Contin¨²a la agon¨ªa
El Sporting no pudo ganar al Betis, y su t¨¦cnico Garc¨ªa Rem¨®n sigue en la cuerda floja
Garc¨ªa Rem¨®n prolonga su agon¨ªa gijonesa. Cuando un golazo de un exsportinguista, Men¨¦ndez, parec¨ªa cerrar la tumba del t¨¦cnico local, sus jugadores le echaron una mano con lo ¨²nico que les empieza a quedar: garra y coraje. De esa manera, y gracias al resquicio que Pier encontr¨® en la defensa b¨¦tica, el Sporting igualaba un partido que se hab¨ªa puesto muy cuesta arriba. El Betis, pese a un campo infame, dej¨®, impronta de mejor equipo y fue el que m¨¢s cerca estuvo. de la victoria.Desde el primer momento, los dos equipos se mostraron tal como son o, mejor dicho, como est¨¢n. El Sporting, temeroso e inseguro en cada movimiento. El Betis, con las ideas claras y la confianza que da su gran temporada. Poco import¨® que el terreno. pareciese una exclusiva de los equipos norte?os. Este Betis es mucho Betis ya en la actitud, algo que debe de tener mucho que ver con su entrenador. Serra Ferrer est¨¢ acostumbrado a armar bloques p¨¦treos, dif¨ªciles de superar. Si adem¨¢s est¨¢n salpicados por alguna individualidad lujosa, como Cu¨¦llar, el resultado es espl¨¦ndido.
Al Betis no le import¨® tener que mancharse el uniforme. Pese a ver en Gij¨®n tanta agua como en muchos meses en SeviIla, los verdiblancos no naufragaron en El Molin¨®n. Incluso entendieron mejor que los sportinguistas el tipo de f¨²tbol que demandaba aquella lagna. Por eso notaron menos los charcos y el barro, y llevaron los primeros sustos a la puerta de Ablanedo, que estuvo rapid¨ªsimo en una llegada en solitario de Cu¨¦llar. Despu¨¦s, el guardameta gijon¨¦s desvi¨® lo justo un remate raso de Menendez y observ¨®, impotente, c¨®mo el bal¨®n se dirig¨ªa al segundo palo, donde Ca?as fall¨® lo que parec¨ªa infalible.
El Sporting, que estaba a expensas de la calidad de Lediakov, ayer hundido en el barro, buscaba la cabeza de Pier como ¨²nico recurso. En uno de sus poderosos saltos con Jaro, el ariete dej¨® el bal¨®n muerto en el ¨¢rea y Pablo intent¨® una chilena muy aparente, pero ineficaz. Este remate y otro de Morales al lateral de la red fueron las ¨²nicas opciones gijonesas antes del descanso. Una ca¨ªda forzada por Pier en el ¨¢rea fue un claro s¨ªntoma de la desesperaci¨®n. local, que deriv¨® en fatalismo cuando Men¨¦ndez, un descarte de la cantera, marc¨®.
Tras el descanso, el Sporting apret¨® las clavijas y se volc¨® como pudo sobre el ¨¢rea del portero b¨¦tico Jaro. Con un terreno ya impracticable, todos los rojiblancos pusieron genio para buscar el empate. Tras un trallazo de Hugo P¨¦rez que se march¨® fuera por poco, Pier encontr¨® uno de esos balones que suele convertir en gol.
De repente, pese a la imposibilidad de realizar un f¨²tbol ortodoxo, el partido vivi¨® unos minutos trepidantes. El Sporting, con el impulso del empate, meti¨® revoluciones al juego y durante unos instantes hizo so?ar a su afici¨®n con la posibilidad de un triunfo. Pero el Betis nunca le perdi¨® la cara, al partido. Conforme pasaban los minutos, el barullo lleg¨® a presidir el partido. El terreno se convirti¨® en un barrizal, sobre el que pataleaban de forma infructuosa los 22 jugadores.
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