Valor y cobard¨ªa en Euskad¨ª
EN EL Pa¨ªs Vasco actual, la diferencia entre el valor y la cobard¨ªa se mide por la distancia existente entre Atutxa y quienes amenazan con matarle. La misma que media entre la dignidad demostrada por el consejero vasco de Interior rindiendo cuentas ante los ciudadanos de la desarticulaci¨®n del comando Vizcaya y la falta de valor de quienes, tras haberle puesto en el punto de mira, no se atrevieron a estar presentes en la comisi¨®n parlamentaria ante la que ayer inform¨® el propio Atutxa. Valor es tambi¨¦n lo que demostr¨® ayer la mujer de ¨¦ste, Bego?a Zalduegui, desafiando a los "nuevos dictadores" que han intentado matar a su marido en seis ocasiones a lo largo del ¨²ltimo a?o.La estrategia terrorista se fundamenta en el principio de "matar a uno para aterrorizar a mil". El diario Deia publicaba el lunes una carta aprehendida en 1993, en la que el comunicante ped¨ªa a la direcci¨®n de ETA que atentase contra miembros del PSOE, PP o PNV, a fin de que los compa?eros de las v¨ªctimas piensen, "cuando vuelvan del funeral", que es hora de encontrar soluciones si no quieren "estar en el lugar que estaba el otro, o sea, en madera de pino". El comunicante suger¨ªa el nombre de Atutxa, ya que un atentado contra ¨¦l "no se puede considerar un enfrentamiento entre vascos", como no lo fue el de Yoyes, al que califica de ataque a un enemigo.
El consejero dijo que "no queremos una guerra civil, porque ya tuvimos una y de ella aprendimos que el odio no resuelve, los problemas, sino los agudiza". Guerra civil entre vascos: aquello que los comunicados de ETA dicen rechazar, pero que no dejan de estimular. Atutxa, se mostr¨® particularmente impresionado por el dato de que vecinos suyos de la localidad donde reside fueran los encargados de vigilar sus movimientos e informar a los pistoleros. El confidente de ETA, esa persona que sin correr riesgo personal alguno se?ala a la v¨ªctima, pertenece a la misma estirpe moral que el sopl¨®n franquista.
El PNV, situado ahora en el centro de sus ataques por el mundo de ETA-HB, ha insistido estos d¨ªas en la continuidad existente entre quienes durante 40 a?os intentaron silenciar al nacionalismo democr¨¢tico y quienes ahora pretenden lo mismo mediante la coacci¨®n del terror. Arzalluz se ha referido a ellos diciendo que matan, secuestran, extorsioban y amenazan desde "la impunidad y la chuler¨ªa". Contra ambas cosas se dirige la iniciativa del Gobierno vasco de remitir al fiscal general las amenazas vertidas estos d¨ªas pasados por varios dirigentes de la coordinadora KAS y de Herri Batasuna. La libertad de expresi¨®n ampara con criterio amplio las opiniones pol¨ªticas, por descarnadas que sean. Pero en absoluto podr¨¢ invocarse para cubrir esas transparentes invitaciones a la intervenci¨®n criminal de ETA.
Se ha criticado que el PNV haya reaccionado s¨®lo cuando la sangre ha llegado a las puertas de su casa. Ello no es del todo justo y, adem¨¢s, es comprensible que todo colectivo, pol¨ªtico o social, reaccione con mayor emoci¨®n y energ¨ªa cuando la amenaza le afecta directamente. En todo caso, el amenazado no es, o no s¨®lo, el militante nacionalista Atutxa, sino el consejero Atutxa, miembro de un Gobierno que representa al conjunto de los ciudadanos de la comunidad aut¨®noma y culpable, para ETA, de haber aplicadola ley. Alejado de cualquier visceralidad, el propio Atutxa aconsej¨® ayer oponer la "serenidad democr¨¢tica" a la intolerancia de los violentos.
Esa serenidad es la que presidi¨® la reuni¨®n del Pacto de Madrid celebrada el jueves. En ella, los partidos democr¨¢ticos reiteraron su compromiso de suditar cualquier divergencia al com¨²n objetivo antiterrorista. Los problemas existentes el pasado verano a cuenta de las medidas de reinserci¨®n fueron superados por el procedimiento con que los dem¨®cratas resuelven sus divergencias: mediante el di¨¢logo.
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