El mito de la naci¨®n-Estado
Dios no organiz¨® el mundo distribuyendo el territorio entre diversas culturas o etnias con claras y n¨ªtidas fronteras, un supuesto que, seg¨²n Charles Tilly, ser¨ªa el primero de los Ocho postulados malignos de la ciencia social del siglo XX: "La sociedad es una entidad separada; el mundo como un todo se divide en sociedades distintas". Kedourie lo hab¨ªa se?alado ya con anterioridad al remarcar que el discurso nacionalista se basa en tres supuestos ideales. "Que la humanidad se divide naturalmente en naciones que las naciones se conocen por ciertas caracter¨ªsticas que pueden determinarse; y que el ¨²nico tipo de gobierno leg¨ªtimo es el auto-gobierno nacional".Ese fue el sue?o rom¨¢ntico de los nacionalismos decimon¨®nicos que trat¨® de plasmarse tras la I Guerra Mundial, que luego se extendi¨® (con poco acierto) al proceso descolonizador y que hoy revive en el hundimiento del imperio ruso. Desgraciadamente para esa visi¨®n id¨ªlica la pureza cultural de la pol¨ªtica es m¨¢s bien la excepci¨®n hist¨®rica que la regla.
Efectivaniente, supongamos, como suele hacerse, que podemos identificar las etnias (y a qu¨¦ etnia pertenecen las personas) de modo que distribuimos la poblaci¨®n mundial seg¨²n etnias. Como la identificaci¨®n de los Es tados carece de complejidad, cruzando, ambas series de datos podemos estudiar c¨®mo se distribuyen las etni¨¢s entre los Estados, pero tambi¨¦n al rev¨¦s, c¨®mo se distribuyen los Estados entre las etnias (el an¨¢lisis lo realiz¨® G. P. Nielsion en 1997).
Pues bien, por lo que hace a la distribuci¨®n de etnias en Estados encontramos, ciertamente, que la mayor¨ªa (nada menos que 400) est¨¢n englobadas dentro de un s¨®lo Estado.. Pero 123 est¨¢n distribuidas entre dos, tres o cuatro Estados, y 47 lo est¨¢n entre m¨¢s de cinco Estados. La dispersi¨®n ¨¦tnica a trav¨¦s de las estructuras pol¨ªticas es, pues, grande.
Pero la situaci¨®n se complica m¨¢s si analizamos la composici¨®n ¨¦tnica de los Estados, pues s¨®lo 28 de los 161 existentes cuando se confeccion¨® el censo responden al ideal de correspondencia biun¨ªvoca entre naci¨®n y Estado. En otros 17 hay una etnia dominante (m¨¢s de 90% de la poblaci¨®n total), pero que a su vez se dispersa por otros Estados.
En la mayor¨ªa (69 Estados), hay una etnia dominante que abarca entre el 40% y el 90% de la poblaci¨®n, y que a su vez se distribuye por otros Estados. Y quedan finalmente 26 Estados claramente multinacionales en los que ninguna etnia comprende m¨¢s del 40% de la poblaci¨®n si bien, de nuevo, parte de esas etnias se solapan con otros Estados. La conclusi¨®n es, pues, doble. Si bien podemos decir que la mayor¨ªa de las etnias est¨¢n dentro de un Estado, lo contrario no es cierto. Antes bien, la mayor¨ªa de los Estados se componen de diversas etnias que, adem¨¢s, est¨¢n dispersas por otros Estados. S¨®lo 28 etnias de las m¨¢s de 500 analizadas hab¨ªan conseguido el ideal rom¨¢ntico de la Naci¨®n-Estado. No parece que algo tan dif¨ªcil de conseguir y tan aleatorio pueda ser un objetivo razonable de la acci¨®n pol¨ªtica.
Por lo dem¨¢s, ?qu¨¦ hay de malo en convivir con lo distinto? ?no es bastante m¨¢s divertido que convivir s¨®lo con r¨¦plicas cl¨®nicas de uno mismo?
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