Bobbio y la crisis italiana
En estos momentos de. incertidumbre total en la crisis pol¨ªtica italiana, despu¨¦s de la dimisi¨®n de Berlusconi, el debate suscitado por Norberto Bobbio en la izquierda de ese pa¨ªs tiene un inter¨¦s que, con toda probabilidad, trasciende de los temas exclusivamente transalpinos. Para abordar la cuesti¨®n" es inevitable resumir, aunque sea con el peligro de caer en esquematismo, la tesis, de Bobbio. ?ste, dirigi¨¦ndose a los comunistas y al Partido Democr¨¢tico de Izquierda (PDS), fruto de la transformaci¨®n del viejo PCI, argumenta: no deb¨¦is sorprenderos de que los fascistas y neofascistas subsistan hoy en Italia (en el Gobierno de Berlusconi ten¨ªan varios ministros, y su fuerza electoral est¨¢ en ascenso), ya que tambi¨¦n los comunistas conserv¨¢is una fuerza pol¨ªtica considerable. Y el fascismo (aqu¨ª viene la tesis te¨®rica) siempre ha nacido y se ha desarrollado como respuesta a la fuerza de los comunistas.A pesar del respeto de que Bobbio sigue gozando, esta tesis suya ha suscitado muchas respuestas cr¨ªticas, y no s¨®lo por parte de los comunistas. Las m¨¢s evidentes son las que se refieren a la historia: el fascismo se ha desarrollado en Europa en varios pa¨ªses en los cuales los comunistas no exist¨ªan o ten¨ªan una influencia escas¨ªsima. Por otra parte, en respuestas bastante numerosas se ha explicado que el surgir del fascismo en Europa occidental se ha debido a causas completamente distintas de la de dar respuesta al comunismo. Ha n existido adem¨¢s fascismos distintos, como los mismos casos del italiano y luego del alem¨¢n.
En todo caso, choca que Bobbio, tan fino por lo general en sus an¨¢lisis pol¨ªticos, haya ca¨ªdo en una simplificaci¨®n tan burda como la de establecer un lazo de dependencia mutua entre fascismo y comunismo. Pero el inter¨¦s de ese debate hist¨®rico-te¨®rico reside en que se mezcla con un tema de la m¨¢xima actualidad: ?entrar¨¢ el PDS a formar parte del Gobierno que debe sustituir a Berlusconi para sacar a Italia de la crisis en que hoy est¨¢ hundida? Ya se han producido encuentros de los secretarios de los tres partidos que eventualmente podr¨ªan formar tal Gobierno: Bossi, secretario de la Liga Norte, el primero en retirar sus ministros del Gabinete de Berlusconi; Buttiglione, el secretario del partido centrista en el que se agrupan los restos de la Democracia Cristiana; y D'Alema, el recientemente elegido secretario del PDS. Esos encuentros no han desembocado en un proyecto de Gobierno, pero s¨ª han puesto sobre la escena, pol¨ªtica la posibilidad, aun con muchos condicionantes, de un acuerdo de esas fuerzas para preparar un Gobierno, o para apoyar un "gobierno de t¨¦cnicos".
Precisamente,en ese marco ha estallado en el seno del PDS el, debate sobre la nueva svolta que este partido necesita realizar para, ocupar un puesto protagonista en una coalici¨®n destinada a entrar en la formaci¨®n de un eventual Gobierno, para desplazar a la derecha que ha gobernado con Berlusconi. Ante el consejo, nacional del PDS, D'Alema ha abordado el tema sin recurrir a la lengua de cart¨®n de la vieja fraseolog¨ªa comunista. Se trata de ir al acuerdo con los centristas sin temor a romper, con Refundaci¨®n Comunista (RC), el partido en el que se mantienen los comunistas que se negaron a la disoluci¨®n del viejo PCI. Este partido no s¨®lo tiene una fuerza electoral bastante seria, sino que en el, seno del PDS hay una corriente que le es muy af¨ªn. Esa corriente, los comunistas dem¨®cratas, cuenta con antiguos l¨ªderes muy conocidos del PCI (a pesar de que Pietro Ingrao, el, m¨¢s prestigioso, ha dejado la actividad pol¨ªtica), y se va a oponer a la ruptura con Refundaci¨®n Comunista que D'Alema esta propugnando.
La posici¨®n actual del secretario del PDS permite comprender mejor las razones verdaderas de la sustituci¨®n de Occhetto por D'Alema, que nunca se esclarecieron de forma satisfactoria. Occhetto ha sido el hombre indiscutible del entierro del partido comunista y de la creaci¨®n de un partido de izquierda de car¨¢cter nuevo, con una l¨ªnea pol¨ªtica mucho m¨¢s flexible, con el fin del centralismo democr¨¢tico y con la existencia de un debate libre de tendencias, diversas en el seno del partido. Fue Occhetto el que creo las condiciones y facilit¨® el ingreso del PDS en la Internacional Socialista, en el seno de la cual sustituye ahora por completo al disuelto partido socialista de Bettino Craxi. Sin embargo, Occhetto ten¨ªa algunas ataduras, aun que s¨®lo fuese en la forma de pensar y de enfocar el panorama pol¨ªtico, con viejas tradiciones.
Aqu¨ª aparece la novedad, y la diferencia, que D'Alema representa. En su reciente discurso ante el Consejo Nacional del PDS, ha marcado nuevos l¨ªmites para la capacidad de esa nueva fuerza pol¨ªtica para adaptarse a la realidad. Por un lado, ha enterrado la idea de la unidad de la izquierda como condici¨®n necesaria para establecer f¨®rmulas m¨¢s amplias de unidad. Si la unidad de la izquierda era necesaria para realizar la unidad con el centro, ello daba a Refundaci¨®n Comunista una especie de derecho de intervenci¨®n en las gestiones pol¨ªticas que emprendiese el PDS. A ello quiere poner fin D'Alema: la unidad de la izquierda ya no puede limitarnos, podemos ir al entendimiento con el centro como nos parezca mejor.
En t¨¦rminos estrictamente pol¨ªticos puede tener. raz¨®n. Pero esta tesis va a chocar con una oposici¨®n fuerte, y no se trata s¨®lo de Refundaci¨®n Comunista. No se puede olvidar, ni subestimar, el extens¨ªsimo movimiento popular, impulsado por los sindicatos, que ha movilizado contra Berlusconi en los ¨²ltimos meses amasas ampl¨ªsimas y no s¨®lo de trabajadores; as¨ª, los sindicatos obligaron a Berlusconi a abandonar, en el proyecto de presupuestos, un punto esencial como el recorte de las pensiones. ?No supondr¨ªa el abandono de la unidad de la izquierda alejarse de los sindicatos, y, en general, de ese amplio movimiento social, adem¨¢s con una fuerte presencia de los estudiantes, que ha sido decisivo para descomponer al Gobierno de Berlusconi?
Otra iniciativa de D'Alema va dirigida m¨¢s directamente a la Liga Norte: la tesis de que Italia necesita una reforma en un sentido federalista. Lo plantea de manera muy distinta a los extremismos demag¨®gicas e irresponsables de Bossi y de sus secuaces. Sin, embargo, es una forma de aceptar el debate sobre federalismo, lo cual debe facilitar las discusiones con la Liga sobre un posible Gobierno que sustituya al del dimitido Berlusconi.
Un aspecto importante de las nuevas propuestas de D'Alema es que ayudan a sacar el debate de la izquierda del marco tradicional de la presencia o amenaza fascista, lo cual daba a Fini un protagonismo que probablemente no le corresponde. Si D'Alema logra poner en el centr¨® del debate pol¨ªtico los cambios que necesita realizar la sociedad italiana, tanto en el terreno social y econ¨®mico como en la ense?anza, en las instituciones que han sido corro¨ªdas por la corrupci¨®n, en los marcos estatales que necesita, o no, la vida cultural, es probable que el PDS podr¨ªa ser -como era su aspiraci¨®n al fundarse- un ejemplo de partido de izquierda radicalmente nuevo. De momento, hay que ver c¨®mo desemboca de la nueva svolta en la que se ha metido si sale de ella como partido de izquierda y con qu¨¦ grado de modernidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.