Un sector del PP teme que el enfrentamiento con Pujol se vuelva contra los populares en Catalu?a
Cuando no han pasado ni dos a?os de funcionamiento del acuerdo entre socialistas y nacionalistas catalanes para asegurar la estabilidad del Gobierno, el Partido Popular (PP) calcula hasta d¨®nde puede llevar sus cr¨ªticas a Jordi Pujo? y CiU sin causar datos irreparables para el futuro. Se trata de saber cu¨¢nto se puede tirar de la cuerda sin romperla. Pasada la euforia un poco nerviosa posterior al abucheo a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en L¨¦rida por un grupo de independentistas -"nos ha dado decenas de m¨ªles de votos" dicen en el PP-, la cuesti¨®n sigue pendiente y algunos sectores de la direcci¨®n se preguntan si el permanente intento de desgaste de Pujol no puede acabar volvi¨¦ndose contra ellos en Catalu?a.
Un riesgo parece descartado. Pujol acaba de echar una mano involuntaria a los partidarios en el PP de la l¨ªnea m¨¢s dura al advertir que lo mismo que hoy apoya al PSOE en Madrid para favorecer la gobernabilidad, ma?ana puede hacerlo con el partido de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. La escalada de la tensi¨®n entre populares y convergentes llev¨® a alg¨²n colaborador de Aznar pocos d¨ªas antes a plantearse como hip¨®tesis que el choque permanente con Pujol pudiera acabar llevando a ¨¦ste a propiciar un nuevo Gobierno socialista, aunque las pr¨®ximas elecciones generales las ganara el PP sin mayor¨ªa absoluta.Despejada esta. inc¨®gnita de momento por el propio Pujol, queda entre los populares la inquietud sobre su futuro en Catalu?a y el papel que pueden jugar para fortalecer o debilitar al nacionalismo. "En Euskadi casi hemos doblado la representaci¨®n e fi el Parlamento vasco y, simult¨¢neamente, el peso electoral del nacionalismo se reduce", afirma un dirigente del partido de Aznar. "En Catalu?a crecemos, pero proporcionamos, argumentos para que el nacionalismo se fortalezca".
La diferencia es de estilo. Nadie duda de que Jaime Mayor Oreja, el l¨ªder del PP vasco, mantiene posiciones muy cr¨ªticas hacia el nacionalismo, pero al mismo tiempo, conserva capacidad para atraer una parte de sus votos. La agresividad contra CiU y Pujol del l¨ªder de
uj los populares en Catalu?a, Aleix VidaI-Quadras, hace dudar a algunos de que pueda conseguir lo mismo.
A Vidal-Quadras nadie le niega en el PP el m¨¦rito de haber logrado asomar la cabeza en, la pol¨ªtica catalana. Sus dur¨ªsimos enfrentamientos con Pujol de los ¨²ltimos meses, lo mismo a prop¨®sito de la oleada de incendios forestales que del caso De la Rosa, le han permitido convertirse en representaci¨®n casi ¨²nica de la oposici¨®n frontal al Gobierno de Pujol, pero a costa de romper todas las amarra! con las bases nacionalistas moderadas de CiU.
Vidal-Quadras es apreciado un¨¢nimemente como representante de Aznar en Catalu?a, pero algunos de sus compa?eros en la ejecutiva echan en falta "la otra cara de un dirigente auton¨®mico, la de representar a Catalu?a ante Aznar". Consideran, por ejemplo, que es l¨®gica la cr¨ªtica de Aznar a los planes de normalizaci¨®n ling¨¹¨ªstica de la Generalitat, pero menos que Vidal-Quadras sea a¨²n m¨¢s agresivo que el presidente del PP en su enfrentamiento con la Generalitat.
"Podemos ganar todas las batallas y perder la guerra en Catalu?a", reflexiona un miembro de la ejecutiva ajeno al principado. "Podemos cometer el error de romper todos los puntos de contacto con las bases del nacionalismo por culpa de un estilo de oposici¨®n excesiva y vernos condenados a crecer exclusivamente del deterioro del voto Socialista, sin conectar nunca con la Catalu?a que pesa y que decide".
Los resultados electorales m¨¢s recientes pueden avalar estos temores. El PP de Catalu?a se qued¨® bastante atr¨¢s en las europeas de junio pasado, cuando los populares dieron el gran salto adelante en las urnas y derrotaron por primera vez a los socialistas. El crecimiento del voto al PP en el principado con respecto a las generales fue muy inferior a la media y qued¨® por detr¨¢s del cosechado en el Pa¨ªs Vasco, otra comunidad con un fuerte peso electoral del nacionalismo. No falta quien atribuye al relativo pinchazo del PP el ¨¦xito de CiU al conseguir un tercer eurodiputado, mientras el PSOE sufr¨ªa un retroceso espectacular.
Fraga y Duran mantienen los puentes
Manuel Fraga ha intentado suavizar los enfrentamientos del PP con Jordi Pujol con su visita del 30 de noviembre a Barcelona, donde los dos presidentes auton¨®micos se entrevistaron. Fraga se mostr¨® conciliador, elogi¨® el car¨¢cter integrador del nacionalismo catal¨¢n en Espa?a, critic¨® tanto algunos "errores en Catalu?a" como "algunos excesos en otras partes de Espa?a respecto de Catalu?a", y dijo que esta situaci¨®n "hay que corregirla".Pocos d¨ªas antes, Josep Antoni Duran Lleida, el l¨ªder de Uni¨® Democr¨¢tica de Catalunya (UDC), el componente democristiano de CiU, hab¨ªa visitado Galicia y almorzado con Fraga. Duran est¨¢ jugando un papel de cierta conciliaci¨®n con el PP por varias razones: existe mayor coincidencia ideol¨®gica, y los dos partidos comparten asiento en el Partido Popular Europeo, que agrupa a las formaciones democristianas y conservadoras de la UE. Al mismo tiempo, UDC ha dado siempre mayores muestras de incomodidad que Converg¨¦ncia con el apoyo a Gonz¨¢lez.Mientras, los populares argumentan mayor facilidad para entenderse con un partido de ra¨ªz ¨ªdeol¨®gica que con la formaci¨®n de Pujol, a la que consideran exclusivamente basada en el sentimiento nacionalista. Un ejemplo reciente es el par¨®n que CiU ha impuesto a la ampliaci¨®n de la ley del aborto.
El PP ha visto con satisfacci¨®n que esta propuesta del ministro de Justicia, Juan, Alberto Belloch, se volv¨ªa, contra el acuerdo PSOE-CiU por el veto tajante de Uni¨®.
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