La Iglesia cat¨®lica debate su papel en la pacificaci¨®n del pa¨ªs magreb¨ª

La Iglesia cat¨®lica de Argelia inici¨® ayer un c¨®nclave bajo la presidencia de sus cuatro obispos (Argel, Laguat, Constantina y Or¨¢n) para hacer balance y debatir su futuro. El punto m¨¢s pol¨¦mico de la reuni¨®n ser¨¢ la discusi¨®n sobre el papel jugado por la comunidad ecum¨¦nica de San Egidio, bajo cuyos auspicios se reunieron en Roma, en noviembre y enero, los partidos de la oposici¨®n argelina para elaborar un Contrato Nacional, en el que se ofrece al r¨¦gimen del presidente Liamin Zerual una salida pol¨ªtica a la violencia.Este tipo de reuniones se vienen celebrando normalmente una vez al a?o. Sin embargo, en 1994 la comunidad cat¨®lica de Argelia celebr¨® dos sesiones, una de ellas con car¨¢cter extraordinario, para debatir la seguridad.

La reuni¨®n iniciada ayer y que hoy concluye debatir¨¢ tambi¨¦n cuestiones de seguridad, analizar¨¢ la situaci¨®n de los religiosos que se encuentran en el pa¨ªs. Pero lo m¨¢s pol¨¦mico ser¨¢ el examen del protagonismo de la comunidad ecum¨¦nica de San Egidio de Roma, bajo cuya protecci¨®n se reunieron los partidos de la oposici¨®n, incluido el integrista Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n, que estuvo representado en las negociaciones por Anuar Hadam, protavoz parlamentario en el exilio.

Injerencia pol¨ªtica

La iniciativa de la comunidad cat¨®lica de San Egidio fue duramente criticada por la c¨²pula de la Iglesia cat¨®lica en Argelia, especialmente despu¨¦s de que los cuatro obispos se trasladaran el pasado mes a Roma y se reunieran con el papa Juan Pablo II y con el secretario de Estado del Vaticano. En esta reuni¨®n los obispos adoptaron una posici¨®n com¨²n y llegaron a la conclusi¨®n de que el protagonismo de San Egidio supon¨ªa de entrada una injerencia inaceptable en un asunto interno de Argelia, y, en segundo lugar, una traba pol¨ªtica al proceso de di¨¢logo que de forma sincera intenta impulsar desde el interior del pa¨ªs el presidente Zerual.

Esta posici¨®n cr¨ªtica es compartida por ciertos sectores de la bas¨¦ de la comunidad cat¨®lica de Argelia, especialmente los asentados en la capital, de fuertes connotaciones nacionalistas, vinculadas, por razones de amistad o de proximidad, con determinados aparatos pol¨ªticos o con la franja de intelectuales.

Frente a estos sectores cr¨ªticos con la reuni¨®n se encuentran los que opinan que cualquier iniciativa es v¨¢lida, siempre y cuando sirva para poner fin a la violencia. ?sta es la voz de la Iglesia cat¨®lica del interior, sin excesiva cultura pol¨ªtica, pero que vive m¨¢s directamente la angustia de los barrios y de las poblaciones rurales que piden a gritos que se deje de matar.