Balladur espera convertir su campa?a electoral en un paseo triunfal hacia la presidencia de Francia
?douard Balladur ya tiene a punto la maquinaria electoral que le permitir¨¢, en opini¨®n un¨¢nime de todos sus colaboradores, ganar arrolladoramente la presidencia de Francia. El actual primer ministro anunciar¨¢ su, candidatura la semana pr¨®xima, aunque hasta finales de febrero no entrar¨¢ en campa?a.Los dos hombres con la misi¨®n de allanar. su camino hacia el El¨ªseo son Nicolas Sarkozy, ministro del Presupuesto y portavoz del Gobierno, y Nicolas Bazire, jefe del gabinete del primer ministro. El equipo del con servador Balladur est¨¢ tan seguro de la victoria que sue?a incluso con conseguir lo nunca visto: obtener la mayor¨ªa absoluta sin necesidad de segunda vuelta.
Solamente Jacques Delors pod¨ªa complicarle las cosas al gaullista Balladur. El resto de los candidatos no levanta el vuelo. El tambi¨¦n gaullista Jacques Chirac sigue empecinado en una rara campa?a izquierdista que, de momento, no ofrece resultados en los sondeos; Philippe de Villiers y Jean-Marie Le Pen buscan los mismos votos ultraderechistas; los aspirantes ecologistas son ya tres, lo que permite asegurar que ninguno conseguir¨¢ nada apreciable, y los candidatos comunista y trotskista s¨®lo aspiran a mantener su clientela.
Queda por despejar la inc¨®gnita socialista, con un "candidato a la candidatura", Lionel Jospin, apoyado por los militantes m¨¢s renovadores, y un tapado, Jack Lang, favorecido por el aparato del partido y por el propio Fran?ois Mitterrand. Ni Jospin ni Lang suenan con ganar. El objetivo ser¨ªa, m¨¢s bien, en ambos casos, lograr una derrota honrosa que les erigiera en l¨ªderes naturales de la oposici¨®n de izquierdas.
Balladur, que ha sido favorito en los sondeos durante m¨¢s de un a?o, se ha visto favorecido por dos espl¨¦ndidos regalos de Navidad: primero, el secuestro en Nochebuena de un avi¨®n de Air France por terroristas argelinos, cuya eficaz resoluci¨®n por los supergendarmes revisti¨® su imagen del aura de hombre decidido que le faltaba, y, segundo, la visita "puramente amistosa" de Helmut Kohl a su chal¨¦ de los Alpes, con la que el amigo alem¨¢n de Mitterrand pareci¨® reconocer p¨²blicamente a su nuevo interlocutor franc¨¦s.
Los objetivos del presidente Balladur ser¨¢n tres: "Reducir el paro con una gran reforma de la formaci¨®n profesional, institucionalizar una Uni¨®n Europea ampliada a 15 miembros que ya no puede aspirar a la moneda ¨²nica ni al federalismo y asegurar financieramente la cobertura de las prestaciones sociales".
Se trata de un programa continuista, moderadamente reformador, sin promesas espectaculares. "Los franceses son gente apasionada que ama ser gobernada racionalmente", afirman en el equipo de campa?a de Balladur, donde la ¨²nica preocupa ci¨®n es el terrorismo: "Contamos con que habr¨¢ al menos un aten tadograve en los pr¨®ximos me ses, quiz¨¢ m¨¢s; eso es lo ¨²nico que puede perjudicarnos", se?al¨® el mismo portavoz. El problema de la corrupci¨®n no quita el sue?o a Balladur, pese a que avanza la investigaci¨®n sobre las finanzas del Partido Republicano (uno de los bastiones balladouristas) y puede caer alg¨²n otro miembro del- Gobierno. "Hay que gestionar un periodo de purga de la vida pol¨ªtica, y los franceses siguen viendo a Balladur como el m¨¢s indicado para hacerlo", coment¨® el colaborador del primer Ministro.
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