Belleza sublevada
Notable pel¨ªcula. Magn¨ªfico, transparente, bell¨ªsimo cine sentimental con arriesgados trasfondos pol¨ªticos. Rigurosa incorporaci¨®n de un modelo de melodrama cl¨¢sico a la marejada de cine chino de la c¨¦lebre Quinta Generaci¨®n, ese movimiento que inaugur¨® Chen Kaige con Tierra amarilla y culmin¨® con la primorosa Adi¨®s a mi concubina; el que transita la prodigiosa y bell¨ªsima actriz Gong Li, rostro emblema de este gran empuje art¨ªstico resistencial; el que ilumina la maestr¨ªa de Zhang Yimou, director de esta pel¨ªcula.?Vivir! no tiene la originalidad de Yu dou y La linterna roja y se percibe en ella condici¨®n de obra de transici¨®n, pero en modo alguno de bache en una trayectoria que, desde que surgi¨® incontenible, hace ocho a?os, hasta ahora es un golpe anual de aliento terco y luminoso de busca de la libertad a trav¨¦s de la imaginaci¨®n. Es quiz¨¢s un respiro de Yimou y Gong Li -aqu¨ª terciados por Ge You, formidable actor, que gan¨® por este trabajo el premio de interpretaci¨®n del ¨²ltimo Festival de Cannes- en el rosario de obras maestras que ellos y sus compa?eros han dado al cine actual y que es un indicio de d¨®nde hay, ya trazado, un camino abierto al cine futuro. La Quinta Generaci¨®n es un cap¨ªtulo -por escribir y con tinta diluida en oro puro- de la historia del cine y ?Vivir! uno de sus recodos, una suave vuelta de tuerca probablemente preparatoria de otro nuevo mazazo.
iVivir!
Direcci¨®n: Zhang Yimou. Gui¨®n: Yu Hua (sobre su novela) y Lu Wei. M¨²sica: Z. Jiping. Fotograf¨ªa: L. Hue. China, 1994. Int¨¦rpretes: Gong Li, Ge You. Estreno en Madrid: cine Ideal (v. o.).
Humo y libertad
La potencia de ?Vivir! es consecuencia del arrojo que anima a estos. singulares y abnegados cineastas. Yimou, como Kaige, tiene las puertas abiertas en cualquier cinematograf¨ªa del mundo. Le bastar¨ªa ofrecerse en cualquier opulento centro de producci¨®n de Europa o Am¨¦rica para obtener autom¨¢ticamente una silla de rodaje con su nombre detr¨¢s. Pero no lo hace: erre que erre, sigue en su casa, buscando resquicios de libertad en la mara?a burocr¨¢tica china. Y desde hace a?os se filtra entre los tamices de las comidillas de Hollywood que a Gong Li le han ofrecido varios cheques en blanco a cambio de que se enrole en la producci¨®n europea y americana. Tampoco acepta: erre que erre, sigue, conforme con su modesto sueldo, en la lucha de un grupo de iluminados por contribuir a la b¨²squeda de la libertad a trav¨¦s de un cine del que ella es rostro, anzuelo, consigna y purito de identificaci¨®n.A trav¨¦s de ?Vivir! se ve el devenir ¨²ltimo de China como a trav¨¦s de un agua limpia: sin forzamiento, por la energ¨ªa de la imagen y su capacidad reveladora del trasfondo de la historia que cuenta: la vida de una familia obrera china com¨²n a trav¨¦s de las ¨²ltimas d¨¦cadas. El filme es otra batalla de la desigual guerra entre unos cineastas libres e insobornables y un sistema de opresi¨®n y censura que, aunque no se atreve -dada su resonancia mundial- a cerrarles la boca, pretende domesticarlos y no logra hacerlo, pues su sublevada visi¨®n del mundo se les cuela como humo en sus quiebras y rendijas.
?Vivir! -Gran Premio del Jurado en Cannes- ha sido prohibida en China, pues ese aludido trasfondo del filme hace trizas las reglas de su censura. Y no s¨®lo a causa del patetismo y la vitalidad del melodrama que magistralmente narra, sino porque este primorosamente trazado reguero de l¨¢grimas es un filtro demoledor de otra imagen de fondo: la China real. El gui¨®n de ?Vivir! fue aprobado sin cortes por los bur¨®cratas de Pek¨ªn, pero la visi¨®n del filme les irrit¨® tanto que, pese a que se atiene literalmente a un libro que bendijeron, fue prohibido enteramente, pues no hay tijeras para cortar su alcance sino cortando toda la pel¨ªcula, borr¨¢ndola del mapa. ?Pero c¨®mo borrar esa, brutal y sard¨®nica, escena del parto y el m¨¦dico hambriento, que derrumba como un castillo de naipes un sistema de poder?.
Y es que Zhang Yimou, Gong Li y Ge You logran representar los mecanismos de la desdicha y la supervivencia de unos individuos de modo que lo que lo que ¨¦stos hacen en la pantalla se convierte en una lente de aumento capaz de poner ante nuestros ojos la realidad colectiva que hay detr¨¢s de esa pantalla. Una admirable, magistralmente compuesta e interpretada pel¨ªcula, para todos: para quienes en el cine busquen sentimentalidad y para quienes en ¨¦l quieren encontrar horror; para quienes desean emociones y para quienes necesitan verdades; para quienes lloran con el llanto de los int¨¦rpretes y para quienes prefieren mantener la cabeza fr¨ªa y escudri?ar qu¨¦ hay detr¨¢s de sus l¨¢grimas. Un alarde de buen gusto, riesgo, precisi¨®n y elegancia.
Babelia
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