0, 7, licencia para albergar
No se arremolinen, por favor; no me formen grupos. Hago esta salvedad por lo delicado del tema, que puede herir ciertas susceptibilidades. Nunca hubiera tenido , la osad¨ªa siquiera de rozarlo sin que en la misma ma?ana me empujasen. Primero, el di¨¢logo de dos se?oras, iniciado en la espera del autob¨²s y continuado durante el compartido trayecto. Luego, lo comentado por un taxista. Esta declaraci¨®n podr¨¢ figurar en el expediente que a todos se nos sigue en las agencias tributarias donde estamos irremisiblemente fichados. Son los riesgos que ha de correr el periodista. Confieso que tom¨¦ un taxi con el fr¨ªvolo pretexto de acudir a dos diligencias contempor¨¢neas de gran inter¨¦s para m¨ª.Otra vez el asunto del alojamiento y realojamiento de inmigrantes ilegales a quienes el municipio, la Comunidad Aut¨®noma, la delegaci¨®n del Gobierno, el concejal del distrito de Fuencarral y alg¨²n ¨¢rea de servicios m¨¢s han prometido techo en breve plazo; un frecuente cortocircuito destruy¨® 80 chabolas en Pe?agrande, afortunadamente sin desgracias personales ni da?os a los numerosos autom¨®viles y furgonetas de los chabolistas. Laus Deo!
Me hab¨ªa enterado la v¨ªspera, por intermedio de un diario local, que con meridiana claridad explicaba el problema planteado por esa poblaci¨®n que subsiste en forma irregular. "La delegaci¨®n del Gobierno", seg¨²n el edil, "se ha comprometido seriamente a cumplir lo que marca la ley", transcripci¨®n literaria del matutino, lo que se presta a interpretaciones capaces de conducir al desorden mental. Incluso se prover¨¢ la visita regular de un asistente social "que les ayudar¨¢ a aclimatarse en las nuevas viviendas".
Las insolidarias damas y el taxista se exclu¨ªan del aspecto hermoso de la fraternidad, e incluso comentaron torvamente el promiscuo, pintoresco y multicolor c¨¢mping instalado en el paseo de la Castellana. Exigen -hoy lo hace todo el mundo- a trav¨¦s del portavoz de la plataforma correspondiente -que siguen estando de moda- la insignificancia de 445.000 millones de pesetas a cargo del 0,7% que se ha hecho tan famoso como James Bond. Opinaban las se?oras y el conductor que esa suma -apenas medio bill¨®n- podr¨ªa resolver algunas carencias dom¨¦sticas y que si las gordas de Botero hab¨ªan estado en los Campos El¨ªseos parisienses y en la Quinta Avenida, tambi¨¦n se lucieron en Recoletos, con la hispana lecci¨®n de que en una arteria principal era asimismo posible levantar muretes e instalar campamentos de caritativos turistas. Vengo comprobando -con sonrojo- que este enfoque suelen compartirlo muchos ciudadanos, reaccionarios sin duda.
-Mire usted -me dijo el taxista, mientras aguardaba que una camioneta aparcase en una calle donde tal maniobra est¨¢ tan prohibida que es preciso que se vaya un infractor para ocupar el indebido lugar-. Fui a trabajar a Holanda con un contrato, sin el que no me hubieran permitido estar. En 30 a?os aprend¨ª dos oficios y trabaj¨¦ como un negro. Ahora veo bastantes negros y pocos trabajando, y le repito, ?por qu¨¦ pisos para moros y gitanos, [transcribo un lenguaje coloquial cuyas connotaciones peyorativas me guardo de compartir], cuando mis propios hijos, que trabajan y cotizan, no los encuentran con sus medios y no pueden casarse? A ver, expl¨ªqueme por qu¨¦.
Peliaguda cuesti¨®n. Le contest¨¦: "Por lo que s¨¦, todo se reduce al prop¨®sito de designar una comisi¨®n de cinco funcionarios de distintas competencias que debatir¨¢n el modo de construir viviendas de alquiler en consonancia con las rentas de los marroqu¨ªes".
En ese momento solt¨® el volante y volvi¨® la cara, con el riesgo que ello comporta. Arguy¨® furibundo:
-?Pero qu¨¦ dice! ?Qu¨¦ rentas? Si son ilegales, no trabajan...
Llegamos a destino. Mientras pagaba la carrera le di ¨¢nimos: "Palabras, amigo; planes, comisiones, todo en futuro imperfecto: 'se har¨¢ en breve plazo, inmediatamente, a primeros de a?o...'. Ya sabe usted lo que eso significa".
-?Y qu¨¦? -articul¨® al darme la vuelta-. Eso no resuelve el problema de mis hijos. Se quedar¨¢n solteros y se quedar¨¢n en mi casa "
Por prudencia y falta de tiempo disimul¨¦ que, de en tre los infelices emigrantes, s¨®lo ser¨¢n realojados quienes figuren en un censo ya aprobado por dichas administra ciones. El logogrifo consiste en armonizar la situaci¨®n de ilegalidad con prerrogativas y derechos que no alcanzan al ciudadano espa?ol en general y a los hijos del taxista en particular. ?O llegar¨¢n a ser un presuntos votantes?
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