Luis V¨¢zquez de Parga, historiador
Cuando Luis V¨¢zquez de Parga ingres¨® en la Real Academia de la Historia, el 18 de noviembre de 1973, recordaba la primera sesi¨®n solemne en la que, casi cincuenta a?os antes, tomaba asiento en la casa don Claudio S¨¢nchez Albornoz. Don Claudio era ya entonces -1926- un prestigioso maestro universitario, y ten¨ªa como disc¨ªpulo a Luis V¨¢zquez de Parga. El jovenc¨ªsimo disc¨ªpulo del joven profesor que era entonces don Claudio fue a la Real Academia de la Historia a escuchar a su maestro leer el discurso Estampas de la vida en Le¨®n durante el siglo X. V¨¢zquez de Parga, a sus 18 a?os, se sent¨ªa orgulloso, en aquella sesi¨®n solemne, de o¨ªr a su maestro leer una obra en la que ¨¦l hab¨ªa colaborado en la correcci¨®n de pruebas de los ap¨¦ndices eruditos que se a?aden a las amen¨ªsimas Estampas, por el dominio que ten¨ªa del lat¨ªn medieval, en el que fue preclaro especialista. Escuchaba V¨¢zquez de Parga aquella tarde a don Claud¨ªo valorar los ricos detalles de los diplomas "con docto poder interpretativo". As¨ª lo reconoc¨ªa don Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal en su contestaci¨®n al discurso.Conoc¨ªa muy bien don Claudio a su joven disc¨ªpulo. Sab¨ªa de su prodigiosa facilidad para aprender lenguas cl¨¢sicas. Por eso descans¨® en ¨¦l confi¨¢ndole la correcci¨®n de las pruebas de los textos latinos del discurso, como iba a hacer tantas veces despu¨¦s por la seguridad que le daban el saber y la erudici¨®n de V¨¢zquez de Parga.
Jos¨¦ Mar¨ªa Lacarra, cuando contest¨® al discurso de V¨¢zquez de Parga, San Hermenegildo ante las fuentes hist¨®ricas, record¨® los a?os en que ambos coincidieron en las aulas de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Madrid: Luis V¨¢zquez de Parga, en el primer curso, ya hab¨ªa le¨ªdo al abate Loisy y a Emile Male, y se interesaba en la cr¨ªtica de los documentos y en el m¨¦todo. Desde entonces, con saberes acrecentados por horas y horas de estudio y de investigaci¨®n, V¨¢zquez de Parga dedic¨® su vida entera a indagar oscuras cuestiones del pasado hispano. Supo utilizar, para ello, sus conocimientos de ling¨¹¨ªstica, de paleolog¨ªa, de epigraf¨ªa, de arqueolog¨ªa, de historia del arte. En 1930 ingres¨® en el cuerpo de archiveros, bibliotecarios y arque¨®logos. No le interesaba la ense?anza universitaria. El era un investigador puro. Cuando fue creado, en 1932, el Instituto de Estudios Medievales, en el Centro de Estudios Hist¨®ricos, colabor¨® Luis V¨¢zquez de Parga en preparar la edici¨®n cr¨ªtica de las fuentes documentales de la Espa?a medieval, para formar los Monumenta Hispaniae Historica, bajo la direcci¨®n de don Claudio S¨¢nchez Albornoz y de don Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal.
Estudio riguroso
No cabe, en esta nota, ni siquiera aludir a las publicaciones de Luis V¨¢zquez de Parga, fruto todas ellas de la actitud cr¨ªtica, del cuidado en la interpretaci¨®n y estudio de las fuentes y de saberes enciclop¨¦dicos. Baste referir que Luis V¨¢zquez de Parga pod¨ªa descubrir que el poema "del agua de la vida" atribuido a san Juan de la Cruz o a fray Luis de Le¨®n es s¨®lo una versi¨®n parafr¨¢stica del himno medieval De gloria Paradisi, de san Pedro Damiano, o estudiar la escultura rom¨¢nica.De toda la obra de Luis V¨¢zquez de Parga cabe se?alar, por la calidad y por la importancia del tema, la dedicada a la historia de Las peregrinaciones a Santiago de Compostela. Esta obra fue publicada en tres vol¨²menes en los a?os 1948 y 1949. Fue concebida en el verano de 1932, cuando Luis V¨¢zquez de Parga, Jos¨¦ Mar¨ªa Lacarra y Jos¨¦ Mar¨ªa Giner recorrieron a pie la ruta jacobea desde Valcarlos, en la frontera francesa, hasta la ciudad del Ap¨®stol. Luis V¨¢zquez de Parga hizo el plan de la obra, en la que colaboraron con ¨¦l Jos¨¦ Mar¨ªa Lacarra y Juan Ur¨ªa. V¨¢zquez de Parga, adem¨¢s del plan y de la direcci¨®n, escribi¨® los cap¨ªtulos sobre la peregrinaci¨®n y el culto a las reliquias en la antig¨¹edad pagana y cristiana; sobre el descubrimiento del sepulcro y primeras noticias del culto a Santiago; sobre los peregrinos y las peregrinaciones durante la Edad Media; sobre las leyendas ¨¦picas y otros g¨¦neros literarios, y sobre las influencias art¨ªsticas ejercidas por los peregrinos. La obra es ejemplo de c¨®mo la conjunci¨®n de saberes permite llegar a resultados permanentes, que no envejece el paso del tiempo. En esta gran obra se muestra c¨®mo Santiago no cerr¨® Espa?a, sino que la abri¨® a las influencias de allende los Pirineos y c¨®mo las influencias hisp¨¢nicas se ejercieron m¨¢s all¨¢ de la cordillera, contribuyendo unas y otras a la formaci¨®n de Europa.
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