El Rey pagar¨¢ de su bolsillo la boda de su hija
La boda anunciada ayer encaja con la filosof¨ªa de la Casa del Rey. La infanta Elena no ten¨ªa por qu¨¦ esperar a que su hermano, don Felipe, contrajese matrimonio para casarse y pod¨ªa, adem¨¢s, elegir libremente a su marido, que no ten¨ªa por qu¨¦ ser de sangre azul ni de sangre real. "El matrimonio es una cosa demasiado seria como para que desde aqu¨ª se le impongan determinadas reglas", afirma un alto cargo M palacio de la Zarzuela. La boda, en primavera, a la que asistir¨¢ la familia real en pleno y representantes de toda la realeza mundial, la pagar¨¢ don Juan Carlos, el padrino, de su asignaci¨®n anual.
Este cap¨ªtulo, que el monarca administra libremente para el mantenimiento de su familia y de la Casa del Rey, ascendi¨® este a?o a 916 millones de pesetas. Bien es verdad que buena parte de los empleados de la Casa del Rey est¨¢n, en realidad, en la n¨®mina del Ministerio de Administraciones P¨²blicas.Ni el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, ni el del Congreso, F¨¦lix Pons, han sido consultados por la Casa del Rey sobre la boda porque constitucionalmente La Zarzuela no consideraba necesario ese tr¨¢mite.
En su libro sobre el Pr¨ªncipe de Asturias, Fernando Gracia sostuvo, inspir¨¢ndose en la ley Pram¨¢gtica de Carlos III, que las infantas no pod¨ªa celebrar matrimonio antes de que lo hiciese su hermano. Elena de Borb¨®n le desminti¨® en diciembre de 1993 en declaraciones a la agencia EFE. "No tengo que esperar", contest¨® escuetamente a una pregunta sobre una hipot¨¦tica cronolog¨ªa de las bodas.
La hija mayor de los Reyes, que est¨¢ a punto de cumplir 31 a?os, es la segunda en la l¨ªnea de sucesi¨®n tras su hermano Felipe. Jaime de Marichal, de 31 a?os, el prometido de do?a Elena, no es de sangre real, pero es hijo de un noble, aunque no posee ning¨²n t¨ªtulo nobiliario porque su hermano primog¨¦nito fue el que lo hered¨® de su padre, conde de Leza.
Su esposa no renunciar¨¢, sin embargo, a sus derechos de sucesi¨®n. Queda as¨ª puesto una vez m¨¢s de relieve que la Casa del Rey considera de facto derogada la ley din¨¢stica de Carlos III, que estipulaba que aqu¨¦l que contrajese matrimonio fuera de la familia real perder¨ªa sus derechos al trono. Buena parte de los juristas creen que la Constituci¨®n de 1978 abrog¨® la llamada Pragm¨¢tica, pero algunos ortodoxos, como Juan Balanso, argumentan que seguir¨¢ vigente hasta que una ley org¨¢nica, prevista pero nunca redactada, la sustituya.
Do?a Elena dejar¨¢ La Zarzuela poco antes de que el pr¨ªncipe Felipe vuelva a ella, probable mente en septiembre, despu¨¦s de concluir sus estudios en la universidad de Georgetown, en Washigton. En la Casa del Rey se asegura ignorar d¨®nde se instalar¨¢ la infanta tras su boda: -probablemente en Par¨ªs-, pero s¨ª es seguro que sus actividades sociales variar¨¢n. Hasta anora se ha repartido indiscriminadamente con su hermana Cristina las comparecencias en actos educativos, culturales y deportivos. Todo lo m¨¢s, un an¨¢lisis detallado de su agenda de los ¨²ltimos meses podr¨ªa poner de relieve una preferencia por la h¨ªpica, que tambi¨¦n practica. Mientras, su hermana mostraba una preferencia por la vela.
Casa del Pr¨ªncipe
El heredero de la Corona tendr¨¢ a, a partir del oto?o, en Espa?a, actividades m¨¢s acordes con sus estudios, de derecho y econom¨ªa, completados con un master, en relaciones internacionales de Estados Unidos, pero tampoco se especializar¨¢ excesivamente.
Don Juan Carlos considera, sin embargo, innecesaria la creaci¨®n de una Casa del Pr¨ªncipe, que algunos medios de comunicaci¨®n llegaron a dar por segura tras su regreso de la capital federal norteamericana. En La Zarzuela se asegura que tal iniciativa crear¨ªa in¨²tiles duplicaciones y encarecer¨ªa los gastos de la Corona. Todo lo m¨¢s, la secretar¨ªa de don Felipe, que dirige actualmente el comandante Emilio Tom¨¦, ser¨¢ reforzada para poder apoyarle cuando reanude sus actividades oficiales.
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