DOCUMENTAL O CULEBR?N
Un documental retransmitido el lunes en la BBC sobre la subasta de los bienes del exc¨¦ntirico y megal¨®mano millonario William Randolph Hearst, el hombre del que Orson Welles hiciera una parodia en la pel¨ªcula Ciudadano Kane, acapar¨® una de las audiencias m¨¢s elevadas de todos los tiempos. Y no es para menos, pues la curiosa existencia de Hearst supera a los m¨¢s dram¨¢ticos culebrones. Heredero de minas de plata y de la fortuna que su padre obtuvo, entre otras, gracias a la guerra de Cuba, Hearst se hizo legendario por su excentricidad. Pose¨ªa 56 casas y un opulento castillo en California con un zoo, 75 kil¨®metros de playa privada y 300 kil¨®metros cuadrados de tierra. Por si no bastara, su pasi¨®n por el arte rom¨¢nico le llev¨® a comprar dos monasterios de Espa?a. El primero, en 1926; se trataba de un monasterio cisterciense del siglo XII por el que pag¨® siete millones de pesetas. Tras la adquisici¨®n, construy¨® a los desplazados monjes uno nuevo por 100 millones. Desmantel¨® el monasterio y lo empaquet¨® en 14.000 cajas, piedra por piedra, de forma que se pudiera reconstruir de nuevo. Lo mand¨® a Estados Unidos por un coste de 100 millones e hizo construir un ferrocarril en la Florida para transportarlo. Nunca lo volvi¨® a abrir. El segundo lo compr¨® en 1932 y lo envi¨® a San Francisco. Gastaba m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares al a?o en arte y a principios de la d¨¦cada de los cuarenta se dec¨ªa que su colecci¨®n era tan importante como la del Museo Brit¨¢nico o como la del Louvre de Par¨ªs. Las deudas fueron acumul¨¢ndose; tan s¨®lo la de su imperio de la prensa ascend¨ªa a 20.000 millones de pesetas. La situaci¨®n se fue agravando y al final de la d¨¦cada de los cuarenta se vio obligado a subastar gran parte de su colecci¨®n, reunida en todas las casas que pose¨ªa en el mundo. Tan s¨®lo el cat¨¢logo de las mismas, de 150 tomos, tard¨® dos a?os en realizarse. La llev¨® a cabo el billonario petrolero Armad Hammer. Fue un hombre de negocios quien adquiri¨® el monasterio por siete millones de d¨®lares, hoy situado en el norte de Miami. La vida de Hearst, fue adquiriendo tonos pat¨¦ticos. Su extravagancia se torn¨® enfermiza y los casi ¨²ltimos 20, a?os de su vida los pas¨® aislado en una de sus mansiones.-
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