Farsa
Dice el viejo y venenoso sabio Thomas Szasz: "Los norteamericanos siguen gozando de libertad para comprar armas de fuego cargadas, pero ya no la tienen para adquirir jeringuillas vac¨ªas. Quiz¨¢ mejor que cualquier otro, estos hechos simbolizan hasta qu¨¦ extremo el Gobierno norteamericano ha abandonado la tarea de proteger la seguridad y ha asumido la de invadir la intimidad".As¨ª es: un norteamericano puede entrar libremente en una tienda y comprar un fusil de asalto, o tener un carro de combate en el jard¨ªn de su casa, pero si la polic¨ªa le agarra con una jeringuilla, ser¨¢ acusado de posesi¨®n de "parafernalia de droga". Si con ese fusil de asalto el ciudadano se va al Estado de Tejas y asesina, pongamos por caso, a cuarenta ni?os, ser¨¢ condenado a muerte, y mientras espera la inyecci¨®n de pentotal en la c¨¢rcel, las autoridades penitenciarias le prohibir¨¢n fumar tabaco (una perversa sustancia que produce impotencia, a diferencia del pentotal, que, como todo el mundo sabe, es un afrodisiaco).
No se por qu¨¦ me ha venido esto a la cabeza, en el D¨ªa Mundial del Sida, cuando los medios de comunicaci¨®n est¨¢n superpoblados de almas bellas que luchan contra esta terrible enfermedad. Veo a esas almas bellas entregando jeringuillas nuevas a los drogadictos para que no se infecten con el virus. Observen la jugada: les entregan jeringuillas as¨¦pticas para que se inyecten la escayola y el cola-cao (o simplemente tierra, hero¨ªna adulterada), sustancias que conducen a la muerte inmediata cuando se inyectan directamente en vena.
?Y por qu¨¦ r¨ªo hacemos la jugada completa y legalizamos las drogas para que, adem¨¢s de jeringuillas limpias, tengan droga pura y dosificada? Pues porque no queremos que se droguen. Y si no queremos que se droguen, ?por qu¨¦ les darnos jeringuillas? Advierto una cierta incongruencia en esas almas bellas. Por ejemplo, nos piden que no marginemos a esos enfermos al mismo tiempo que le declaran la guerra santa a las drogas, una guerra santa que perjudica, en primer lugar, a esos enfermos. ?No les parece contradictorio pedir amor y solidaridad para unos individuos cuya conducta se nos invita a detestar? ?La delincuencia, la marginaci¨®n y la c¨¢rcel son mal¨¦volos efectos qu¨ªmicos producidos por las drogas? ?Qu¨¦ es exactamente lo que est¨¢ destrozando la vida de esos j¨®venes? Amigos prohibicionistas: ?cu¨¢ntos a?os va a durar esta farsa?-
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