Los noruegos conf¨ªan en su petr¨®leo para hacer frente a los efectos negativos del 'no' a la UE
ENVIADO ESPECIALLa periferia en Noruega se rebel¨® contra el centro, y las bases, contra las autoridades. En un refer¨¦ndum que llev¨® a las urnas al 88,5% de los 3,2 millones de electores, los noruegos decidieron seguir con su aislamiento dorado, apoyados en su petr¨®leo y gas natural, por un 52,5% frente a un 47,5%. A la euforia anti-Uni¨®n Europea de la madrugada de ayer ha seguido el echar cuentas de las posibles consecuencias del no para el futuro del pa¨ªs, que no perciben como inquietantes. Sin embargo, ya se habla en Noruega de si. habr¨¢ otra oportunidad antes de fin de siglo.
La oportunidad, si se da, depender¨¢ de la situaci¨®n econ¨®mica. En esta ocasi¨®n lo que se ha producido es un exceso de autocomplacencia entre los noruegos, seg¨²n los analistas, derivado de la riqueza que proporcionan las exportaciones de gas y petr¨®leo -que permiten mantener un alto nivel de vida y un excelente sistema de bienestar social- y de la seguridad que da ser miembro destacado de la OTAN por su frontera norte con Rusia.La inesperada alta proporci¨®n de votantes es una muestra del apasionamiento con que se ha seguido el debate europeo. En la zona costera y en el norte polar (reductos del no) hubo el domingo y el lunes, d¨ªas de votaci¨®n, vientos huracanados, tormentas de nieve y carreteras heladas. Muchos votantes se quedaron aislados en las islas que habitan y no pudieron depositar su papeleta, pero, a pesar de ello, el porcentaje de votos fue del 92% al 93%, y casi todos a favor del no. En 14 de las 19 provincias noruegas gan¨® el no.
Las zonas industriales y superpobladas de Oslo y Bergen, donde se concentraba el s¨ª, no lograron superar la ola de nacionalismo que ha rechazado por segunda vez la incorporaci¨®n de Noruega al selecto club europeo. La primera fue en 1972, cuando un 53,5% dijo no a la entonces Comunidad Europea.
Gro Harlem Brundtland, primera ministra laborista y buque insignia de la armada del s¨ª, se mostraba ayer decepcionada y no se cansaba de repetir que hizo todo lo que pudo. Realmente su campa?a ha sido formidable, y en ella puso su cr¨¦dito pol¨ªtico personal. Aunque ha confirmado que seguir¨¢ de primera ministra, nadie se arriesgaba ayer a apostar un c¨¦ntimo por su permanencia al frente del Gobierno m¨¢s all¨¢ de unos meses. Brundtland ha sido la gran derrotada en su batalla contra lo que se considera la Noruega profunda, donde se mezclan religi¨®n, lengua, individualismo y antiautoritarismo.
j "Hemos expresado nuestros puntos de vista durante la campa?a, y debo decir claramente que nadie puede arg¨¹ir ahora que no recibi¨® una exhaustiva informaci¨®n sobre lo que se jugaba este pa¨ªs", dijo Brundtland, quien a?adi¨® que su Gobierno no ve otra alternativa que seguir una pol¨ªtica activa con el continente. "Con nuestra fuerte dependencia de nuestros m¨¢s cercanos amigos y aliados, las relaciones entre Noruega y el resto de Europa ser¨¢n de primordial importancia para el Gobierno", dijo. "Noruega ser¨¢ un pa¨ªs aislado, y las cosas ser¨¢n m¨¢s dif¨ªciles para todos de ahora en adelante". Austria, Finlandia y Suecia, los otros tres pa¨ªses de la ampliaci¨®n de la UE en la que se han negado a participar los noruegos, abundaron ayer en este particular, y los dos n¨®rdicos deploraron que quede debilitada la influencia de que pensaban gozar con la. plena integraci¨®n de la regi¨®n a partir del 1 de enero.
Para la gran contrincante de Brundtland, la l¨ªder del principal partido de la oposici¨®n (centrista con base en los agricultores), Anne Enger Lahnstein, el rechazo a la UE no significa que Noruega sea antieuropea. "Somos europeos, pero no estamos a favor de una uni¨®n", en alusi¨®n a los 500 a?os de uni¨®n con Dinarnarca y Suecia, que termin¨® con la independencia noruega en 1905.
Las consecuencias econ¨®micas del no no parecen inmediatas -aunque ayer la corona sufri¨® un debilitamiento- ni tampoco se espera que lo sean a largo plazo, seg¨²n los analistas econ¨®micos. La econom¨ªa noruega, basada en el petr¨®leo y el gas que representan el 33% de los ingresos totales por exportaci¨®n, est¨¢ en una excelente situaci¨®n, con un crecimiento previsto para este a?o del 4,5% y del 2,75% en 1995, adem¨¢s de tener un bajo ¨ªndice de desempleo y un m¨ªnimo d¨¦ficit presupuestario.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.