Berlusconi dimite, pero desea seguir gobernando
PERU EGURBIDE Silvio Berlusconi dimiti¨® a las 13.15 de ayer, en una ma?ana transcurrida entre dimes y diretes, idas y venidas, que no presagiaban una soluci¨®n sencilla a la situaci¨®n creada tras confirmarse en el Parlamento que el l¨ªder de la Liga Norte, Umberto Bossi, ha roto con la coalici¨®n de gobierno. Hasta el ¨²ltimo minuto no se dio por seguro que el primer ministro fuera a dimitir. Pero apenas tres horas despu¨¦s, al comenzar la tarde, Berlusconi dejaba claro que no dejar¨¢ f¨¢cilmente el Gobierno. "Creo que lo que conviene al pa¨ªs es que el actual Gobierno se mantenga hasta las elecciones", dijo a los periodistas.
M¨¢s tarde, en un mensaje a las televisiones, Silvio Berlusconi a?adi¨® que cualquier Gobierno que no salga de nuevas elecciones ser¨ªa "una caricatura de democracia" que ¨¦l combatir¨¢ "con intransigencia", y a?adi¨®: "Garantizo que aguantar¨¦ con firmeza".La misma dimisi¨®n es una iniciativa orientada a mantener abierta la puerta para recibir un nuevo encargo de formar Gobierno por parte del presidente de la Rep¨²blica, Oscar Luigi Scalfaro, que tendr¨¢ que tomar una decisi¨®n al respecto tras celebrar las preceptivas consultas con los partidos, previsiblemente durante al menos toda la pr¨®xima semana.
De no haber dimitido, Berlusconi hubiera sido derribado por una censura parlamentaria, hecho que apenas tiene precedentes en la historia italiana debido a que un pol¨ªtico censurado pierde pr¨¢cticamente las posibilidades de volver a recibir una alta magistratura. En esas circunstancias, todos optan por la.dimisi¨®n.
Gianfranco Fini apoya al primer ministro: "Berlusconi es hoy por hoy, y ser¨¢ en el futuro, el pol¨ªtico sobre el que se da la mayor convergencia en este Parlamento. No hay otro susceptible candidato a recibir el encargo de formar nuevo Gobierno que pueda superarle", dijo ayer el l¨ªder de Alianza Nacional (AN).
El criterio de Scalfaro
En cambio, no es probable que Scalfaro comparta este planteamiento. Entre otras cosas, por la importante raz¨®n de que sobre Berlusconi pesan las diligencias judiciales abiertas en Mil¨¢n y la posibilidad de que sea procesado como reo de un presunto delito de corrupci¨®n. El propio primer ministro ha previsto que probablemente lo ser¨¢, en funci¨®n de unas investigaciones que descalifica como "politizadas". Pero esa perspectiva, aunque no fuera suficiente como para obligarle a dimitir hace dos semanas, s¨ª representa un grave inconveniente para que pueda volver a ser nombrado otra vez primer ministro italiano.
Gianfranco Fini admite alguna alternativa a un nuevo mandato de Berlusconi, siempre que conduzca al objetivo irrenunciable de que se celebren elecciones inmediatas.
Este ¨²ltimo compromiso es el com¨²n denominador de una alianza que, tras haber quedado reducida a un binomio por la salida de Umberto Bossi, queda desplazada inevitablemente a la derecha y con la determinaci¨®n de jugar duro las cartas fuertes que le quedan: al menos 230 votos con los que bloquear o limitar seriamente la vida parlamentaria.
"Ning¨²n otro Gobierno podr¨¢ reformar la ley electoral, ni introducir el federalismo o una ley de separaci¨®n de intereses p¨²blicos y privados", asegur¨® Fini durante el debate parlamentario del pasado mi¨¦rcoles, refiri¨¦ndose a las reformas que pretende la oposici¨®n y que requieren mayor¨ªas cualificadas.
Fini habla, no obstante, de oposici¨®n dura, a la inglesa, con una preocupaci¨®n por subrayar el car¨¢cter constitucional de sus posiciones que al primer ministro dimisionario le falta cada vez con m¨¢s frecuencia. Ello hace que crezca la figura de Fini como l¨ªder de una derecha en regla, mientras la de Berlusconi se deteriora, con sus salidas populistas y sus interpretaciones arriesgadas de la Constituci¨®n, sin que se sepa muy bien hasta d¨®nde ir¨¢ la andadura com¨²n de estas dos personas.
Sobre el desarrollo inmediato de la crisis, tanto Fini como Berlusconi blandieron ayer el dato de una presunta ruptura definitiva de la Liga, que no se confirm¨®. Roberto Maroni, el ministro del Interior anunci¨® ayer la creaci¨®n formal de un sector liguista contrario a cualquier alianza con la izquierda, pero a?adi¨® que no rompe con Bossi y que se trata de una corriente interna.
Situaci¨®n confusa
A la reuni¨®n que ayer celebr¨® este grupo, asistieron unos 40 parlamentarios, pocos para devolverle la mayor¨ªa a Berlusconi. Pero durante la tarde salieron de la propia Liga rumores de cifras m¨¢s importantes y de una situaci¨®n muy confusa.
Silvio Berlusconi utiliz¨® esos rumores para indicar que es posible que ni siquiera se necesiten las elecciones generales para devolver estabilidad al Gobierno, y que quiz¨¢s la mayor¨ªa vuelva a rehacerse con los disidentes de la Liga.
En definitiva, que, seg¨²n Berlusconi, su dimisi¨®n "no es ni una rendici¨®n ni un retirada". Y para demostrarlo, hoy dar¨¢ normalmente la conferencia de prensa que el primer ministro italiano celebra cada fin de a?o. Como si aqu¨ª no pasara nada.
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