"El nacionalismo es un regreso a la tribu"
Sobre la mesa del sal¨®n de este piso transitorio que ocupa frente a los almacenes Harrods, en Londres, Mario Vargas Llosa tiene abierto The Times. El peri¨®dico, en otro tiempo paradigma de la solidez de los medios de comunicaci¨®n brit¨¢nicos, informa en una breve nota de que el escritor peruano, "autor del famoso libro El amor en los tiempos del c¨®lera, ha ganado el Premio Cervantes". Vargas Llosa se r¨ªe de buena gana. No parece que haya inexactitud alguna que pueda enturbiar hoy su felicidad. Es ciudadano espa?ol, como quer¨ªa, acad¨¦mico de la Lengua -pronunciar¨¢ en febrero su discurso de ingreso- y acaba de obtener el m¨¢ximo galard¨®n de las letras espa?olas, dotado con 15 millones de pesetas. Quiz¨¢ por eso no quiere entrar en la pol¨¦mica que rodea al Premio Cervantes.Pregunta. Le veo muy diplom¨¢tico.
Respuesta. Un premio literario es una convenci¨®n que exige que uno diga ciertas frases hechas que, al mismo tiempo, tampoco son inaut¨¦nticas, porque recibir un premio as¨ª es algo que a uno lo conmueve, aunque decirlo resulte estereotipado. Lo que, adem¨¢s, me ocurre es que he recibido muchos premios en Espa?a y, aunque se diga que uno no es profeta en su pa¨ªs, he sido siempre tan alentado y tan apoyado en mi trabajo de escritor que Espa?a ha sido sumamente importante para m¨ª. Y el Cervantes, de alguna manera, es la culminaci¨®n de un proceso que arranca de muy lejos, de mi primer libro publicado en Barcelona, en 1958, gracias a un grupo de m¨¦dicos catalanes aficionados a los cuentos.
P. Supongo que es un gesto de cortes¨ªa declarar que si usted hubiera estado en el jurado se lo habr¨ªa concedido a Cela.
R. Cela estuvo de finalista y s¨ª, es un gesto de amistad que tengo con Camilo; y no s¨®lo eso, es un gesto de reconocimiento tambi¨¦n a la obra de Cela. No significa que yo comparta todas las opiniones de Camilo, que son a veces bastante explosivas, ni que est¨¦ de acuerdo con todos sus gestos. Pero creo que es un escritor muy importante, muy controvertido, que tiene muchos enemigos en Espa?a, como los tiene toda persona que ha recibido muchos premios y que, adem¨¢s, no habla a media voz, sino que habla con voz de trueno
P. ?Por qu¨¦ hay tanta pol¨ªtica en los premios literarios?
R. Es inevitable. Son premios que tienen una enorme repercusi¨®n, que son muy codiciados y eso, aut¨¦nticamente, conlleva un grado de politizaci¨®n, es inevitable.
P. Pero en Espa?a ¨²ltimamente parece que la pol¨ªtica afecta demasiado al mundo literario, al mundo cultural, al idioma. No s¨¦ si est¨¢ usted al corriente de la pol¨¦mica en torno a la carta de la Real Academia pidiendo al presidente del Gobierno protecci¨®n para el espa?ol.
R. Conozco la declaraci¨®n de la Academia respecto del espa?ol y a m¨ª me parece un documento muy ponderado. No encuentro en ¨¦l el menor rastro de anticatalanismo, de hostilidad, ni pol¨ªtica ni cultural, hacia Catalu?a. Creo que la reacci¨®n negativa en Catalu?a a ese documento ha sido, por lo menos, exagerada. No hay raz¨®n para que ese texto se interprete como un acto de hostilidad. Es un acto de afirmaci¨®n, de defensa del espa?ol, y adem¨¢s creo que la Academia tiene todo el derecho de pedir al presidente que se vele por la educaci¨®n de lo que es la lengua general de todos los espa?oles. Mle parece perfectamente leg¨ªtimo, eso enriquece a todos los espa?oles, sean s¨®lo castellano-hablantes o sean biling¨¹es, como son tantos catalanes o gallegos o vascos. Pero ah¨ª el problema se envenena mucho por el factor pol¨ªtico. No es una discusi¨®n desapasionada y acad¨¦mica, sino que es una discusi¨®n que tiene que ver con una problem¨¢tica, fundamentalmente de las autonom¨ªas. En un principio pareci¨® una soluci¨®n muy imaginativa y muy feliz, pero hoy d¨ªa se ve que no lo era tanto porque han quedado ah¨ª, arrastr¨¢ndose, una serie de problemas a los que Espa?a va a tener que dar en un futuro una soluci¨®n. A mi juicio lo m¨¢s grave de las autonom¨ªas es que han estimulado la fragmentaci¨®n pol¨ªtica y cultural del pa¨ªs.
P. ?Por qu¨¦ es siempre el idioma un caballo de batalla, un arma de combate tan ¨¢spera, tan desagradable?
R. Porque el lenguaje Y la cultura son las cortinas de humo, las m¨¢scaras de las que se vale el nacionalismo. El nacionalismo es una doctrina que, si se muestra desnuda, se sabe impresentable. Tiene una fea tradici¨®n de violencia, de intolerancia, de, fanatismo... Entonces, ese nacionalismo, que est¨¢ resucitando hoy d¨ªa por todas partes, por desgracia, busca formas m¨¢s presentables, m¨¢s modernas, y una de estas formas es la cultural. Pero muchas veces detr¨¢s de la reivindicaci¨®n de esas culturas regionales lo que hay es una operaci¨®n pol¨ªtica que s¨®lo busca la fragmentaci¨®n, la divisi¨®n, la separaci¨®n, y ¨¦ste es un aspecto que para m¨ª es muy peligroso. Porque representa un regreso a la tribu, a formas muy primarias.
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