Walesa se impone
LA CRISIS pol¨ªtica que est¨¢ viviendo Polonia tiene una explicaci¨®n bastante evidente en el ¨¢mbito del juego de los partidos y de los enfrentamientos entre personalidades. El presidente de la Rep¨²blica, Lech Walesa, cuya popularidad ha bajado de manera espectacular, est¨¢ haciendo los mayores esfuerzos para recuperar protagonismo y presentarse a las elecciones para la presidencia, fijadas para el pr¨®ximo oto?o, con la imagen del l¨ªder capaz de imponer su voluntad.A tal fin, ha montado una campa?a para eliminar el Gobierno dirigido por el jefe del Partido Campesino, Pawlak, que se resist¨ªa a obedecer a sus caprichos. Utiliz¨® un argumento de grueso calibre para salirse con la suya: anunci¨¦ que disolver¨ªa el Parlamento si Pawlak no dimit¨ªa. ?ste tuvo que hacerlo finalmente, porque uno de sus socios de gobierno (el partido de los ex comunistas) no le apoy¨® frente a las acusaciones de corrupci¨®n que pesaban sobre varios de sus ministros.
A primera vista, victoria de Walesa. Pero las cosas no han resultado tan simples. A Pawlak le va a sustituir Olesky, actual presidente del Parlamento, y Walesa ha tenido que aceptarle pese a haber dicho que jam¨¢s tolerar¨ªa a un ex comunista al frente del Gobierno. Se ha creado as¨ª un antecedente que puede ser peligroso para Walesa en las elecciones de oto?o. Su principal rival para la presidencia ser¨¢ Kwasniewski, l¨ªder de la Alianza Democr¨¢tica d¨¦ la Izquierda (ex comunistas), un hombre joven y abierto que se ha ganado muchas simpat¨ªas en la opini¨®n p¨²blica. Se ha resistido con ¨¦xito a entrar en el Gobierno, y podr¨¢ presentarse sin el desgaste que supone haber ocupado cargos oficiales.
Polonia, a diferencia de otros pa¨ªses del Este, ha dado ya el paso de la econom¨ªa estatal a una econom¨ªa de mercado; ello ha sido realizado por los pol¨ªticos salidos de Solidaridad, como Mazowieski, que se desgastaron en esa operaci¨®n imprescindible. Ello explica que el debate pol¨ªtico est¨¦ hoy m¨¢s centrado en buscar los hombres m¨¢s id¨®neos para gobernar que en opciones de tipo hist¨®rico o ideol¨®gico. Ahora, al nuevo jefe del Gobierno, Olesky, le 'toca tomar decisiones muy dif¨ªciles: primero, formar su Gobierno y escoger los ministros de Interior, Defensa y Exteriores, sobre los que Walesa tiene casi un derecho de veto. A la vez, tiene que dar satisfacci¨®n al Partido Campesino, en el que hay no poco descontento por la forma en que su m¨¢ximo dirigente ha sido desplazado de la jefatura del Gobierno.
Los europeos tenemos un inter¨¦s muy grande en que Polonia, despu¨¦s de sus logros econ¨®micos, consiga una estabilidad pol¨ªtica basada en el cumplimiento de la Constituci¨®n y en una democracia aut¨¦ntica. En varios casos, Walesa, empujado por una ambici¨®n poco controlada, se ha colocado en la frontera de la constitucionalidad, como le ocurri¨® en sus maniobras para acabar con el Gobierno de Pawlak. Ser¨ªa grave que insistiese en esa v¨ªa: no s¨®lo da?ar¨ªa a su ya agrietado pretigio en Polonia, sino que pondr¨ªa en entredicho la popularidad con la que cuenta en el extranjero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.