ha adelantado en ocasiones, como la organizaci¨®n de la empresa como un conjunto de unidades de negocio o la separaci¨®n contable y org¨¢nica de la gesti¨®n de la infraestructura y los servicios ferroviarios.
Estos criterios se traducen en un mayor protagonismo de los recursos humanos, de los equipos y las personas que hacen posible la satisfacci¨®n de nuestros clientes. Las personas que trabajan en un producto o servicio determinados han de creer en ¨¦l, identificarse con ¨¦l y profundizar en su conocimiento.
De ah¨ª que la especializaci¨®n que consolida el contrato programa deba arraigar en una nueva cultura de servicio entre los trabajadores del ferrocarril. Su aportaci¨®n ser¨¢ determinante para la consecuci¨®n de los objetivos estrat¨¦gicos, es decir, para garantizar las mejores opciones de, futuro al alcance del tren.
El futuro del plan estrat¨¦gico y del contrato programa -y, por ende, del tren- est¨¢ muy vinculado a esa capacidad para comprender y asimilar los cambios imprescindibles que, pretenden situar a nuestro ferrocarril en las cuotas de calidad y utilidad que demanda la sociedad espa?ola.
El tren ya no es un monopolio nost¨¢lgico, sino un modo de transporte con las suficientes capacidades humanas y tecnol¨®gicas para ocupar el lugar. que le corresponde en el siglo XXI. Porque nostalgia y futuro no son buenos compa?eros de viaje.
Merc¨¨ Sala es presidenta de Renfe.
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