Pablo Castellano dice que la transici¨®n no ha terminado

"No es que haya una segunda transici¨®n, es que no ha terminada la primera". Pablo Castellano, presidente del Partido de Acci¨®n Socialista (Pasoc) e hist¨®rico militante del PSOE, marcaba as¨ª distancias sobre la posible coincidencia en el contenido de su libro Yo s¨ª me acuerdo, con el de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, La segunda transici¨®n. Castellano pidi¨® que "no hablen algunos de transici¨®n. Ahora es f¨¢cil hacerlo, pero cuando se estaba contra la dictadura, muy pocos la ped¨ªan". "Aznar pide una transici¨®n hacia Cuelgamuros y otros la pedimos hacia el rom¨¢nico palentino", ironiz¨®.Pocos pol¨ªticos en el acto de presentaci¨®n de sus memorias: la diputada de Esquerra Republicana Pilar Rahola y Alonso Puerta. Pero casi todos los tertulianos y columnistas de post¨ªn: Pilar Urbano -"dinos qu¨¦ paso el 23-F"-, Alfonso Uss¨ªa -"por qu¨¦ hay miedo a llamar golfo a Nicol¨¢s Redondo"-, Ra¨²l Heras, Pilar Cernuda, Nativel Preciado....

Castellano defraud¨® a quienes esperaban una explosi¨®n de venganza, un feroz alegato contra el Gobierno o contra sus antiguos compa?eros de partido. El Abel Herv¨¢s de la clandestinidad no ha perdido causticidad, pero los anos, al menos ayer, convierten sus m¨¢s duros insultos en rega?inas de viejo cascarrabias republicano. Un veterano que no ve otro candidato a la presidencia de la III Rep¨²blica Espa?ola que ¨¦l mismo - una vez muerto Tierno y que el otro superviviente, Garc¨ªa Trevijano, termine desapareciendo"-, o que admite la posibilidad de que Don Juan pudiera haber introducido la democracia en Espa?a, de prosperar el pacto de San Juan de Luz.

Sorna

Castellano, al que present¨® el juez Joaqu¨ªn Navarro, arremeti¨® con m¨¢s sorna que dureza contra muchos de los que un d¨ªa compartieron con ¨¦l ideas y luchas. Y, posiblemente, en la letra impresa, incapaz de recoger el tono zumb¨®n de sus palabras, aparezca una imagen tremendista y atrozmente cr¨ªtica. Pero ¨¦l lo dejaba ayer claro: "Siempre he tomado notas, no para contribuir a la ciencia hist¨®rica, sino para, alg¨²n d¨ªa, poder pas¨¢rselo por la cara a m¨¢s de uno. Pero no hay resentimiento. Lo he escrito para divertirme y para que ahora otros se diviertan".A quienes le recriminaban que no hubiera sido m¨¢s cr¨ªtico con la corrupci¨®n les replic¨®: "Ser¨ªa injusto que yo insistiera en la corrupci¨®n actual, cuando no lo he hecho sobre la del franquismo".

Habl¨® de la corrupci¨®n que a ¨¦l le preocupa y que identific¨® con la institucional, y de la Iglesia y el Papa -"el ¨²nico problema es que es polaco. Los jud¨ªos sefarditas como yo, terminamos de abogados o fil¨®sofos. Los polacos terminan de carniceros, panaderos...- y de sus a?os en el PSOE, y de su vida, y de la historia.

El juez Navarro se?al¨® que Castellano era un ejemplo de "socialista tradicional, de los que quieren transformar la sociedad hacia la utop¨ªa". Del libro destac¨® su factura cervantina -"llaneza, Sancho, llaneza, que toda afectaci¨®n es mala"- Tal vez por eso, la expectaci¨®n despertada por Castellano acab¨® tambi¨¦n de forma cl¨¢sica: "Se cal¨® el' chambergo, requiri¨® la espada / mir¨® de soslayo, fu¨¦se y no hubo nada".