"A todos nos gusta que nos quieran"
Julen Guerrero, el objeto de deseo de las quincea?eras
Es rubio, alto, de ojos claros y adem¨¢s es un gran jugador. Julen Guerrero lo tiene todo. Las chicas aficionadas al f¨²tbol y las que s¨®lo admiran su belleza le han convertido en su ¨ªdolo. De car¨¢cter t¨ªmido, Julen, sobrelleva como puede la pasi¨®n que despierta all¨¢ por donde va. Las m¨¢s osadas intentan colarse en los hoteles y luego en su habitaci¨®n. Otras se conforman con una foto y un aut¨®grafo. El atiende a todas con paciencia pero de una manera un tanto autom¨¢tica. Es la formam. que tiene de que tanto revuelo no le afecte deportivamente. "A todos nos gusta que nos quieran, que nos demuestren afecto y admiraci¨®n". As¨ª responde Guerrero cuando se le pregunta ?Qu¨¦ se siente siendo el objeto de deseo de tantas chicas?"El f¨²tbol ha llegado a los j¨®venes", dice Julen, "hay muchas gente interesada, La televisi¨®n, con la gran cantidad de partidos que ofrece, ha contribuido mucho. Las mujeres tambi¨¦n se han sumado. Ser¨ªa bonito que lograran tener su propia Liga".
Julen Guerrero aprovecha el carisma que tiene para dirigirse a la juventud. Asiste a actos de la lucha contra el sida y a todos los colegios donde le llaman para hablar a los j¨®venes de los peligros de las drogas. Y contesta todas las cartas que recibe: ."Cientos, miles. No lo s¨¦ es imposible saberlo".
"Parece que sean los Beatles". Los trabajadores del Barcelona se han acostumbrado a revivir en las terminales de los aeropuertos de Espa?a las escenas de histeria, gritos y carreras desesperadas de adolescentes. Aglomeraciones, empujones, jovencitas haciendo largu¨ªsimas horas de paciente espera en las puertas del hotel sazonan los viajes de los azulgrana. "En Albacete [en la base militar] nos esperaban incluso en la escalerilla del avi¨®n", relata un expedicionario.
Pep Guardiola encaja bien el asedio de las, chicas afirmando que es uno de los peajes que comporta su profesi¨®n. Est¨¢ convencido que ¨¦l, que lleg¨® a participar en un desfile de modelos de Toni Mir¨®, no es un fen¨®meno como el de Guerrero ni tampoco se considera un objeto desmesurado del deseo. No recuerda ning¨²n conato de acoso. Sin embargo, en octubre pasado, tuvo que huir por la puerta trasera de la sede del distrito barcelon¨¦s de Les Corts, donde pronunci¨® un preg¨®n, al perseguirle una avalancha humana.
Jordi Cruyff otro de los jugadores azulgranas preferidos por las adolescentes, es tan celoso de su intimidad que admite: "No me gusta que me miren", y conf¨ªa en que, con el tiempo, otros tomen el relevo.
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