Foto irlandesa
UN A?O despu¨¦s de la Declaraci¨®n de Downing Street, que abri¨® paso a la b¨²squeda de una salida negociada al conflicto norirland¨¦s, y cumplido, con alg¨²n sobresalto, el plazo de tres meses sin atentados exigido por el Gobierno brit¨¢nico para entablar conversaciones directas con el Sinn Fein, brazo pol¨ªtico del IRA, los interlocutores se reunieron ayer en Belfast.La representaci¨®n del Gobierno de Londres est¨¢ compuesta por funcionarios de segunda fila, sin duda para subrayar el car¨¢cter preliminar de unos contactos que intentan precisamente explorar la sinceridad de la renuncia a las armas por parte del IRA y, en funci¨®n de ello, la integraci¨®n de su brazo pol¨ªtico en lo que ya no ser¨ªan meras conversaciones, sino negociaciones pol¨ªticas. Por su parte, la presencia en la delegaci¨®n del Sinn Fein de muy se?alados antiguos activistas y dirigentes del IRA pretende transmitir la idea de que las conversaciones son el resultado de la actividad armada, la cual se ver¨ªa as¨ª reconocida y legitimada a sus propios ojos. De ah¨ª la importancia psicol¨®gica de la foto que la delegaci¨®n republicana se hizo a las puertas del castillo de Stormont, antigua sede del Parlamento regional de Irlanda del Norte, instituci¨®n dominada por los representantes de la comunidad protestante hasta su disoluci¨®n en 1975.
Ese autorreconocimiento simb¨®lico no borra la realidad de que, por grande que haya sido o pueda seguir siendo la capacidad mort¨ªfera del IRA, su brazo pol¨ªtico representa s¨®lo a una minor¨ªa de: la poblaci¨®n de Irlanda del Norte, e incluso de la comunidad cat¨®lica de ese territorio. En las ¨²ltimas elecciones legislativas, el Sinn Fein obtuvo el 11% de los votos, menos de la mitad que los nacionalistas socialdem¨®cratas de John Hume, principal impulsor en la sombra del proceso negociador. En una negociaci¨®n propiamente pol¨ªtica, todas las fuerzas deben estar presentes, y ser¨ªa absurdo dar prioridad a una de ellas por su identificaci¨®n con una organizaci¨®n armada.
Al rev¨¦s: esa organizaci¨®n tiene que ganarse el derecho a participar en pie de igualdad con las fuerzas que defienden sus ideas pac¨ªficamente. As¨ª lo advirti¨® el ministro brit¨¢nico para Irlanda del Norte, . Michael Ancram: "No podemos sentarnos en una mesa a negociar, incluso sobre los asuntos m¨¢s simples, si pensamos que todav¨ªa tienen sus armas y nos est¨¢n diciendo que, si no consiguen lo que quieren, vuelven a matar gente". De ah¨ª estas conversaciones preliminares, y de ah¨ª que la entrega del arsenal del IRA sea el primer punto del orden del d¨ªa propuesto por Londres. El Sinn Fein ha aceptado discutir de ese punto, aunque precisando que si de desmilitarizaci¨®n se trata tambi¨¦n hay que hablar de la presencia del Ej¨¦rcito brit¨¢nico (18.500 soldados desplegados), de la legislaci¨®n especial antiterrorista aplicada por la polic¨ªa y, por supuesto, de los grupos paramilitares protestantes. Y de los 800 presos del IRA.
Aunque tambi¨¦n ¨¦sas son cuestiones pol¨ªticas, Londres pretende seguramente desligar el di¨¢logo bilateral sobre la desmilitarizaci¨®n del conflicto de las conversaciones sobre el conflicto pol¨ªtico mismo. De lo primero puede tratarse con quienes hablan en nombre del IRA (y de los grupos armados unionistas, con los que habr¨¢ un contacto la semana pr¨®xima). Del futuro del Ulster s¨®lo se puede hablar entre partidos pac¨ªficos y democr¨¢ticos, que aceptan el veredicto de las urnas. As¨ª est¨¢n las cosas.
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