Meco no tiene c¨¢rcel
La localidad vecina de Alcal¨¢ lleva ocho a?os intentando que no la relacionen con la prisi¨®n
Ni Mario Conde, ni Rafael Vera, ni Ricardo Garc¨ªa Damborenea, ni siquiera El Dioni, han estado jam¨¢s en Meco (3.900 habitantes). El nombre de esta localidad ha aparecido en todos los telediarios, informativos y peri¨®dicos en los ¨²ltimos meses siempre ligado a una c¨¢rcel que est¨¢ enclavada, curiosamente, fuera de su t¨¦rmino municipal.Antonio Barranco (PSOE), alcalde de Meco, explica: "Este pueblo no tiene nada que ver con la c¨¢rcel. La dichosa prisi¨®n, a pesar de que oficialmente se llama de Alcal¨¢-Meco, no ocupa ni un mil¨ªmetro cuadrado de nuestro municipio".
La prisi¨®n se levanta junto a la carretera que une ambos pueblos, pero dentro del t¨¦rmino municipal de Alcal¨¢ de Henares (166.250 habitantes). "Mire, como est¨¢bamos tan hartos de que nos relacionasen con la c¨¢rcel, hace a?os escribimos a todos los medios de comunicaci¨®n. Les pedimos que dejasen de llamarla con el nombre de nuestro pueblo. Al d¨ªa siguiente, un informativo de Televisi¨®n Espa?ola comenz¨®: Ha ingresado en la c¨¢rcel de Meco... As¨ª que nos hemos resignado y nunca m¨¢s hemos vuelto a quejarnos", comenta Barranco. "Lo m¨¢s curioso del asunto es que muy cerca de la prisi¨®n se levantan una universidad y un hospital. A nadie se le ha ocurrido llamarlos universidad de Alcal¨¢-Meco ni hospital de Alcal¨¢-Meco. ?Por qu¨¦ ser¨¢?", pregunta.
Meco es un pueblo de calles anchas y blancas, situado en mitad del p¨¢ramo madrile?o. S¨®lo un peque?o bosque de pinos, plantados hace cuarenta a?os, da color al paisaje. En tomo al viejo casco urbano, repleto de casones blasonados, se alzan algunas urbanizaciones y bloques de viviendas nuevos. La poblaci¨®n activa de Meco trabaja en las industrias del cemento y del cart¨®n, la construcci¨®n y el sector servicios. "En la c¨¢rcel s¨®lo trabajan cuatro o cinco personas del pueblo", no se resiste a comentar el alcalde.
Y adem¨¢s del nombre de c¨¢rcel, ?qu¨¦ tiene Meco?
Entre las calles de la villa destaca la mole de la iglesia parroquial de Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n, declarada monumento hist¨®rico-art¨ªstico en 1982. Comenz¨® a construirse a finales del siglo XVI por los arquitectos Juan de Gancedo y Juan del R¨ªo. El templo estuvo repleto de joyas pict¨®ricas y escult¨®ricas, pero tras la Guerra Civil sufri¨® graves expolios.
Los visitantes, adem¨¢s de contemplar la parroquia, pueden hacer compras t¨ªpicas. Desde hace siglos, el pan de Meco tiene fama. "Hace diez a?os, hab¨ªa ocho tahonas abiertas. Se acercaba gente de toda, la provincia. Ahora s¨®lo queda una panader¨ªa tradicional abierta recuerda el regidor. Soledad Mart¨ªnez, de 75 a?os, la ¨²ltima panadera tradicional de Meco, lo explica: "'Antes abr¨ªamos todos los d¨ªas, pero los fines de semana la gente se pegaba en las colas. Decidimos no abrir nunca m¨¢s en domingo. No merec¨ªa la pena tanto l¨ªo", rememora.
Mart¨ªnez es reacia a descubrir el secreto de este pan que se vende con forma de hogazas. "S¨®lo puedo decirle que utilizamos levadura madre y la recentamos [refrescamos] varias veces. Es un producto completamente natural".
Curiosamente, Meco era el ¨²nico pueblo de la regi¨®n donde los huidos de la justicia pod¨ªan redimir sus penas sin pasar por la c¨¢rcel. Todo tiene su explicaci¨®n. Durante la Edad Media, las iglesias, conventos y lugares sagrados del reino contaban con el llamado privilegio del asilo: los huidos que se refugiasen en estos lugares no pod¨ªan ser detenidos. En el siglo XVIII, el Papa redujo el n¨²mero de refugios, dado el uso abusivo que se hac¨ªa de este privilegio.
El Pont¨ªfice determin¨® que s¨®lo la iglesia de Meco contase con este fuero dentro del arzobispado de Toledo. El alcalde a?ade: "De todas formas, para conseguirlo, los perseguidos ten¨ªan que meterse primero por aqu¨ª", se?ala un estrecho brocal de piedra situado junto al actual Ayuntamiento, "y llegar hasta la iglesia [distante unos 100 metros]".
La piedra que se conserva en el pueblo, sin embargo, no es la aut¨¦ntica. "Yo creo que la original se la llev¨® alguien hace muchos a?os para redimirse de sus pecados. Entre ellos el de hurto", sonr¨ªe forzadamente el regidor.
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