Bancos de tejidos humanos en Espa?a, el viejo mito de Frankenstein hecho realidad
Un cuerpo humano puede descomponerse en miles de piezas, congelarlas y reutilizarlas despu¨¦s para reparar otros cuerpos da?ados. Primero fueron s¨®lo los ¨®rganos, y actualmente, unos 30 bancos sanitarios repartidos por Espa?a se dedican a la conservaci¨®n y aplicaci¨®n cl¨ªnica de los tejidos. El mito de Frankenstein es ya una realidad cient¨ªfica. El puzzle hasta ahora se compone de huesos, v¨¢lvulas cardiacas, piel, venas y arterias, c¨®rneas, cart¨ªlagos, tendones, gl¨®bulos rojos y c¨¦lulas sangu¨ªneas del cord¨®n umbilical. En una vuelta de tuerca m¨¢s, los investigadores intentan independizarse de la donaci¨®n a partir de cad¨¢veres, cultivando el tejido en laboratorio, c¨¦lula a c¨¦lula, para los futuros trasplantes.Un f¨¦mur o una mand¨ªbula donados sirven para suplir los suyos perdidos a un enfermo de c¨¢ncer. Con s¨®lo un cent¨ªmetro de piel del propio paciente que ha resultado quemado se pueden producir grandes cantidades para reponerla. Lo mismo sucede con otros tejidos y hasta con las c¨¦lulas precursoras hematopoy¨¦ticas extra¨ªdas del cord¨®n umbilical, que hoy en d¨ªa est¨¢n sustituyendo a algunos trasplantes de m¨¦dula ¨®sea en ni?os enfermos de leucemia.
De ello se encargan unos 30 bancos de tejidos repartidos en otros tantos hospitales espa?oles y, con mayor especializaci¨®n e intensidad, los tres centros regionales de transfusiones creados en Valenc¨ªa, Asturias y Granada. Los bancos de tejidos en Espa?a han abierto tanto las puertas de la esperanza al tratamiento m¨¦dico como cerrado el grifo del despilfarro del dinero p¨²blico.
El precio de un f¨¦mur
Un ejemplo es la actividad del centro comunitario de transfusi¨®n del Principado de Asturias, desde el que se enviaron hacia toda Espa?a durante este a?o 1.041 piezas ¨®seas procesadas para trasplantes, 17 tendones, 44 c¨®rneas, 7.910 cent¨ªmetros cuadrados de piel de cad¨¢ver, dos arterias y una v¨¢lvula cardiaca pulmonar. Como explica Mar¨ªa Jes¨²s Arriaga, m¨¦dico de la unidad de Criobiolog¨ªa de este centro, "cuando les decimos el precio a los m¨¦dicos se sorprenden porque un f¨¦mur aqu¨ª cuesta 340.000 pesetas, y si se importa desde Estados Unidos llega al mill¨®n y medio". El precio de una arteria es de 120.000 pesetas, y 60.000 el de una c¨®rnea.La criopreservaci¨®n es la t¨¦cnica que permite mantener los tejidos donados o producidos en laboratorio para su posterior utilizaci¨®n en los hospitales. Consiste b¨¢sicamente, y con peque?as variaciones seg¨²n el tejido, en el uso de un l¨ªquido que mantiene la viabilidad celular; despu¨¦s, un frigor¨ªfico que va bajando la temperatura progresivamente, a veces hasta los -100 grados cent¨ªgrados y, finalmente, nitr¨®geno l¨ªquido hasta -196 grados cent¨ªgrados para el almacenamiento de la pieza, como es concretamente el caso de la piel de cad¨¢ver. Para trasladarlos hasta los hospitales se almacenan en cajas isot¨¦rmicas con nieve carb¨®nica.
Pero la piel tambi¨¦n se puede producir en vivo, como lo hace uno de los pioneros mundiales en esta t¨¦cnica, el italiano Michele de Luca, investigador del Centro de Biotecnolog¨ªa Avanzada del Instituto Nacional del C¨¢ncer, en G¨¦nova. Los pasados 27 y 28 de octubre particip¨® en Oviedo en las VII Jornadas sobre Criopreservaci¨®n de Tejidos. En estos momentos trabaja en la producci¨®n de queratinocitos de la c¨®rnea, y c¨¦lulas epiteliales de uretra y vagina. "La mayor¨ªa de los tejidos se podr¨ªan producir, aunque su aplicaci¨®n cl¨ªnica todav¨ªa no est¨¢ lista. En el caso de la epidermis, el ¨¦xito actual es variable. Nos enfrentamos toda v¨ªa a dos problemas: hacer crecer las c¨¦lulas limpiamente en laboratorio y preparar bien el cuerpo donde se va a implantar", explic¨®. "Hay que tener sumo cuidado en conseguir una producci¨®n cient¨ªfica de la piel, que sea de buena calidad, viable y controlada. Porque todo es muy peligroso en este campo".
Los investigadores subrayan la importancia del control anal¨ªtico de los tejidos destinados a trasplantes, porque, igual que ha sucedido con la sangre, pueden ser el veh¨ªculo de enfermedades mortales.
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