EL ESCANCIADOR MEC?NICO

Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Arg¨¹elles, t¨¦cnico ajustador de la empresa Duro Felguera, domiciliado en la localidad de Colloto, cercana a Oviedo (Asturias), ha construido el primer robot escanciador de sidra. Se llama Manol¨ªn, lo ha engendrado en acero inoxidable, viste de asturiano (madre?as, chaleco, pantal¨®n, camisa blanca, faja y montera picona) y adopta la m¨¢s gallarda postura de un buen escanciador de sidra, conocedor de los secretos de ese viejo arte asturiano de servir un cul¨ªn desde lo alto, dejando caer el fermentado zumo de la manzana como un hilo quebradizo que acaba por romperse contra la pared interior del vaso, casi al borde del vidrio. Manol¨ªn, semblante sereno y perfil afilado, ejerce seg¨²n los viejos c¨¢nones del buen escanciador, cumpliendo el ritual de los m¨¢s exigentes bebedores de la regi¨®n. Garc¨ªa Arg¨¹elles, que suele invitar a sus amigos a beber la sidra que ¨¦l mismo elabora, decidi¨® dotarse de un ayudante que sirva y no consuma, quedando as¨ª liberado del compromiso inherente a todo anfitri¨®n de mantener perpetuamente ocupados los vasos. Su hija y ¨¦l mismo se prestaron como modelos para el dise?o antropom¨®rfico del robot: 1,80 metros de musculatura met¨¢lica y nacido adulto al cabo de 500 horas de trabajo en ratos libres en el taller que posee en su casa el inventor. Un temporizador permite al bebedor decidir el tama?o del cul¨ªn, y una bomba el¨¦ctrica graduada concede a Manol¨ªn la capacidad de levantar el brazo y la botella por encima de la cabeza para dejar caer el torrente de sidra. Su propietario ha recibido ofertas para comprarle el artilugio, pero ha declinado hasta ahora las propuestas. Siquiera sea por ahorrarse el esfuerzo de tener que servir la sidra a los dem¨¢s.-