Colecci¨®n de cortos "art¨ªsticos"

Gracias al apoyo dado por la Oficina Nacional del Film, desde hace m¨¢s de cinco d¨¦cadas existe una interesante producci¨®n de cortometrajes en Canad¨¢, y figuras de la altura del director Norman McLaren. Debido a ello, a la hora de plantearse la realizaci¨®n de una biograf¨ªa del gran pianista canadiense Glenn Gould, el director Francois Girard ha elegido esta peculiar forma cinematogr¨¢fica.Tomando como punto de referencia la genial composici¨®n Variaciones Goldberg, de Bach, y tal como indica su t¨ªtulo original, 32 cortos sobre Glenn Gould, la cuidada producci¨®n Sinfon¨ªa en soledad est¨¢ integrada por 32 cortometrajes. Sin ninguna estructura dram¨¢tica, s¨®lo ligados por sus interpretaciones musicales, tras los primeros que transmiten cierta informaci¨®n a trav¨¦s de una voz de fondo y los centrados en entrevistas con los violinistas Yehudi Menuhim y Bruno Monsaingeon y algunas personas que colaboraron con ¨¦l, el resto de los cortos s¨®lo es el desarrollo de ideas m¨¢s o menos brillantes sobre aspectos directa o indirectamente ligados con la personalidad del pianista.

El principal problema de esta colecci¨®n de cortos "art¨ªsticos" es que algunos de ellos tienen cierta gracia, en especial el realizado a la manera de Norman Mclaren, pero en general rezuman demasiada pedanter¨ªa. Adem¨¢s, dan muy poca informaci¨®n sobre la vida y la obra del pianista de Toronto, s¨®lo despiertan cierto inter¨¦s sobre un ni?o que a los cuatro a?os lee m¨²sica de corrido y un extra?o hombre que a los 32, en plena gloria, se retira; y, sobre todo, que 32 son muchos cortos, y esta compleja forma cinematogr¨¢fica nunca se cre¨® para que sus producciones se exhibiesen unas tras otras.

Fran?ois Girard demuestra cierta, imaginaci¨®n, pero una peligrosa. tendencia a un esteticismo de moda en los a?os sesenta, muy discutible en su momento y que llega a enturbiar por completo los ambiciosos planteamientos de su obra.