La participaci¨®n de la aviaci¨®n alemana en Bosnia divide al pa¨ªs
La petici¨®n de la Alianza Atl¨¢ntica a Alemania para que su fuerza a¨¦rea participe con aviones Tornado en la guerra de Bosnia-Herzegovina ha desencadenado una fuerte conmoci¨®n y divisi¨®n en este pa¨ªs. Gobierno y oposici¨®n presienten la inminencia de una decisi¨®n hist¨®rica. El socialdem¨®crata Hans-Ulrich Klose, vicepresidente del Parlamento Federal (Bundestag), asegura, por ejemplo, que le resulta insoportable la idea de contemplar impasible desde un pa¨ªs como Alemania, que provoc¨® un genocidio en el pasado, c¨®mo se realiza uno nuevo delante de sus ojos.
El diario sensacionalista Express apareci¨® ayer con un gigantesco titular: "El Ej¨¦rcito federal en la guerra de Bosnia. La OTAN exige cazas de combate. ?Qu¨¦ dicen los alemanes?" Los alemanes no tienen nada que decir, al menos de momento. La patata caliente se encuentra en manos de la clase pol¨ªtica.
En m¨¢s de uno se palpa el regodeo y las ganas contenidas de intervenir, y cuanto antes, mejor, porque as¨ª se habr¨ªa roto el ¨²ltimo tab¨² del pasado reciente y Alemania habr¨ªa recuperado la mayor¨ªa de edad. El gigante econ¨®mico y pol¨ªtico tendr¨ªa as¨ª ocasi¨®n de sacar a relucir su musculatura militar.
Otros, en cambio, consideran con horror la posibilidad de que soldados alemanes, aunque sean pilotos, intervengan en uno de los escenarios de la ocupaci¨®n alemana de Yugoslavia durante la II Guerra Mundial, que cost¨® la vida a m¨¢s de medio mill¨®n de personas.
El asunto est¨¢ pre?ado de emociones. El Gobierno del canciller Kohl ha iniciado consultas sobre la posibilidad de prestar los aviones Tornado. El argumento militar se basa en que estos aviones re¨²nen las condiciones adecuadas para, con su vuelo rasante y su radar seguidor del terreno, dejar fuera de combate las defensas antia¨¦reas serbias de fabricaci¨®n sovi¨¦tica.
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