"E lucevan le stelle..."
Sirva un aria de Puccini para encabezar el recuerdo a un amigo maravilloso que se acaba de ir. Don Giacomo era su m¨²sico preferido e intent¨® que fuese el m¨ªo tambi¨¦n. En realidad, compart¨ªa con Armando Moreno el amor por la ¨®pera y una devoci¨®n infinita por Nuria Espert. Cosas de gran valor. Cosas que unen.Se entender¨¢ que no va este art¨ªculo de teor¨ªas escritas para salir del paso a la vista de un curr¨ªculo m¨¢s o menos brillante. Con Armando Moreno ha muerto uno de mis amigos m¨¢s queridos y en este aspecto representa una p¨¦rdida que no tengo palabras para expresar. Armando era un amigo en toda la extensi¨®n de la palabra; era un ser generoso, abierto, confidente y confiado a la vez. Era un personaje entra?able. Un gran se?or, adem¨¢s.
Pero mi afecto tiene poco que vender en t¨¦rminos period¨ªsticos; importa mucho m¨¢s destacar unas caracter¨ªsticas que acaso sean omitidas en este pa¨ªs tan dado a los olvidos. Conviene recordar, s¨ª, que con Armando Moreno muere un gran empresario, un formidable promotor de teatro de los tiempos heroicos, cuando el teatro se jugaba la cara y el dinero d¨ªa a d¨ªa -dos veces al d¨ªa, mejor dicho-; cuando el empresario arriesgaba su fortuna o su ruina cada vez que se levantaba el tel¨®n.
Yo, que viv¨ª junto a Armando las etapas de producci¨®n de algunos espect¨¢culos, tuve ocasi¨®n de familiarizarme con todos los entresijos de la econom¨ªa teatral en sus aspectos m¨¢s dram¨¢ticos, en sus urgencias mas inmediatas. Armando sol¨ªa decir que para montar Yerma tuvo que empe?ar las camas de toda la familia; se quedaba corto yo creo que tambi¨¦n empe?¨® las de los invitados.
Porque incluso en una gira decididamente triunfal como aqu¨¦lla los gastos eran inmensos, alucinantes, y si a algo no pod¨ªa aspirar la compa?¨ªa Nuria Espert durante el franquismo era a una subvenci¨®n de cualquier tipo. As¨ª se dio el caso de que un espect¨¢culo que pase¨® triunfalmente el nombre de Espa?a por el mundo tuvo que hacerlo a riesgo del infarto de su promotor. Y yo que estaba all¨ª -en cada pa¨ªs, en cada capital- puedo confirmarlo de primera mano para ver g¨¹enza de quienes entonces llevaban las jerarqu¨ªas del teatro espa?ol oficial.
Milagros
Al hablar de las grandes figuras de nuestro teatro no se habla de los aspectos econ¨®micos de su gesti¨®n, y esto es un error porque, antes de convertirse en asunto de ministerio, el teatro es un hecho de supervivencia, a menudo dram¨¢tica. Y la supervivencia de la compa?¨ªa Nuria Espert desde los ¨²ltimos a?os cincuenta hasta hoy mismo es uno de esos milagros que s¨®lo la tenacidad y la vocaci¨®n consiguen justificar.
Armando era un hombre que s¨®lo vivi¨® para, el teatro y para una apuesta personal una joven de 18 a?os que acababa de asombrar al p¨²blico barcelon¨¦s apr¨¦ndi¨¦ndose de memoria el papel de Medea de la noche a la ma?ana y consiguiendo una interpretaci¨®n de las que hacen ¨¦poca. La joven se llama Nuria Espert. Fue una apuesta dorada, y Armando lo" dio todo por ella. Pas¨® de ser gal¨¢n cinematogr¨¢fico -donde seguramente ten¨ªa mucho camino gracias a su extraordinaria apostura- a director esc¨¦nico, y despu¨¦s se qued¨®, como organizador de la compa?¨ªa.
En los a?os cincuenta, levantar una estructura privada no era cosa f¨¢cil, sobre todo si se aspiraba a hacer algo m¨¢s que vodeviles y comedias de tresillo. Si la elevada exigencia de Nuria siempre fue uno de los asombros de nuestro teatro, seguirla, potenciarla, era un acto del que pocos hombres hab¨ªan sido capaces. Armando supo hacerlo y acaso inspirarlo. Los montajes de la compa?¨ªa Nuria Espert ocuparon un lugar primordial en mi formaci¨®n de adolescente y en la de otros tamibi¨¦n. Lo cuento en mi libro de memorias El beso. de Peter Pan, luego no es cuesti¨®n de repetirse, pero s¨ª conviene insistir en su importancia hist¨®rica. Deber¨ªa tener a mano . el cat¨¢logo para apreciar debidamente todas las cosas bellas que el binomio Espert-Moreno -o a la inversa, si se prefiere- lleg¨® a darnos a lo largo de los a?os. O' Neill, Brecht, Lorca, Alberti, Genet, Shakespeare... No es poco, Armanducho, no es poco.Armando vivi¨® el teatro hasta los l¨ªmites del sufrimiento f¨ªsico, y no creo que deje de vivirlo en alg¨²n lugar de nuestros recuerdos. En el otro mundo estar¨¢ pensando en alg¨²n montaje donde Nuria Espert y Pl¨¢cido Domingo puedan alternar con textos de Alberti musicados por Puccini y producidos por Olga Moliterno. Y una vez m¨¢s estar¨¢ ¨¦l preocup¨¢ndose por esa subvenci¨®n que nunca llega y d¨¢ndonos la tabarra a todos sus amigos por el elevado coste de los decorados. Por cierto: ?c¨®mo se echan en falta las tabarras de los amigos cuando se han ido! ?Ojal¨¢ pudi¨¦ramos seguir escuchando las de nuestro querido Armando para toda la eternidad!
Babelia
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