Salir del atolladero
EL DI?LOGO de sordos entre el Gobierno y la oposici¨®n pol¨ªtica sobre las implicaciones del caso GAL est¨¢ servido. Quienes han puesto su punto de mira en la presa, que creen atrapada en este inquietante asunto, no pueden en modo alguno sentirse satisfechos hasta que no se apoderen de ella. De otro lado, es comprensible que la presa no quiera entregarse y se defienda como gato panza arriba. En este escenario de caza en que se desarrolla hoy la actividad pol¨ªtica espa?ola ni siquiera el ministro Juan Alberto Belloch, un hombre de inequ¨ªvoca trayectoria democr¨¢tica y p¨²blico defensor del Estado de derecho frente a actuaciones como las de los GAL, tiene dif¨ªcil encontrar puntos de entendimiento entre los antagonistas.En un clima institucional y pol¨ªtico menos crispado que el actual es posible que las explicaciones dadas ayer por el Ministro Belloch en el Congreso hubieran bastado para apaciguar el debate pol¨ªtico. ?Qu¨¦ m¨¢s pod¨ªa pedirse al Gobierno en estas circunstancias que una condena expl¨ªcita de la actuaci¨®n de los GAL, su proclamaci¨®n de no estar implicado en esa trama y la confirmaci¨®n de su respeto por la independencia de los jueces en la averiguaci¨®n de lo sucedido? Pero en el momento presente eso no basta. Afirmar como hace el Gobierno que no puede decir m¨¢s de lo que dice respecto de un asunto que est¨¢ en manos de los jueces es seguramente cierto, adem¨¢s de coherente con las reglas de funcionamiento del Estado de derecho. Sin embargo, a estas alturas no hay que extra?arse de que la oposici¨®n sospeche de que un tratamiento meramente judicial del caso s¨®lo encubra la resistencia del Gobierno ¨¢ asumir aqu¨ª y ahora sus responsabilidades.
Izquierda Unida (IU) niega por principio cualquier credibilidad a las explicaciones del Gobierno, al tiempo que el Partido Popular (PP) s¨®lo est¨¢ dispuesto a aceptar su palabra si "la hace veros¨ªmil". Mientras que la postura del Gobierno supone de hecho, poner la situaci¨®n pol¨ªtica bajo una especie de libertad vigilada a expensas de lo que aparezca o deje de, aparecer en la investigaci¨®n judicial sobre los GAL. ?C¨®mo salir todos, instituciones, sociedad y ciudadanos, de este embrollo?
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