Juan Eduardo Z¨²?iga cree que la realidad nunca es transparente y di¨¢fana

Los lectores que le siguen, pacientes, fieles, le tienen por un escritor casi secreto, pero de los que no se olvidan. Hace m¨¢s de 30 a?os public¨®, en la Seix-Barral de Carlos Barral, en plena fiebre de estricto cumplimiento realista, su ¨²nica novela, una obra simb¨®lica que no s¨®lo pas¨® inadvertida y result¨® incomprendida, sino que se perdi¨® en la vor¨¢gine de descuidos literarios hasta que, muchos a?os despu¨¦s, Juan Eduardo Z¨²?iga se ha decidido a reescribir El coral y las aguas (Alfaguara) y ver qu¨¦ pasa. "Se trata de un libro que debe ser le¨ªdo dos veces y que ha durado m¨¢s de diez a?os", dijo Antonio Mu?oz Molina en la presentaci¨®n.

"Yo s¨®lo pretend¨ªa dar un s¨ªmbolo esperanzador en una ¨¦poca muy oscura, que acentu¨¦ en el coral: un objeto que es capaz en el libro de soportar las tempestades posibles", dijo ayer Juan Eduardo Z¨²?iga en la presentaci¨®n de El coral y las aguas. "Era un libro inc¨®modo para la ¨¦poca, afirm¨® el autor, quien ha reescrito y variado el texto para la nueva edici¨®n de Alfaguara, incorporando los textos que entonces no fueron publicados. Se trata de "un libro inesperado, como todos los que nos han llegado del autor, fuentes de experiencia inagotables", afirm¨® Antonio Mu?oz Molina, que destac¨® la presencia de lo hist¨®rico en esta novela, ambientada en la Grecia cl¨¢sica. "Es un libro que debe ser le¨ªdo dos veces y que ha durado m¨¢s de diez a?os", dijo el escritor, quien tambi¨¦n publicar¨¢ en Alfaguara su pr¨®xima novela.Su estar en la literatura es discreto, a media voz, siempre; desde que Z¨²?iga la descubri¨® cuando se top¨®, con 12 a?os, con un texto que le deslumbr¨® de Iv¨¢n Turgu¨¦niev (a?os despu¨¦s saldar¨ªa, en parte, su deuda con Los imposibles afectos de Iv¨¢n Turgu¨¦niev). Los escritores rusos -"Ch¨¦jov, siempre, Ch¨¦Jov es asombrosamente actual, vivo, pr¨®ximo a nosotros, es un contempor¨¢neo" y un escritor norteamericano, Sherwood Anderson, el autor de Winesburg Ohio: "Me dio una norma para situarme ante el cuento, porque no es solamente mirar con ojos comprensivos al que est¨¢ delante, sino calar en lo m¨¢s secreto, aquello que nos quiere ocultar. Esto me dio una pauta para mis cuentos".

Y es que Z¨²?iga, aunque estemos ahora celebrando la nueva salida de su ¨²nica novela, de su primer libro, es, sobre todo y ante todo, escritor de cuentos; algunos de los m¨¢s dignos, pat¨¦ticos y hermosos escritos sobre el cerco de Madrid est¨¢n en Largo noviembre de Madrid. "No creo que la guerra Civil como cantera literaria est¨¦ agotada", dice.

En estos ¨²ltimos a?os de atr¨¢s ha ido recogiendo sus narraciones, de posguerra, en La tierra ser¨¢ un para¨ªso, y sus fantas¨ªas ancladas en la realidad, en Misterios de las noches y los d¨ªas, todos ellos en Alfaguara. Y prepara, despacio, en calma, un pu?ado de narraciones sobre el pasado de Madrid.

Los recuerdos emborronan sus cuartillas y le marcan su ritmo y su seguir de hombre: "Para m¨ª la percepci¨®n de la realidad no es totalmente di¨¢fana, transparente. Todos estamos abrazando una especie de camino dificultoso, de niebla, que va poco a poco abri¨¦ndose seg¨²n progresa el hombre, con un gran esfuerzo intelectual e incluso cient¨ªfico".