C¨®nclave en Argel sobre el futuro de las comunidades religiosas tras el asesinato de dos monjas espa?olas
Los cuatro- obispos de Argelia -Constantia, Or¨¢n, Argel y Laguat- se reunieron ayer n c¨®nclave en la capital del pa¨ªs magreb¨ª con os responsables de las principales comunidades religiosas cat¨®licas para reflexionar sobre la violencia y los ¨²ltimos incidentes, especialmente el asesinato de las monjas espa?olas Caridad Mar¨ªa ?lvarez y Esther Paniagua, agustinas misioneras. El encuentro, de, car¨¢cter extraordinario, servir¨¢ para decidir oficialmente el futuro de las comunidades religi¨®sas asentadas en Argelia y poner en pr¨¢ctica medidas de seguridad para los miembros de estas comunidades.
Una reuni¨®n similar de car¨¢cter extraordinario se celebr¨® el pasado mes de mayo, tras el asesinato de dos religiosos franceses perpetrado en la alcazaba de Argel, por un comando del -Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA), organizaci¨®n sospechosa igualmente de la muerte de las dos monjas espa?olas.La cumbre eclesi¨¢stica se inici¨® con una s¨®la ausencia, la de Francisco Miguel Mar¨ªa Larburu Echaniz, el provincial para la regi¨®n del Magreb, de los Padres Blancos, una de las comunidades cat¨®licas m¨¢s prestigiosas de Argelia, creada hace cerca de 100 a?os para establecer un di¨¢logo con la sociedad musulmana. Larburu no pudo acudir a la cita porque acompa?¨® a Espa?a a los cad¨¢veres de las dos monjas asesinadas."
La ausencia de este religioso vasco, marino frustrado, y arzobispo oficioso de la comunidad religiosa espa?ola en Argelia, no incidir¨¢ sobre la marcha de la reuni¨®n, ya que una buena parte de los presentes est¨¢ totalmente de acuerdo con mantener su presencia en Argel¨ªa, aunque adoptando una serie de medidas de seguridad, entre las que se encontrar¨ªa el cierre de la residencia de la capilla de San Jos¨¦, en el barrio de Bab el Oued, ¨²ltimo domicilio de la comunidad de las agustinas asesinadas.
Esta casa, situada en el centro del barrio, se ha ido deshabitando en los ¨²ltimos meses. Las primer¨ªas en partir fueron las religiosas Consolaci¨®n y Nicolasa, quienes el pasado mes de septiembre, despu¨¦s de las vacaciones en Espa?a, no se reintegraron a su destino en Argelia. De las tres religiosas que quedaban, dos fueron asesinadas, y la ¨²nica superviviente es Mar¨ªa Lourdes Migu¨¦lez Matilla. Es la ¨²ltima de Bab el Oued. Pero dificilmente Mar¨ªa Lourdes volver¨¢ al barrio, aunque podr¨ªa quedarse en Argelia."?sta es mi tierra"
Mis amigos argelinos me han pedido que me vaya", explicaba un cura obrero franc¨¦s ayer por la ma?ana, revestido con los ornamentos en la puerta de la capilla de la Casa Diocesana de Argel, donde se celebr¨® la ¨²ltima misa por las dos monjas asesinadas. Y con la misma tranquilidad que explicaba esta recomendaci¨®n, aseguraba que ha decidido quedarse. "?sta es mi tierra, porque yo llev¨® m¨¢s de 20 a?os aqu¨ª y he vuelto a nacer en Argelia", se?al¨®.Pero no todos los religiosos cat¨®licos de Argelia han reaccionado de la misma manera. Pocas horas antes, un miembro de una de estas comunidades expresaba a sus superiores la decisi¨®n de dejar Argelia. Lo hac¨ªa, embargado por la emoci¨®n y el dolor, despu¨¦s del acto f¨²nebre por las dos monjas,.cuando a¨²n resonab¨¢n en el templo los c¨¢nticos de los fieles -"en el sol o en la niebla"- y las palabras del embajador de Espa?a, Javier Gim¨¦nez Ugarte, que reclamaba en nombre de las hermanas asesinadas 9a solidaridad de las comunidades isl¨¢micas en Argelia, porque en definitiva ellas fueron asesinadas cuando iban a rezar".
Ayer al mediod¨ªa, con la misma sencillez con la que se hab¨ªan celebrado los actos precedentes, los ata¨²des con los cad¨¢veres de las dos monjas fueron embarcados en un avi¨®n de la compa?¨ªa Viva Air, con destino primero a Barcelona y despu¨¦s a Madrid.Los f¨¦retros fueron introducidos en la bodega del avi¨®n a fuerza de hombros de una comunidad espa?ola diezmada por el miedo y la desesperanza.
Entre tanto, fuentes policiales recogidas por la agencia Efe informaban de que las fuerzas de seguridad abatieron entre el domingo y el martes a seis presuntos terroristas, en dos enfrentamientos separados: uno en el barrio perif¨¦rico de la capital Cherarba y otro en el cercano de Bach Yar¨¢.
"Ha sido un accidente"
"Ha sido un accidente", aseguraba el otro d¨ªa un vecino del barrio de Bab el Oued,, convertido en gu¨ªa improvisado de periodistas, que trataban de localizar en medio de un d¨¦dalo de callejuelas, la capilla de San Luis, escenario del asesinato de las dos monjas espa?olas.- "?Quiere usted decir que ha sido un asesinato?"
- "No. Ha sido un accidente", insisti¨® el argelino.
Con tal frase, este residente an¨®nimo de Bab el Oued, tendero de profesi¨®n, se sumaba a las voces de sus vecinos, para los que el asesinato de las dos monjas espa?olas carece de toda justificaci¨®n.
Pero al mismo tiempo, la frase de este hombre es una manera de reconocer que el barrio se encuentra sumido en una oleada imparable, de violencia, y que el tiroteo del domingo es un episodio m¨¢s de esta guerra civil larvada, que se arrastra desde hace casi tres a?os.La confrontaci¨®n entre fuerzas de seguridad y facciones islamistas vive en este mes de octubre uno de sus cap¨ªtulos m¨¢s negros y sangrientos, seg¨²n se desprende de los partes oficiales, en los que se recoge una media diaria de 20 "terroristas muertos".
Mientras, el di¨¢logo entre el r¨¦gimen de Argel y los dirigentes hist¨®ricos del Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS) se encuentra bloqueado.
Las calles de Argel parecen, sin embargo, ajenas al drama que se vive en ellas. Desde hace d¨ªas, pululan por sus aceras centenares de pintores, con brocha gorda, que repasan bordillos y farolas. Los bulevares de la capital argelina se han llenado de banderas, pancartas y carteles. Se han programado tambi¨¦n centenares de actos oficiales. Todo ello para cele.brar el pr¨®ximo uno de Noviembre, el 400 aniversario del principio de la guerra de Liberaci¨®n contra los franceses.
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