Famosos de serie negra
El juez permite la entrada de las c¨¢maras en el juicio contra O. J. Simpson, convertido en el mayor espect¨¢culo en la historia de la televisi¨®n
Cinco meses despu¨¦s de ser acusado del asesinato de su ex mujer, Nicole Brown, y del de un amigo de ¨¦sta, la leyenda viviente del f¨²tbol americano, O. J. Simpson, va a luchar por su vida en el proceso m¨¢s mediatizado del siglo. El jurado ya ha sido seleccionado y el magistrado, Lance Ito, dio anoche su permiso para que las c¨¢maras puedan estar presentes durante un juicio que se ha convertido en el mayor espect¨¢culo de la televisi¨®n desde que se invent¨®.Nada ha podido superar la expectaci¨®n ante espect¨¢culos televisivos con asesinatos, canibalismo, acoso sexual, violaciones y protagonistas como Christian Brando, el juez Clarence Thomas, William Kennedy, los parricidas hermanos Men¨¦ndez, Lorena Bobbitt... Una verdadera industria con la caza y captura de la exclusiva como deporte. Exagera seguramente Oliver Stone, en Asesinos natos, cuando se?ala como m¨¢ximo responsable de tanta carro?a a la televisi¨®n. Pero se acerca bastante a lo que puede ser la voracidad de los medios. Y de ello han hablado, antes que Stone, pel¨ªculas como El caso de la animadora de Tejas (estreno en Canal +, el 20 de noviembre), una comedia negra sobre el intento de asesinato que ocurri¨® en Tejas en 1991 y la subsiguiente batalla campal por los derechos.
La primera entrega del caso O. J. fue la huida y persecuci¨®n por las autopistas de Los ?ngeles (el 17 de junio) que fue consumida por 95 millones de espectadores. M¨¢s que los que tuvo la final de la Super Bowl. Helic¨®pteros con reporteros dispuestos a todo; cientos de coches de polic¨ªas; miles de adeptos a Simpson core¨¢ndole desde el arc¨¦n. A Bob Tur, uno de los reporteros con helic¨®ptero, aquello le record¨® a Apocalypse now. Las m¨¢s famosas telecomedias -Murphy Brown y Seinfeld- han incluido la fuga en sus episodios.
El tercer acto del caso 0. J. -el segundo fue la exhaustiva cobertura televisiva de las diligencias- comienza ahora. Cientos de periodistas se disputan cada metro cuadrado. Parab¨®licas, unidades m¨®viles, c¨¢maras, cables... "Como monos en un zoo, se queja un reportero de la Fox. ?nicamente 25 podr¨¢n verlo en directo. Ya hay bajas, como la de la reportera la la que abrieron la cabeza con una pesada c¨¢mara. Las televisiones han construido torres para filmar por encima del rival. Alrededor del acusado, todo el mundo saca algo. Su abogado, Robert Shapiro, prepara un libro sobre c¨®mo se puede influir a los medios en los casos c¨¦lebres; una antigua amante se deja fotografiar por Playboy. El propio Simpson registra su marca para controlar los royalties sobre la impresionante industria de camisetas y recuerdos que ha generado el caso. A la cadena por cable especializada en procesos, Court TV, el proceso le ha reportado 500.000 suscriptores m¨¢s. Y la CNN se ha rendido a la evidencia: ni reforma sanitaria, ni Hait¨ª, ni Sarajevo; Simpson ocupa su horario estelar.
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