Ciencias de la Informaci¨®n cuestiona la financiaci¨®n p¨²blica de la Escuela de Cine

?Puede una facultad como la de Ciencias de la Informaci¨®n de la Complutense, con 80 millones de presupuesto para los gastos generales de sus tres secciones -Periodismo, Ciencias de la Imagen Visual y Auditiva y Publicidad y Relaciones P¨²blicas- impartir una ense?anza m¨ªnimamente pr¨¢ctica a sus 19.200 alumnos? El coste de la matr¨ªcula de un curso completo -las ense?anzas de Ciencias de la Informaci¨®n est¨¢n clasificadas oficialmente dentro del m¨ªnimo nivel de experimentalidad- es de 54.477 pesetas en el presente curso. La secci¨®n de Imagen tiene matriculados 2.300 alumnos, que est¨¢n distribuidos en 15 grupos.Los datos de la cruda realidad econ¨®mica de una facultad hipermasificada, como la mayor parte de los centros universitarios madrile?os, revoloteaban el pasado martes por las butacas de su sal¨®n naranja. Profesores y alumnos de la secci¨®n de Ciencias de la Imagen Visual y Auditiva analizaban en asamblea la noticia de la creaci¨®n de la Escuela de Cine de Madrid, que hab¨ªa sido presentada en sociedad una semana antes.

La iniciativa conjunta de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n y Cultura de la Comunidad Autonoma de Madrid (CAM), la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematogr¨¢ficas y la Sociedad General de Autores de Espa?a (SGAE) no ha ca¨ªdo nada bien.

M¨¢s que la competencia que pueda suponer para la Facultad, aunque este aspecto tambi¨¦n fue abordado, preocupa el que de los 125 millones de pesetas presupuestados para su funcionamiento, 100 procedan del erario p¨²blico: 75 que pone la CAM y 25 el Ministerio de Cultura, que corre inicialmente con la aportaci¨®n oficial de la Academia de Cine. Los otros 25 millones los sufragar¨¢ la SGAE. Los alumnos abonar¨¢n una matr¨ªcula de 500.000 pesetas, pero la CAM tiene la intenci¨®n de asumir tambi¨¦n, mediante becas, cuando menos el 20% de los 25 millones que supondr¨¢n las matr¨ªculas.

Cargarse de raz¨®n

"Si el objetivo de la facultad es la formaci¨®n de investigadores, a m¨ª no me preocupa que surja esta escuela de cine: lo que me preocupa es el estado de esta facultad", afirmaba uno de los asistentes. "No hemos venido aqu¨ª para cargarnos la Escuela de Cine, sino para cargarnos de raz¨®n a la hora de pedir m¨¢s dinero para que la formaci¨®n que se imparta en esta facultad sea m¨¢s pr¨¢ctica", aseguraba otro.La CAM razona su participaci¨®n en el proyecto esgrimiendo la necesidad de profesionales cualificados que demanda la industria cinematogr¨¢fica en una regi¨®n, la de Madrid, donde se desarrolla el 85% de toda la producci¨®n espa?ola.

El viceconsejero de Cultura y Educaci¨®n de la CAM, Ram¨®n Carabaca, argumenta que esta escuela se enmarca en el ¨¢mbito de la formaci¨®n para el empleo que la Comunidad Aut¨®noma desarrolla permanentemente. "La aportaci¨®n econ¨®mica de la CAM a la escuela", precisa el viceconsejero, "tender¨¢ a reducirse en la medida en que vayan implic¨¢ndose en su sostenimiento, como se espera, las industrias de cine y determinadas entidades firiancieras como Caja Madrid".

En cuanto a la supuesta intrusi¨®n en el ¨¢mbito de las competencias de la Facultad, Carabaca, no ve problema alguno, puesto que "la escuela, va a impartir ense?anzas no regladas, es decir que no conducen a t¨ªtulo oficial alguno. Adem¨¢s, la CAM se propone impulsar una estrecha cooperaci¨®n entre la Facultad y la Escuela". Rechaza, por otra parte, la imputaci¨®n de que la creaci¨®n de la Escuela de Cine se haya realizado "apresuradamente". "Es el fruto de un trabajo intenso de tres a?os, asegura. Trabajo que ha quedado reflejado en la voluminosa memoria que acompa?¨® a la propuesta de creaci¨®n de la escuela, asumida por unanimidad de todos los grupos pol¨ªticos de la Asamblea de Madrid. El equipo gestor estudi¨® minuciosamente el funcionamiento de unas 60 escuelas de cine de todo el mundo.

Manuel Gutierrez Arag¨®n, presidente de la SGAE, coincide con Carabaca en que no tiene sentido plantear un conflicto de competencias entre la facultad y la escuela, porque sus objetivos son diferentes: "Aqu¨¦lla forma licenciados que se especializan fudamentalmente en la reflexi¨®n te¨®rica, en la investigaci¨®n sobre el mundo de la imagen, y ¨¦sta tratar¨¢ modestamente de introducir a sus alumnos en los secretos del oficio cinematogr¨¢fico sin proporcionarles t¨ªtulo oficial alguno". Gutierrez Arag¨®n tambi¨¦n comparte con Carabaca la idea de que la escuela y la facultad deben encontrar formulas de cooperaci¨®n estrecha.

Un vac¨ªo inexplicable

"Hablo m¨¢s como cineasta que como portavoz de la SGAE", a?ade Guti¨¦rrez Arag¨®n, "pero realmente la escuela viene a cubrir un vac¨ªo inexplicable: parec¨ªa absurdo que en Madrid, con la relevancia de su industria cinematogr¨¢fica, no hubiera nada parecido a las numerosas escuelas de cine existentes en las principales capitales europeas"."Las escuelas europeas que se han tomado como referencia no guardan ninguna relaci¨®n con la Universidad", advierte Gerardo Herrero, vicepresidente de la Academia de Cine, la tercera de las instituciones promotoras. "Yo tambi¨¦n propugno que exista una colaboraci¨®n con la Facultad", afirma, pero es necesario reconocer que ella no puede materialmente, por mucho que se lo proponga, formar a los profesionales del cine, tal y como pretende hacerlo la escuela, que s¨®lo admitir¨¢ 50 alumnos en el primero de sus dos cursos acad¨¦micos y 25 en el segundo "?C¨®mo podr¨ªa conseguirse una producci¨®n de 40 cortometrajes al a?o como m¨ªnimo tal y como se proyecta hacer en la escuela?"

Cuando se le pregunta cu¨¢l ser¨¢ la verdadera entidad de la aportaci¨®n de la industria cinematogr¨¢fica a la escuela, dado que, de momento, los 25 millones que pone la Academia proceden, en realidad, de una subveci¨®n del Ministerio de Cultura, Herrero aclara: "Sin la aportaci¨®n de la industria cinematogr¨¢fica -materiales, instalaciones y equipamientos- ser¨ªa ilusorio so?ar que la escuela pudiera realizar una labor m¨ªnimamente eficaz con el modesto presupuesto de partida. Presupuesto que no admite comparaci¨®n con los de las escuelas de cine europeas que conocemos, como el franc¨¦s Institute National de l'Audiovisuel (INA) franc¨¦s". Herrero calcula en unos 100 millones de pesetas por a?o lo que supondr¨¢ la aportaci¨®n material de la industria cinematogr¨¢fica a la escuela.

El vicepresidente de la Academia de Cine considera "absurdo crear una pol¨¦mica entre la escuela y la facultad porque los planteamientos y objetivos de ambas son diferentes". En ese sentido". "La Universidad tiene gente muy valiosa con la que la escuela va a contar sin duda alguna", asegura.