Cheliabinsk-40 muestra sus cat¨¢strofes nucleares ocultas
Parlamentarios europeos visitan la zona secreta rusa donde cientos de miles de personas han sido contaminadas
ENVIADA ESPECIAL Varios centenares de campesinos pobremente vestidos aguardan en un descampado de los Urales, sobre un promontorio desde donde se divisa un molino en ruinas y las vacas que pacen junto al r¨ªo, el Techa, por el cual han fluido durante a?os los vertidos radiactivos de la f¨¢brica vecina, la Mayak (tambi¨¦n conocida por Cheliabinsk-40 o Cheliabinsk65), la empresa pionera de la elaboraci¨®n de plutonio para bombas at¨®micas de la ex URSS. Este es uno de los lugares m¨¢s siniestros de la historia de los accidentes nucleares, escenario de la cat¨¢strofe, en 1957, que fue conocida como de Kyshtim (la poblaci¨®n m¨¢s cercana a la f¨¢brica Mayak), y tambi¨¦n de una contaminaci¨®n radiactiva prolongada por agua y aire durante d¨¦cadas.
Tras cuatro horas a la intemperie, los habitantes de Musli¨²movo, t¨¢rtaros y baslikires casi todos ellos, atisban dos autobuses, que se acercan saltando sobre los baches del polvoriento camino. De los veh¨ªculos salen Ios esperados visitantes, una delegaci¨®n de diputados del Parlamento Europeo, que del 11 al 15 de octubre ha estudiado la situaci¨®n ecol¨®gica de la zona. Los visitantes van acompa?ados de los representantes de la Administraci¨®n de la provincia de Cheliabinsk y los dirigentes de Mayak, la empresa supersecreta hasta 1990, que, en 1949, fabric¨® el combustible de la primera bomba at¨®mica sovi¨¦tica y que, desde 1990, oficialmente no fabrica plutonio militar. En Mayak trabajan hoy 14.000 personas que reciclan combustible de centrales nucleares y vitrifican sus residuos radiactivos (mil millones de curios de dep¨®sitos), adem¨¢s de desmontar las cabezas de los misiles, objeto de los acuerdos de desarme con EE UU, y seguir cumpliendo las ¨®rdenes del ministerio de Energ¨ªa Nuclear de Rusia.
Nubes radiactivas
Si los campesinos de Musli¨²movo y centenares de pueblos corr¨ªan riesgos a ciegas debido a su peligroso vecino, los art¨ªfices de Mayak no sab¨ªan exactamente los peligros a los que estaban expuestos, sobre todo al principio, cuando hab¨ªa que igualar a toda costa la supremac¨ªa nuclear norteamericana. En Mayak hay cient¨ªficos orgullosos de haber sido abrazados por nubes radiactivas cuando contemplaban las explosiones al aire libre de sus primeros artefactos, y hay t¨¦cnicos sacrificados a la radiaci¨®n por unas condiciones de trabajo que s¨®lo empezaron a normalizarse en 1959, seg¨²n reconoce la doctora Nadezhda Okl¨¢dnikova, de la filial n¨²mero 1 del Instituto de Biof¨ªsica de Rusia.Musli¨²movo es un verdadero fil¨®n para los estudiosos de los efectos de la exposici¨®n prolongada a la radiaci¨®n sobre la poblaci¨®n civil. Sus habitantes pertenecen al contingente de medio mill¨®n de personas (civiles, t¨¦cnicos, soldados y presos) que, gracias a su estancia en Mayak o en sus cercan¨ªas, conoce este problema mejor que nadie en el mundo.
El primer episodio que les afect¨® se prolong¨® desde 1949 hasta 1956, a resultas del vertido de residuos l¨ªquidos de actividad alta y media a las aguas del Techa, perteneciente a la cuenca fluvial del Obi, que desemboca en el mar de Kara. La contaminaci¨®n total resultante fue de 2,75 millones de curios (especialmente cesio-137 y estroncio-90) y afect¨® a los 124.000 habitantes de las riberas del r¨ªo, de los cuales 28.000 recibieron altas dosis de radiaci¨®n. Un total de 7.500 personas y 22 poblaciones fueron evacuadas desde 1953. Por pura desidia, Musli¨²movo qued¨® al margen de la evacuaci¨®n, pese a que en la zona donde se encuentra se registraron "numerosos casos de enfermedad radiactiva cr¨®nica y un aumento de la frecuencia de los casos de leucemia", seg¨²n datos del programa gubernamental de 1993 para la rehabilitaci¨®n ecol¨®gica y ayuda a las v¨ªctimas de los efectos radiactivos de Mayak.
A la cat¨¢strofe dilatada en el tiempo, sigui¨® otra m¨¢s puntual el 29 de septiembre de 1957, cuando una explosi¨®n t¨¦rmica en uno de los contenedores de residuos l¨ªquidos de estroncio Mayak lanz¨® por los aires 20 millones de curios (en el accidente de Chern¨®bil se calcula que se liberaron cien millones de curios), de los cuales 2 millones se esparcieron en una nube que recorri¨® las provincias de Cheliabinsk, SverdIovsk y Tiumen en un itinerario que hoy se conoce como la Pista Radiactiva del Oriente de los Urales (PROU), un total de 20.000 kil¨®metros cuadrados con una contaminaci¨®n media de 0, 1 curio por kil¨®metro cuadrado de estroncio-90. La zona m¨¢s contaminada (unos 1.000 kil¨®metros cuadrados) fue clausurada y, parcialmente, convertida en un centro de experimentaci¨®n agr¨ªcola, por donde se pasean hoy los ciervos, las perdices y los jabal¨ªes. Un total de 10.500 personas fueron evacuadas (algunas por segunda vez); pero el n¨²mero de afectados rond¨® los 272.000 en 217 pueblos. En ning¨²n momento, el taller de procesado de plutonio de Mayak dej¨® de trabajar, pese a la inmediatez del foco de la explosi¨®n. De las 40.000 personas que combatieron la aver¨ªa (entre ellos 28.000 soldados y 1.000 reclusos de una instituci¨®n penitenciaria vecina), s¨®lo un 20% fueron localizados, aseguran los m¨¦dicos de Mayak.
La tercera aver¨ªa sucedi¨® en 1967, cuando el viento dispers¨® 600 curios de estroncio-90 y cesio-137 que, debido a la sequ¨ªa, hab¨ªan quedado al descubierto por la sequ¨ªa en las riberas del lago Karachai, un embalse de 45 hect¨¢reas de terreno, donde Mayak echaba sus residuos despu¨¦s de haber contaminado el Techa. La contaminaci¨®n, que afect¨® a 41.500 personas, se esparci¨® por una distancia de hasta 75 kil¨®metros y a?adi¨® a la PROU un total de 2.700 kil¨®metros cuadrados.
Un lago radiactivo
El problema m¨¢s acuciante hoyes la situaci¨®n del lago Karachai, donde hay residuos radiactivos con una actividad de 120 millones de curios, especialmente estroncio-90 y cesio- 137. En sus riberas, una brigada especial a bordo de camiones blindados con plomo trabaja para impedir que el nivel descienda y deje al descubierto los mort¨ªferas part¨ªculas que sedimentan en su fondo. Los trabajos para cubrir el lago, que han reducido su superficie a 15 hect¨¢reas, se ven dificultados por las cuantiosas lluvias de los ¨²ltimos a?os.Otro peligro viene del sistema de estanques en cascada que funciona como sistema de filtros para el agua radiactiva que antes iba a parar directamente al Techa. Los estanques, que han acumulado 350 millones de metros c¨²bicos de agua contaminada con una actividad de 200.000 curios, tienen filtraciones por las que pierden 10 millones de metros c¨²bicos de agua al a?o, seg¨²n estimaciones gubernamentales rusas, que constatan un aumento de la cantidad de estroncio-90 en el r¨ªo durante los ¨²ltimos a?os. De no solucionarse el problema, para el a?o 2010, el estroncio, que hoy se deposita en el fondo de los estanques, volver¨¢ a ser arrastrado masivamente al r¨ªo, seg¨²n el profesor Albrecht Kellerer, del Instituto de Biolog¨ªa de la Radiaci¨®n de Munich.
La posibilidad de mantener el nivel de agua de Karachai con ayuda de un reactor de neutro nes r¨¢pidos est¨¢ archivada desde que, en 1990, se interrumpieron las obras de central vecina cuyos edificios a medio construir se al zan en el paisaje de forma tan so brecogedora como la iglesia abandonada que, recuerda la existencia de un pueblo borrado de la tierra.
Los vecinos de Musli¨²movo se hab¨ªan preparado para recibir a los eurodiputados. Muchos llevaban recortes de peri¨®dicos con las conclusiones de la inspecci¨®n estatal, que ha detectado utilizaciones indebidas de los fondos del programa de ayuda y ha responsabilizado de ello al gobernador de la provincia, Vadim Soloviov.
Los fondos de atenci¨®n m¨¦dica han servido en algunos casos para construir viviendas a dirigentes locales y conceder cr¨¦ditos a empresas comerciales. El gobernador, un nombramiento de Yeltsin, dice ser v¨ªctima de una conjura de sus enemigos pol¨ªticos, aunque ha salido bien parado de la inspecci¨®n enviada por Mosc¨² tras la intervenci¨®n de los cinco diputados de Cheliabinsk en la Duma Estatal de Rusia (la C¨¢mara baja del Parlamento), seg¨²n afirma VIad¨ªmir Utkin, uno de ellos. El gobernador tiene buenos amigos, ya que conoce al presidente y tambi¨¦n a su ayudante en jefe, V¨ªctor lliushin, que, como Soloviov, fue dirigente de las Juventudes Comunistas.
Los vecinos de Musli¨²niovo exponen sus cuitas ante los eurodiputados."Los jefes se han construido una calle entera lejos de aqu¨ª ...", dice una mujer. "?Con qu¨¦ voy a alimentar a las vacas ahora?", se queja otra campesina, a quien las autoridades han quemado el heno segado junto al r¨ªo. La leche de las vacas, aclaran, se vende en Cheliabinsk. Guemed¨ªnova, una maestra, recuerda los veh¨ªculos de la Cruz Roja que, en los a?os cincuenta, aparec¨ªan para medir y pesar a los ni?os de Musli¨²niovo, que, hoy como ayer, se siguen ba?ando en el r¨ªo. "Al ser adulto, comprend¨ª que tenemos alguna importancia por ser una poblaci¨®n estrat¨¦gica", afirma Guemed¨ªnova, que dice ser madre de un ni?o leuc¨¦mico.
Mutaciones gen¨¦ticas
Gulfira Gal¨ªmova, la m¨¦dico terapeuta, habla de mutaciones gen¨¦ticas y asegura que siete de los 14 muertos habidos en un periodo de tres meses fallecieron de c¨¢ncer. En Kasl¨ªn, otro pueblo vecino, la doctora Natalia Ajliustina, habla de un 40% de fallecimientos por patolog¨ªa cong¨¦nita entre los ni?os de menos de un a?o muertos en 1992 y 1993 (respecto a un 18% en 1991)."En nombre de este pueblo, le pido que env¨ªen la ayuda a la gente y no a los jefes, que har¨¢n lo posible para que no la recibamos, y si no son capaces de controlar esta ayuda, mejor no manden nada", se?alaba Gal¨ªmova. Yakovus van Geel, el director del Instituto de los Elementos Transur¨¢nicos de Karlsruhe y el jefe de la delegaci¨®n, promete "informar de todo esto a Bruselas" y los eurodiputados se marchan llevando consigo el proyecto para crear un centro de Informaci¨®n sobre la Seguridad y la Rehabilitaci¨®n nuclear en los Urales por valor de tres millones de ecus bajo el control de la Administraci¨®n de Cheliabinsk.
En Musli¨²movo, los diputados, celosamente custodiados durante tres d¨ªas por funcionarios y bur¨®cratas, tal vez se han enterado que los pocos fondos que da el Estado ruso para cumplir los programas de rehabilitaci¨®n ecol¨®gica, oficialmente aprobados, no siempre se utilizan como debieran. Ese dato no estaba en el equipaje de los diputados cuando emprendieron su viaje a los Urales con un folleto propagand¨ªstico de Mayak por toda documentaci¨®n.
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