"El Gobierno amenaza la recuperaci¨®n"
Ha dejado de ser la cara nueva del Partido Popular para convertirse en la imagen asociada a las explicaciones y propuestas econ¨®micas de la principal fuerza de la oposici¨®n. Crist¨®bal Montoro, de 44 a?os, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada, lleva el peso de las enmiendas al proyecto de Presupuestos Generales del Estado. En esta conversaci¨®n explica las razones para oponerse a las cuentas del Gobierno.Pregunta. Su oposici¨®n a los presupuestos es frontal, un a?o m¨¢s. ?Tanto separa su concepci¨®n de la del Ejecutivo?
Respuesta. El proyecto es una huida hacia adelante, la continuidad en el error. El Gobierno no hace sus deberes, que son apoyar la recuperaci¨®n econ¨®mica, garantizar su duraci¨®n y facilitar su influencia intensiva en creaci¨®n de empleo. La clave es la recuperaci¨®n de la confianza de inversores y consumidores para dejar atr¨¢s una crisis atroz, que nos ha costado 850.000 empleos destruidos en tres a?os y la desaparici¨®n del 20% de las empresas. Para eso se necesita un presupuesto austero en el gasto, que no eleve la presi¨®n fiscal y tenga capacidad de reducir el d¨¦ficit. El Gobierno hace lo contrario, insiste en lo que sabe hacer, gastar y despilfarrar y aumentar la presi¨®n fiscal. Es una amenaza para la recuperaci¨®n porque va a producir m¨¢s inflaci¨®n y va a presionar al alza los tipos de inter¨¦s.
P. El PP presenta m¨¢s de un millar de enmiendas, con la pretensi¨®n de reducir el gasto p¨²blico en medio bill¨®n, impedir la subida del IVA y mejorar prestaciones sociales. ?No estamos ante la cuadratura del c¨ªrculo?
R. Lo que no se puede es presentar el bienestar social de los espa?oles como resultante de la deuda y del d¨¦ficit p¨²blicos, cuando ¨¦stos en realidad amenazan la recuperaci¨®n. Nosotros no recortamos gasto social, sino, al contrario, queremos subir un poco las pensiones menos favorecidas. Con un presupuesto total de 30 billones de pesetas, es posible recortar un 20% de gastos de funcionamiento de las administraciones p¨²blicas y ahorrar 200.000 millones. Tambi¨¦n reclamamos una reducci¨®n dr¨¢stica de altos cargos para volver a la estructura de 1982, que los socialistas han hinchado hasta el extremo. La Administraci¨®n no puede ser un refugio para pol¨ªticos.
P. Pero si los altos cargos se sustituyen por funcionarios, tambi¨¦n hay que pagarles. ?Donde est¨¢ el ahorro?
R. Hay un ahorro importante en la supresi¨®n de organismos in¨²tiles. Cuando se suprime un alto cargo se elimina una cantidad importante de gasto, de parafernalia vinculada a ese car¨¢cter de alto cargo, no a la funci¨®n que cumple. Hay que profesionalizar la Administraci¨®n y acabar con el refugio para pol¨ªticos con carn¨¦. Otro gran bloque de ahorro posible es la reducci¨®n de transferencias a las empresas p¨²blicas, que se eleva a un bill¨®n de pesetas. Hay que introducir disciplina en el sector p¨²blico empresarial. Los intereses de la deuda suman ya tres billones, el 5% del producto interior bruto, mientras la inversi¨®n directa prevista es de 1,3 billones y esa es una situaci¨®n muy peligrosa.
P. ?Cuando hablan de ahorro, de d¨®nde salen los c¨¢lculos? El ministro de Econom¨ªa y Hacienda, Pedro Solbes, cifra la aceptaci¨®n de las enmiendas del PP en un bill¨®n m¨¢s de gasto para el Estado.
R. Nos basamos en estudios rigurosos y en el seguimiento del empleo de recursos en las Administraciones p¨²blicas. En determinados organismos aut¨®nomos se ahorra, cuando hay voluntad de hacerlo, hasta el 50% en material y gastos de transporte, luego se puede hacer. En cuanto a las afirmaciones de Solbes, el Gobierno ya dijo algo parecido el a?o pasado y le pedimos que enviara sus documentos y sus c¨¢lculos al Parlamento. A¨²n estamos esperando.
P. Otra gran pata de sus enmiendas es aumentar ingresos para reducir el d¨¦ficit. Proponen doblar los ingresos por privatizaciones, de 300.000 a 600.000 millones. Pero la colocaci¨®n de Repsol la ha tenido que aplazar el Gobierno por la ca¨ªda de la Bolsa. ?No es el suyo un planteamiento puramente voluntarista?
R. Algo tiene que ver el Gobierno con la situaci¨®n de la Bolsa. Cuando se hace una pol¨ªtica favorecedora de los tipos de inter¨¦s bajos, la Bolsa sube, y al contrario. Nuestra cifra no es nada alta. Privatizar otro tramo de Repsol aporta entre 200.000 y 250.000 millones de pesetas, luego hay un amplio margen. Pero debe quedar claro que el objetivo prioritario de una pol¨ªtica de privatici¨®n no es conseguir recursos para gastar m¨¢s o amortizar deuda, o es vender las joyas de la abuela, sino racionalizar la presencia de las empresas en el mercado. Sectores como transnortes, comunicaciones, energ¨ªa y financiero pueden y deben abaratar la factura que pasan al conjunto de la econom¨ªa.
P. La tercera pata es la oposici¨®n a la subida del IVA para compensar la reducci¨®n de cotizaciones sociales. Ustedes han reclamado mucho la bajada de esas cotizaciones.
R. Y queremos que se bajen m¨¢s, este a?o punto y medio, en vez del punto que propone el Gobierno, pero sin subir el IVA. La potencial p¨¦rdida de recaudaci¨®n debe absorberse por la v¨ªa del crecimiento econ¨®mico, si es que nos lo creemos. Si estamos en una recuperaci¨®n, aumentar¨¢ la recaudaci¨®n. Quiero decir que si el Gobierno prev¨¦ para el a?o pr¨®ximo un 3% de crecimiento, la previsi¨®n de ingresos que hace se queda muy corta, ha escamoteado recaudaci¨®n en los presupuestos. As¨ª se garantiza un aumento encubierto de presi¨®n fiscal.
P. ?No incurren ahora en una manifiesta contradicci¨®n? Hasta hace meses negaban la recuperaci¨®n.
R. En absoluto. Hemos hablado con claridad de un cambio de coyuntura econ¨®mica, despu¨¦s de una crisis que ha dejado secuelas tremendas. Lo que pasa es que el cambio se basa en una ca¨ªda de tipos de inter¨¦s provocada por la falta de demanda de cr¨¦dito y en la ganancia de competitividad que han supuesto las sucesivas devaluaciones, un procedimiento que nuestros socios europeos no nos van a permitir en el futuro. Ese cambio, por tanto, es fr¨¢gil y est¨¢ amenazado adem¨¢s por la crisis pol¨ªtica. Los sucesivos casos de corrupci¨®n y la forma de gobernar, siempre con apoyos condicionados, ponen en duda la recuperaci¨®n de la confianza. La pregunta es si puede haber una recuperaci¨®n econ¨®mica s¨®lida con una crisis pol¨ªtica.
P. ?Pero estamos o no en una fase de recuperaci¨®n?
R. Si admitimos el cuadro macroecon¨®mico del Gobierno, lo que hay que decir es que los presupuestos afectar¨¢n negativamente la recuperaci¨®n por la v¨ªa de m¨¢s inflaci¨®n y m¨¢s altos tipos de inter¨¦s, y adem¨¢s subiendo los impuestos. Pensar que nos va a venir de fuera la recuperaci¨®n que no consigamos desde dentro es un sue?o.
P. ?No aprecia, al menos, una voluntad de controlar m¨¢s la ejecuci¨®n de los presupuestos?
R. No, por la sencilla raz¨®n de que las garant¨ªas son las mismas que el Gobierno se ha saltado sistem¨¢ticamente hasta ahora. Luego no hay ninguna garant¨ªa. Las ventanas por las que se escapa el gasto p¨²blico siguen abiertas. En 1994 la desviaci¨®n del gasto cercana al medio bill¨®n, seg¨²n cifras oficiales. Sin contar con las correcciones a posteriori del Tribunal de Cuentas, que en algunos ejercicios llegan al bill¨®n de d¨¦ficit encubierto.
P. La credibilidad de la oposici¨®n tambi¨¦n se mide por su gesti¨®n all¨ª donde gobierna. ?Un caso como el de Biom¨¦dica en Castilla y Le¨®n no pone en duda sus propuestas de pol¨ªtica industrial y pol¨ªtica econ¨®mica?
R. No conozco a fondo el caso, y la Junta de Castilla y Le¨®n se ha comprometido a explicarlo. Lo que yo puedo decir es que donde gobierna el PP, dentro de los m¨¢rgenes de cada Administraci¨®n, se reduce el d¨¦5cit, sea el Ayuntamiento de Madrid o la comunidad de Castilla y Le¨®n. Las cifras son incontestables y el crecimiento es mucho mayor que la media, sea en Castilla y Le¨®n o en Baleares, porque hay confianza derivada de una pol¨ªtica econ¨®mica seria y de un rigor presupuestario. All¨ª donde gobernamos somos coherentes con nuestros programas.
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