El nombre del ministro de Justicia franc¨¦s figura en el una investigaci¨®n judicial
La oleada de casos de corrupci¨®n en Francia empieza a tener efectos colaterales. Ren¨¦ van Ruymbeque y Philippe Courroye, los dos jueces m¨¢s significados por sus investigaciones sobre la clase pol¨ªtica, acudieron ayer a sus despachos respectivos bajo la protecci¨®n de tres guardaespaldas. Ambos han recibido amenazas de muerte an¨®nimas que la polic¨ªa considera "cre¨ªbles". Mientras tanto, siguen con su tarea: Van Ruymbeque trabaja en un nuevo caso de presunta corrupci¨®n en el que aparece el nombre del ministro de Justicia, el centrista Pierre M¨¦l¨ªaignerie.
Van Ruymbeque es juez en la localidad bretona de Rennes y ha instruido los informes relativos a la financiaci¨®n ?legal del Partido Socialista y del conservador Partido Republicano, y al enriquecimiento presuntamente ?leg¨ªtimo del reci¨¦n dimitido ex ministro G¨¦rard Longuet. Courroye es juez en Ly¨®n y es quien ha ordenado el encarcelamiento del ex ministro y alcalde de Grenoble, Alain Carignon. Ambos, ser¨¢n acompa?ados desde ahora, y por tiempo indefinido, por tres agentes de polic¨ªa vestidos de civil.El Ministerio del Interior ha preferido no dar detalles sobre las amenazas recibidas por ambos magistrados, pero las ha tomado muy en serio. Hace siete meses fue asesinada por pistoleros a sueldo una diputada conservadora, Yann Piat, y todo indica que su muerte se debi¨® a sus denuncias contra la corrupci¨®n pol¨ªtica en la Costa Azul.
El ¨²ltimo asunto en manos del juez Van Ruymbeque se refiere a la construcci¨®n del puente de Chevir¨¦, en Nantes. Seg¨²n sus pesquisas, los constructores de la obra pagaron en 1987 entre siete y 20 millones de francos en concepto de comisiones. No se conocen los nombres de los presuntos receptores del dinero. El ministro de Equipamientos era a la saz¨®n Pierre M¨¦haignerie, actual ministro de Justicia.
No hay d¨ªa sin un nuevo aflaire en la prensa. Y toda la clase pol¨ªtica empieza a estar bajo sospecha. El ministro de Asuntos Exteriores, el gaullista chiraquiano Alain Jupp¨¦, publica hoy un art¨ªculo en la primera p¨¢gina de Le Monde en el que, bajo el t¨ªtulo Aviso de tempestad, lamenta "la sospecha de corrupci¨®n generalizada" que se extiende entre la opini¨®n p¨²blica y hace una advertencia: "Existe un grave riesgo de fractura total en una sociedad que puede dejar de reconocerse en aquellos a los que ha elegido para que la conduzcan y, quiz¨¢, en ella misma".
Guerra interna
Jupp¨¦ tambi¨¦n se refiere en su art¨ªculo a la guerra interna en la Agrupaci¨®n para la Rep¨²blica (RPR), el partido gaullista, dos de cuyos l¨ªderes (el primer ministro, ?douard Balladur, y el alcalde de Par¨ªs, Jacques Chirac) aspiran a la presidencia y han dedicado el fin de semana a descalificarse mutuamente. Las divisiones internas suponen, dice Jupp¨¦, "un riesgo mortal" para la mayor¨ªa parlamentaria conservadora.
La derecha perdi¨® ya dos elecciones presidenciales (1981 y 1988) frente al socialista Fran?ois Mitterrand a causa de sus querellas intestinas, y se arriesga a una tercera derrota frente al m¨¢s que probable candidato de la izquierda, el socialista Jacques Delors, que espera en Bruselas y sube m¨¢s en los sondeos cuanto m¨¢s calla. Balladur y Chirac, por el contrario, bajan cada vez que se critican uno a otro. En una entrevista concedida a Le Figaro, Balladur acus¨® ayer a Chirac de "refugiarse en su partido [el RPR] como en una ciudadela" y de no comprender que los mecanismos de la V Rep¨²blica no se basan en la partitocracia.
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