Una plegaria diaria en la escuela
EE UU, dividido por la recuperaci¨®n del rezo en el sistema educativo
"Dios Todopoderoso, de ti dependemos y a ti te pedimos que nos bendigas y que bendigas a nuestros padres, a nuestros profesores y a nuestra patria". En los a?os cincuenta, las autoridades educativas de Nueva York recomendaron que la jornada escolar empezara con esta peque?a plegaria. En 1962, el Tribunal Supremo atendi¨® la queja de una persona que cre¨ªa que la recomendaci¨®n atentaba contra la libertad religiosa de los ciudadanos y dictamin¨® que el rezo organizado en las escuelas p¨²blicas violaba la separaci¨®n entre pol¨ªtica y religi¨®n establecida en la Primera Enmienda constitucional. Ahora, la mayor¨ªa republicana en el Congreso puede satisfacer una vieja aspiraci¨®n de grupos religiosos de muy diversos signo y rectificar al Supremo.La batalla de la oraci¨®n escolar en Estados Unidos tiene un protagonista obligado: Newt Gingrich, el nuevo cruzado del rearme pol¨ªtico y moral de la sociedad, que el 4 de enero se estrena como presidente de la C¨¢mara de Representantes. En la euforia que sigui¨® a la victoria electoral del 8 de noviembre, Gingrich, agradecido por la movilizaci¨®n de la derecha cristiana -que supuso el 25% del voto republicano- recuper¨® la reivindicaci¨®n que propone una enmienda constitucional para facilitar el rezo organizado en las escuelas y anunci¨® que habr¨ªa un voto en las c¨¢maras sobre esta cuesti¨®n antes del 4 de julio, la fiesta nacional de Estados Unidos.
La tormenta que se desat¨® fue considerable, y el presidente Clinton contribuy¨® a ella con su h¨¢bito de querer tocar las campanas y estar en la procesi¨®n: el presidente dej¨® abierta la posibilidad de negociar la enmienda. La confusi¨®n creada oblig¨® a Clinton a matizar: "No creo que haya que enmendar la Constituci¨®n para acomodar y legalizar el rezo escolar", se?al¨® el presidente, y a?adi¨® que ser¨ªa un error e ir¨ªa en contra de la diversidad religiosa y cultural de Estados Unidos, aunque dej¨® claro que ¨¦l siempre ha respaldado la oraci¨®n voluntaria en las escuelas.
El problema es m¨¢s profundo y volver¨¢ a presentarse. Lo que Gingrich quiere hacer, adem¨¢s de hostigar a la Casa Blanca, es capitalizar un sentimiento ampliamente compartido por la mayor¨ªa de los norteamericanos: tres de cada cuatro contemplan con simpat¨ªa la idea de la oraci¨®n escolar o el minuto de reflexi¨®n. El propio Marion Barry, alcalde de Washington, favorece el rezo en las escuelas del Distrito de Columbia, y con ¨¦l muchos l¨ªderes negros. El riesgo que se corre es que el asunto se convierta en caballo de batalla que divida a la sociedad. Cuando surgi¨® el debate, encontr¨® r¨¢pido acomodo en las tertulias de radio y televisi¨®n, y no hubo peri¨®dico que no echara su cuarto a espadas. The New York Times consider¨® "asombroso" el zigzag de Clinton y defendi¨® las diversas decisiones del Supremo; The Washington Post cit¨® al presidente -"esto deber¨ªa ser algo que una a los norteamericanos, no que les divida"- para a?adir que ese es precisamente el objetivo de la Primera Enmienda al garantizar la separaci¨®n Iglesia-Estado. Desde la posici¨®n contraria, The Wall Street Journal afirm¨® que los obst¨¢culos a la plegaria escolar, a la lectura de la Biblia en los colegios y a los minutos de reflexi¨®n son una buena muestra de "lo err¨®neo del activismo jur¨ªdico".
Despu¨¦s de la tempestad vino la calma, o, por lo menos, la tregua, hasta saber si Newt Gingrich resucitar¨¢ el debate en primavera. Depender¨¢ de razones pol¨ªticas, porque en Estados Unidos, en donde el Congreso inaugura sus sesiones con una plegaria y que acu?a en sus monedas la frase "in God we trust" (confiamos en Dios), hay pocas cortapisas para rezar. Adem¨¢s del lleno que registran los diferentes servicios religiosos semanales, en las escuelas p¨²blicas funcionan 12.000 asociaciones b¨ªblicas, y en la mayor¨ªa de los centros escolares se guarda el minuto de reflexi¨®n.
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