Cada vez iumporta menos el t¨ªtulo

"A m¨ª me parece muy bonito todo lo que ha dicho Margarita Garc¨ªa, pero ?c¨®mo dirigirme a la empresa que no conozco?" pregunta Carmen Rodr¨ªguez, en 50 curso de Ciencias Empresariales. Y relata: "Trabaj¨¦ tres a?os en un banco, me echaron para no meterme en plantilla y llevo escritas 50 cartas pidiendo empleo en la banca. S¨®lo me han contestado dos y para decirme que no nay nada". Carmen Rodr¨ªguez es un seud¨®nimo: "No pongas mi nombre porque entonces no me dan trabajo".-Hay que leer, experimentar para conocer, contesta Margar?ta Garc¨ªa.

-?Y c¨®mo s¨¦ yo lo que me gusta?, insiste la estudiante.

-Haciendo pr¨¢cticas en empresas e intentando meterse en alguna.

-Pr¨¢cticas, pr¨¢cticas... Pero si las empresas no te cogen. ?Qu¨¦ es m¨¢s. importante, el expediente acad¨¦mico o conocer idiomas?

Depende de los criterios de cada empresa.,Ninguna mira un curriculum por una variable, se buscan personas polivalentes.

-?Es bueno hacer cursillos?, interviene Fernando.

-Mejor es haper formaci¨®n de posgrado.

?Lo realmente importante es lo que estudias, o la empresa busca a la persona?, vuelve a la carga Fernando.

-Cada vez importa menos el t¨ªtulo, se contrata a la persona capaz de liderar grupos y de tomar decisiones. Cada vez es menos importante la formaci¨®n de origen. Ya no habr¨¢ puestos de trabajo arquet¨ªpicos.

-Pero, s¨®lo con el curr¨ªculo no es f¨¢cil conseguir algo, dice una voz an¨®nima que surae del fondo de la sala.

-Ponle un gancho a ese curr¨ªculo... Y, recordad, no dej¨¦is de intentarlo todo.

"Es todo muy id¨ªlico", opina Carmen Rodr¨ªguez, a la salida de la conferencia. "Margarita Garc¨ªa ha expuesto las cosas como si cualquiera pudiera conseguir un trabajo. "La experiencia no sirve para nada. Yo creo que ni siquiera leen las cartas cuando mandas un curr¨ªculo". "Aqu¨ª, lo que intentan", interviene Manuel, estudiante de Farmacia, frente a uno de los mostradores "es vendernos ordenadores y coches. ?Y lo que necesitamos es trabajo!".

En el ir y venir de los estudiantes bajo la carpa instalada en el campo de deportes de la Complutense, se pueden apreciar mostradores propiedad de famosas marcas de coches y ordenadores. Incluso la presencia f¨ªsica, de dos atractivos coches que los estudiantes no pueden evitar mirar de reojillo. Sin embargo, han acudido a Technociencia a orientarse sobre el mercado laboral y, si es posible, a conseguir trabajo sobre la marcha. M¨¢s de cinco mil j¨®venes han depositado ya sus datos en un ordenador que, amablemente, har¨¢ todo lo posible para que sean llamados alg¨²n d¨ªa por una de las 150 empresas que se ha prestado a ello. "No me lo creo mucho" dice una alumna de Ciencias de la Informaci¨®n mientras hace cola para insertar sus datos, "pero, por intentarlo, no se pierde nada".