Milicias rivales luchan por hacerse con el material de la ONU en Somalia
Mogadiscio es, desde el pasado domingo, el escenario de violentos combates, con artiller¨ªa pesada, en la zona del aeropuerto. Los enfrentamientos se produjeron especialmente el domingo entre milicias rivales que pretenden tomar el control del puerto y del aeropuerto tras la Operaci¨®n Escudo Unido.En el dispositivo participan m¨¢s de 10.000 hombres, en su mayor¨ªa estadounidenses, cuya misi¨®n es proteger la evacuaci¨®n de los 2.500 cascos azules de Naciones Unidas, esencialmente paquistan¨ªes y banglades¨ªes, que a¨²n permanecen en la ciudad. El acto oficial de entrega de mando se produjo ayer por la ma?ana. El general malaisio Aboo Samah y el representante especial de la ONU, V¨ªctor Gbeho, de Ghana, entregaron el mando al general estadounidense Tony Zinni.
El general Mohamed Farah Aidid, cuyas fuerzas controlan la zona, hab¨ªa lanzado un llamamiento a la poblaci¨®n para que las instalaciones de la ONU no fueran objeto de pillaje y, la pasada semana, hab¨ªa alcanzado un acuerdo al respecto con su principal rival, el presidente Ali Mahdi, que controla el norte de Mogadiscio. Pero todo indica que las milicias escapan por completo al control de sus jefes.
Todo empez¨® el domingo, cuando milicianos que se proclamaban miembros de la Alianza Nacional Somal¨ª (ANS), el movimiento de Aidid, rodearon los alrededores del aeropuerto y prohibieron que nadie se acercara.
Uno de los jefes, Mohamed Irif, explic¨® que era "necesario proteger lo que es propiedad nacional", a saber, el material que Naciones Unidas abandone en el lugar. El d¨ªa anterior, en efecto, a trav¨¦s de la ondas de la emisora propia, Aidid hab¨ªa pedido a la poblaci¨®n que no saqueara el puerto y el aeropuerto tras el fin de la operaci¨®n Escudo Unido, destinada a proteger la retirada de los ¨²ltimos cascos azules de ONUSOM.
Las milicias de la ANS, en un exceso de celo, o de desconfianza respecto a otro clan, rechazaron abrir el paso a Osman Ato, uno de los se?ores de la guerra pr¨®ximo a Aidid (y su proveedor de fondos). Furioso, pidi¨® auxilio a su propia milicia y forz¨® la barrera.
Poco despu¨¦s de mediod¨ªa, los milicianos que hab¨ªan sido humillados buscaban venganza y atacaban las posiciones de Osman Ato, cercanas al kil¨®metro 4, donde hab¨ªa habido ya algunas escaramuzas.
La plaza se vaci¨® en unos segundos. Los veh¨ªculos se dispersaron por las calles adyacentes, los vendedores de agua agrupados en los puestos vecinos azotaron a sus asnos para que se alejasen al galope del lugar de combate y pusieran sus carretas al abrigo.
Un vendedor coloc¨® su mostrador de ruedas tras una Pared. Dos horas despu¨¦s la plaza retom¨® su actividad habitual, que parar¨ªa de nuevo horas despu¨¦s para el enfretamiento del atardecer.
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