Atasco en Riazor
El Deportivo se qued¨® enredado en la trama defensiva del Athletic
El Deportivo empieza a dejar el camino despejado al Real Madrid. Hasta ahora se hab¨ªa sostenido en medio de la crisis gracias a sus victorias frente a dos equipos modestos. Ayer se encontr¨® con un rival de mayor envergadura y el f¨²tbol coru?¨¦s qued¨® en evidencia. S¨®lo al final, cuando el Athletic, en inferioridad num¨¦rica, opt¨® por refugiarse en. la cueva, dio la sensaci¨®n el Deportivo de que podr¨ªa levantar el encuentro. Los bilba¨ªnos resucitaron en Riazor. Menos miedosos que de costumbre, desde que Irureta se hizo cargo del equipo, manejaron el partido con soltura hasta que perdieron al expulsado Goikoetxea. A partir de entonces, defendieron su suerte decorosamente.Arsenio no s¨®lo quer¨ªa el resultado, buscaba que el Deportivo se reconciliase con el f¨²tbol tras un par de semanas movi¨¦ndose en tonos grises. Mont¨® un equipo en el que deber¨ªan abundar las soluciones ofensivas, con Manjar¨ªn, Aldana, Claudio y Bebeto. Pero los sistemas son s¨®lo planteamientos te¨®ricos. Si en ellos estuviese la clave del f¨²tbol, este deporte se morir¨ªa de aburrimiento. Sobre la pradera, todo es imprevisible. Anoche, el Deportivo era un conjunto pensado para atacar y se qued¨® embarrado en el medio campo. El equipo gallego se rompi¨® por la dorsal. Por donde suele sostenerse incluso en los d¨ªas malos. Las razones no son f¨¢ciles de desentra?ar. Se ech¨® de menos a Fran, el hombre del ¨²ltimo pase, de la diagonal que hace tambalear la estructura defensiva del contrario. Mauro Silva todav¨ªa est¨¢ en proceso de recuperaci¨®n. Le falta contundencia y el equipo sufre por ello. Con el brasile?o en plena forma, el bal¨®n no suele durar mucho tiempo en pies del contrario. Adem¨¢s, el Deportivo se encontr¨® con un Athletic transformado. Despu¨¦s de cinco encuentros consecutivos sin ganar, Javier Irureta empezaba a sentir el peso de las cr¨ªticas. Hab¨ªa prometido Cambios y cumpli¨® su palabra. El Athletic no fue anoche el equipo acobardado que sucumbi¨® una semana antes en el Camp Nou. Irureta adelant¨® la defensa, comprimi¨® el terreno y el equipo tuvo m¨¢s vigor para lanzarse hacia la porter¨ªa contraria. Urrutia y Garitano asumieron el gobierno del juego, mientras el Deportivo se empantanaba entre la frondosidad de la zona ancha. En la primera parte, el Athletic lleg¨® siempre con m¨¢s convicci¨®n que el Deportivo. Los coru?eses s¨®lo sostuvieron la ficci¨®n de algunos contragolpes espor¨¢dicos. Tan atascados estaban, que Bebeto apenas si percibi¨® el aroma del cuero. Los dem¨¢s rifaban la pelota, un s¨ªntoma de desesperaci¨®n.
El partido pudo desequilibrarse por un lance menor. Nando y Goikoetxea llevaban picados toda la primera parte, propin¨¢ndose golpecitos cada vez que el ¨¢rbitro se daba la vuelta. Al borde del descanso, Goikoetxea recibi¨® la segunda tarjeta y el partido deriv¨® en un amago de tangana.
Pero el Athletic no baj¨® la cabeza. Irureta retras¨® a Guerrero y aunque el equipo se carg¨® de cautela, no perdi¨® nunca la consistencia. El Deportivo sigui¨® agazapado en la espesura, incapaz siquiera de esbozar una amenaza. Y cada vez m¨¢s v¨ªctima de la prisa. En esas circunstancias ya s¨®lo quedaba encomendarse a Julio Salinas.
El delantero internacional es un artista de la confusi¨®n. Con su presencia, el caos se apodera del ¨¢rea. En esas aguas siempre suele pescar Salinas piezas de las m¨¢s gordas: goles decisivos., Como siempre, pis¨® el c¨¦sped y tuvo ya la primera ocasi¨®n, tras un disparo de Manjar¨ªn y una gran estirada de Valencia. Julio recogi¨® el rebote y como apenas ten¨ªa ¨¢ngulo, aguant¨® todos los zarpazos de la defensa. Nadie lleg¨® para rematar la faena.
Entre Julio Salinas y la urgencia de buscar el gol, el partido vivi¨® los ¨²ltimos minutos en la agon¨ªa, con el p¨²blico derretido por la tensi¨®n. El resultado se iba a decidir en alg¨²n barullo porque ya nadie pod¨ªa elaborar un poco de f¨²tbol. El Deportivo tiraba con todo, pero estaba preso de su confusi¨®n. El Athletic estaba roto de cansancio. Pudo romperse el marcador en un magn¨ªfico cabezazo de Donato, pero Valencia fue una garant¨ªa para el Athletic de Bilbao.
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