Los pobres
Dice David Bodanis en Los secretos de casa que cuando vamos del dormitorio a la cocina, el roce de los pantalones hace que se desprendan de la piel millones de escamas muertas de las que se alimentan universos enteros de bacterias y ¨¢caros que viven en la alfombra del pasillo. La realidad est¨¢ llena de seres microsc¨®picos que dependen de nuestro sudor, de nuestra caspa. As¨ª, cada vez que nos peinamos, colonias enteras de microorganismos, cuya patria es la moqueta del cuarto de ba?o, permanecen con la boca abierta hacia el cielo esperando ese raro man¨¢ que le env¨ªan los dioses.Tambi¨¦n seg¨²n Bodanis, basta un gesto inconsciente, como el de abandonar el peri¨®dico sobre la mesa de la cocina, para destruir civilizaciones enteras de neumomonas que viven en las grietas de la madera. Lo que llamamos polvo est¨¢ compuesto en realidad de un conjunto de part¨ªculas, entre las que se incluyen esqueletos de ¨¢caros, patas de insectos diminutos, excrementos infinitesimales y las c¨¦lulas muertas de nuestra piel. Todo eso flota en el aire, a nuestro alrededor. Si no nos espantamos de ello, es porque no lo vemos.
Sin embargo, quiz¨¢ la realidad visible no sea muy distinta: el 80% de la poblaci¨®n mundial est¨¢ constituido por pobres que no vemos, aunque ellos viven con la boca abierta, como bacterias, esperando que les caiga algo de nuestros cubos de la basura: viven de las escamas muertas que desprendemos al andar. Y cada vez que realizamos un gesto cotidiano, como el de firmar un tratado de libre comercio o solicitar un pr¨¦stamo a bajo inter¨¦s, miles de ellos perecen ahogados en la tinta de la pluma. A veces, desde los pelos de una alfombra fabricada en la India o desde el coraz¨®n de la selva Lacandona, nos llega un alarido que el fundamentalismo de la moderaci¨®n no nos deja escuchar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.