La tradici¨®n de la 'Novena Sinfon¨ªa'

Al finalizar el a?o y siguiendo una tradici¨®n no impuesta, el ¨¢mbito musical se llena de esa m¨²sica acontecimiento que es la Novena Sinfon¨ªa, de Beethoven. En Madrid, Fr¨¹hbeck de Burgos, durante su titularidad de la ONE, practic¨® tal uso y ahora, al viajar como maestro invitado de la Orquesta Sinf¨®nica, vuelve a dirigir por dos veces el gran mensaje human¨ªstico beethoveniano, en el que la alegr¨ªa y la amistad se hacen canto trascendente.Fr¨¹hbeck, a sus 61 a?os, se encuentra en la cima de su carrera y en plena madurez de su personalidad. No es raro que ten ga asumidos, como cola propia y natural, los pentagramas de la novena. La sinf¨®nica, por su parte, responde con alta calidad y el Orfe¨®n Donostiarra, uno de los embajadores m¨¢s efectivos del Pa¨ªs Vasco en el mundo es, desde hace muchos a?os, uno de los mejores coros europeos.

Est¨¢ reciente su Diapas¨®n de Oro obtenido en Francia por la grabaci¨®n de Redenci¨®n, de C¨¦sar Franz, con Plasson y la Orquesta del Capitolio de Toulouse., Jos¨¦ Antonio Sainz cuida la calidad de su precioso orfe¨®n y a sus muchos valores musicales a?ade una especial alegr¨ªa de ¨¢nimo capaz de vivificar al m¨¢ximo todas las versiones.

La de Fr¨¹hbeck, en el caso de la Novena Sinfon¨ªa, es firme, excelentemente arquitecturada y "narrada" con propiedad y suma brillantez. Cuando el milagro de esta obra se produce en la cu¨¢druple exposici¨®n instrumental del tema de la Alegr¨ªa, llega ¨¦l con expectaci¨®n de descubrimiento y lo conduce con m¨¢xima simplicidad.

Otro m¨¦rito: la soluci¨®n del problem¨¢tico Adagio. Un cuarteto solista de nivel medio muy aceptable luch¨® con la tesitura decidida por Beethoven para las voces, sitirante desde el principio por la persistencia de los agudos, agravada por la continua elevaci¨®n del diapas¨®n.