La apuesta por el di¨¢logo en Argelia
A mediados de septiembre pasado nos lleg¨® desde la vecina Argelia la noticia de que se re forzaba la l¨ªnea de di¨¢logo con el FIS a fin de encontrar una so luci¨®n pol¨ªtica a. la dram¨¢tica si tuaci¨®n del pa¨ªs. Para quienes pensamos que la interrupci¨®n electoral de enero de 1992 fue un grave error, la decisi¨®n del general Liamin Zeroual de sacar de la c¨¢rcel a los l¨ªderes del FIS era un paso positivo que mostraba una voluntad de con senso que, hay que decirlo, no ha existido nunca en la historia de este pa¨ªs. Como era de esperar, el anuncio de dicho paso trajo consigo la exacerbaci¨®n de los extremos, de los erradicadores (que s¨®lo admiten la v¨ªa de la aniquilaci¨®n total del islamismo) y del GIA, la rama m¨¢s violenta y extremista del islamismo argelino, que recluta a sus miembros entre los antiguos combatientes en la guerra de Afganist¨¢n, los disidentes del FIS y el mundo de la delincuencia. Ambas partes zanjan la realidad social argelina considerando que hay dos pueblos, uno, el islamista, y otro, el laico-europeocentrista, considerando que no hay lugar para el debate social y pol¨ªtico: no se trata m¨¢s que de la aspiraci¨®n de un pueblo a erradicar al otro.En consecuencia, tras el anuncio del di¨¢logo, el GIA lanz¨® en octubre una nueva ola de violencia para mostrar su insurrecci¨®n con. respecto al FIS, a la vez que un poderoso, sector del Ej¨¦rcito, liderado por el general Muliaminad Lamari, responsable de la lucha antiislamista, apoyado por los sectores erradicadores argelinos (el partido berberista Reagrupamiento por la Cultura y la Democracia, los ex comunistas y uno de los grupos feministas argelinos, el Reagrupamiento Argelino de Mujeres Dem¨®cratas), daba "un golpe de mano" en el seno de un poder fragmentado, don de el enfrentamiento entre los diversos clanes- predomina, y lograban el ascenso de Lamaria jefe del Estado Mayor y la congelaci¨®n del di¨¢logo con el FIS. Sin embargo, ni la llamada de los unos a coger las armas para exterminar todo lo que sea sospechoso de islamismo, huyendo de la reflexi¨®n sobre las causas y las condiciones que conducen a los j¨®venes y clases urbanas a adherirse a esta tendencia, ni los actos terroristas del GIA, cuya repugnancia y brutalidad van en aumento, de ber¨ªan desalentar a los art¨ªfices del di¨¢logo. Por el contrario, muestran la, urgencia del mis mo. Por ello, la cita de hoy en Roma siempre y cuando participe el FIS, puede significar una reorientaci¨®n a favor del necesario di¨¢logo entre las distintas fuerzas pol¨ªticas argelinas, ¨²niera v¨ªa capaz de promover una salida a la crisis.
Sin duda, a fianzar el di¨¢logo supone llegar hasta la amnist¨ªa de los l¨ªderes del FIS y a detener la represi¨®n indiscriminada y sin garant¨ªas jur¨ªdicas en la que ha incurrido el Estado desde 1992. El poder en Argel ha (le demostrar que su programa no se basa s¨®lo en la obsesi¨®n por permanecer en el Gobierno a toda costa y aceptar que la lucha contra el FIS y el GIA sin distinci¨®n no conduce m¨¢s que a la destrucci¨®n del pa¨ªs. Asi mismo, requiere que las fuerzas pol¨ªticas que se denominan de mocr¨¢ticas hagan prueba de su responsabilidad hist¨®rica y con tribuyan a la pacificaci¨®n del pa¨ªs participando en la transici¨®n e impidiendo que el futuro de Argelia se limite a un acuerdo entre militares e islamistas, en un, modelo a la sudanesa.
El islamismo no puede ser totalmente ignorado, porque, guste o no, genera un ¨ªndice elevado de credibilidad entre la poblaci¨®n, y esperar su desaparici¨®n s¨²bita no es una manera realista de afrontar la situaci¨®n. Se trata m¨¢s bien de ir integrando a esta tendencia de la manera menos abrupta y m¨¢s consensuada posible, de reconocer que el islamismo no es monol¨ªtico y que, por tanto, diferenciar tendencias exige dialogar con los legalistas.
- Por ello, con respecto al miedo que motiva la posibilidad de que el FIS participe en el Gobiemo de Argelia-, creo que no estar¨ªa de m¨¢s puntualizar ciertas cuestiones.
Del programa del FIS, seg¨²n fue expresado en la campa?a electoral de 1991, en la que pude estar presente, es de se?alar que, sobre todo, trasluc¨ªa , su falta de. precisi¨®n de una l¨ªnea econ¨®mica o pol¨ªtica, fruto de su, falta de cultura de gobierno. Nunca atac¨® directamente al sistema de libremercado, aunque s¨ª al socialista, y, desde luego, con respecto a las relaciones comerciales con el exterior (venta de hidrocarburos, importaciones alimentar¨ªas, etc¨¦tera) necesitar¨ªa, llegado el caso, sentar las bases de una buena y rec¨ªproca relaci¨®n, como cualquier Gobierno argelino.
Con respecto a su discurso antioccidentalista, hay que decir que no, lo es m¨¢s que el de otros nacionalismos, como lo fue el paparabista. y el de todos aquellos movimientos que, como ¨¦l islamismo, basan parte de su programa en la denuncia del sistema mundial, considerando al Sur, y en ¨¦l al mundo musulm¨¢n, injustamente tratado. No obstante, la evoluci¨®n pol¨ªtica interna del FIS y su relaci¨®n con el exterior, si se integrase en un Gobierno, depender¨ªa del marco en que gobernase (dado que si se optase por un sistema electoral proporcional, que es el. m¨¢s apropiado para los procesos de transici¨®n, se aminorar¨ªa su ¨¦xito absoluto a favor de los partidos minoritarios) y de las dem¨¢s instituciones pol¨ªticas del r¨¦gimen que tenga ante ¨¦l.
- En ese sentido, creo que es necesario aclarar un equ¨ªvoco demasiado extendido desde que en enero de 1992 se interrumpi¨® el proceso electoral. Muchos han sido los que han escrito que uno de los riesgos de dejar ganar las elecciones al FIS ser¨ªa su disponibilidad para modificar entonces la Constituci¨®n, y, por tanto establecer "a la manera jomeinista" un nuevo orden social y pol¨ªtico a su imagen y semejanza. La lectura de la Constituci¨®n de 1989 permite darse cuenta de que esto no ser¨ªa ni as¨ª de f¨¢cil ni de evidente. Bien al contrario, una de las grandes diferencias entre el modelo revolucionario iran¨ª y el institucional-parlamentario por el que hay que trabajar en Argelia ser¨ªa que el triunfo electoral de los islamistas no les conceder¨ªa el control absoluto del poder, dado el car¨¢cter presidencialista del r¨¦gimen. La Constituci¨®n argelina establece que la revisi¨®n constitucional "es decidida por iniciativa del presidente de la Rep¨²blica, votada por la Asamblea Nacional, sometida por refer¨¦ndum a la aprobaci¨®n del pueblo y promulgada por el presidente de la Rep¨²blica" (art¨ªculo 163). Es decir, en ning¨²n caso el Parlamento podr¨ªa impulsar por s¨ª solo el cambio de Constituci¨®n.
Lo que s¨ª es cierto es que estabilizar el r¨¦gimen argelino en torno al respeto a la Constituci¨®n dotar¨ªa a sus dirigentes de una fuente de legitimidad indudable, satisfar¨ªa la aspiraci¨®n de participaci¨®n y representaci¨®n de la poblaci¨®n, traer¨ªa el cambio pol¨ªtico que los argelinos llevan reclamando desde hace a?os, se ofrecena una plataforma a las fuerzas minoritarias para desarrollarse e implantarse en el pa¨ªs y se avanzar¨ªa en la inserci¨®n institucional del islamismo. Creo que, tal y como est¨¢n las cosas, mere-ce la pena intentarlo.
es profesora de Sociolog¨ªa del Mundo ?rabe-isl¨¢mico en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y directora del ¨¢rea Magreb-Pr¨¦xirno Oriente del Centro Espa?ol de Relaciones Internacionales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.