La salvajada impune
En un acto aberrante, lleno de brutalidad y miseria moral, el grupo Ultra Sur convirti¨® el Bernabe¨² en un pat¨ªbulo. El ahorcado era un mu?eco vestido de color naranja. Simbolizaba al periodista Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa. Los fan¨¢ticos rieron. Golpearon el mu?eco y celebraron el ahorcamiento con la intolerancia que caracteriza a los criminales. Fue una nueva demostraci¨®n de los peligros que acechan al f¨²tbol. En esos grupos radicales -desde los Ultra Sur a los Herri Norte- anida el huevo de la serpiente. Su crecimiento y su impunidad es directamente proporcional al silencio de los aficionados, los periodistas y los directivos. Estas bandas quieren convertir el acto festivo del f¨²tbol en un espect¨¢culo siniestro.La escalada de violencia ha comenzado. Primero fueron los gritos, luego las consignas fascistas, m¨¢s tarde las agresiones y ahora se ha llegado al pen¨²ltimo pelda?o. El ahorcamiento simb¨®lico de Garc¨ªa es una invitaci¨®n a la locura del crimen. Hace a?os aparecieron unos carteles en las cunetas de las carreteras vascas. "El mejor patr¨®n, es el patr¨®n colgado", dec¨ªan. Murieron los patrones, y el clima de violencia se hizo irrespirable. En gran medida sucedi¨® por el silencio de la gente.
En el f¨²tbol ocurre lo mismo. Nadie en el Madrid dio la orden de retirar el mu?eco ahorcado. Los directivos asistieron impasibles a la de la salvajada. Ninguno tuvo dignidad, sensatez ni coraje. Cada domingo permiten la impunidad y el crecimiento de la intolerancia, la violencia y la miseria que se instala en los fondos de los estadios.
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