Un pirata inform¨¢tico difunde tel¨¦fonos del servicio secreto y la Farmilia Real en el Reino Unido
Un periodista accedi¨® a los datos de British Telecom puestos en la red Internet
El m¨¢s secreto banco de datos telef¨®nicos de British Telecom, la principal compa?¨ªa de comunicaciones del Reino Unido, fue copiado con la m¨¢xima facilidad por un an¨®nimo pirata inform¨¢tico que decidi¨® luego comunicar sus "conocimientos" a trav¨¦s de la red de comunicaciones de datos Internet, en julio pasado. Entre el material de alta seguridad copiado de la base de datos de BT figuran tel¨¦fonos de los servicios secretos brit¨¢nicos -M15 y M16-, del Gobierno, de la Familia Real, as¨ª como direcciones y tel¨¦fonos de instalaciones secretas del Ministerio de Defensa.
La espectacular brecha abierta en la seguridad del gigante de las comunicaciones brit¨¢nico trascendi¨® ayer a la opini¨®n p¨²blica a trav¨¦s del diario The Independent que publicaba en exclusiva la historia del material secreto que lleg¨®, a trav¨¦s de Internet -red mundial que comunica a 35 millones de usuarios de ordenadores-, a un periodista escoc¨¦s aficionado a la inform¨¢tica llamado Steve Fleming.Fuentes de British Telecom negaron ayer, tras una primera investigaci¨®n, que ninguna filtraci¨®n de datos secretos de su base se hubiera producido. Sin embargo, la historia de la filtraci¨®n en el sistema de seguridad de la compa?¨ªa, lejos de ser un incidente aislado y rocambolesco, viene a poner el dedo en la llaga sobre la fragilidad de los sistemas de seguridad de BT.
De acuerdo con el relato de Fleming que ayer publicaba The Independent, el propio periodista tuvo la oportunidad de comprobar personalmente la facilidad con la que empleados temporales de la compa?¨ªa tienen acceso a los computadores generales y desde ah¨ª, y dependiendo de la habilidad de cada uno, a un amplio y secreto panel de datos confidenciales.
Seg¨²n el propio -y un tanto inveros¨ªmil- testimonio de Fleming, ¨¦ste ten¨ªa conocimiento de que un pirata an¨®nimo hab¨ªa conseguido entrar en la base secreta de datos de BT. Espoleado por esta sospecha, el periodista solicit¨® durante meses, a trav¨¦s de la red Internet, alguna pista sobre el particular.
Comunicante an¨®nimo
Para su asombro, en julio pasado, un comunicante an¨®nimo le envi¨® una lista completa de tel¨¦fonos secretos correspondientes al n¨²mero 10 de Downing Street, copiados de la base de datos de British Telecom. Fleming comprob¨® que los n¨²meros eran correctos. M¨¢s adelante, el mismo comunicante, que nunca lleg¨® a identificarse, le envi¨® nueva documentaci¨®n secreta, y no s¨®lo eso, en un mensaje le explic¨® lo sencillo que era para cualquier empleado temporal de la compa?¨ªa brit¨¢nica de comunicaciones copiar este material.
El periodista escoc¨¦s no se lo pens¨® dos veces. Ech¨® su correspondiente instancia solicitando un empleo en British Telecom y en pocas semanas estaba trabajando para la compa?¨ªa. Fue entonces cuando comprob¨® con sus propios ojos como los password o c¨®digos de acceso eran distribuidos abiertamente y sin control especial.
"Yo mismo consegu¨ª enseguida acceso al computador principal"', explica Fleming, "y pude ver con mis propios ojos parte de la informaci¨®n que me hab¨ªa sido enviada a trav¨¦s de Internet". Asustado por su hallazgo, Fleming decidi¨® abandonar BT y filtrar su historia a la prensa.
Nadie sabe a estas alturas si el material enviado por el pirata an¨®nimo a Fleming ha llegado a otros abonados de Internet. O, si, como piensan los m¨¢s desconfiados, el pirata inform¨¢tico y Steve Fleming son una misma persona.
Falta de prundencia
En la informaci¨®n del The Independent aparece la opini¨®n de dos expertos brit¨¢nicos en seguridad inform¨¢tica. Uno de ellos, lan James, ha declarado: "Si usted me est¨¢ diciendo que han entrado en ese ordenador, se trata del acto de irrupci¨®n en los sistemas de seguridad mayor de los que he conocido. No deber¨ªa haber forma de acceder a ese tipo de informaci¨®n". Nadie ha entrado nunca, en el Reino Unido, en un ordenador que tenga una informaci¨®n tan confidencial, seg¨²n James.
Tommy Helsby, director de una empresa especializada, ha se?alado: "Es muy dif¨ªcil de creer. Estoy sorprendido sobre todo de que los servicios secretos no hayan sido m¨¢s prudentes con sus datos".
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